La octava edición de la Fiesta del Cine sigue su curso, con más baches de lo normal. Si en su segunda jornada de entradas a 2,90 euros tuvo que enfrentarse al partido de Champions del Barça, en su tercer día tenía que afrontar el partido del Real Madrid contra la Juventus. ¿Habrá invitado el calor sofocante a guarecerse en una sala o un bar y un partido eran un plan más apetecible?
Según los datos de Rentrak, 438.416 espectadores eligieron el cine, que vuelve a ser muy inferior a lo visto el año pasado, cuando 904.185 personas llenaban las salas en octubre. A pesar de conseguir más gente que el martes, en el que solo se llegó a los 323.579 espectadores, la comparación con ediciones anteriores sigue dejando claro que el público no está tan implicado esta vez, por todas las razones que hemos ido estudiando.
El crecimiento respecto al miércoles anterior es de un 143%, que suena a poco si lo comparamos con el 770% que subió el martes de Fiesta del Cine respecto al martes anterior, pero hay que tener en cuenta que muchas salas han mantenido promociones similares al Miércoles al Cine. Aunque el precio de un miércoles de promoción suele oscilar en torno a los 4,90 euros, son unas promociones que han calado en el público, lo que hace que un miércoles de Fiesta del Cine no resulte tan especial. Que, además, no esté llamando tanto la atención también se nota en la diferencia de miércoles del año pasado, cuando el número de espectadores crecía un 247% de un día con promoción "Miércoles al Cine" a un día de "Fiesta del Cine".
De 900.000 entradas en un día a un millón en tres
De momento, la Fiesta del Cine de 2015 lleva casi 1,1 millones de espectadores, por lo que es casi imposible que se lleguen a los más de 2 millones de la séptima edición, cuando solo el miércoles acudían a los cines más de 900.000 personas. 'Vengadores: La era de Ultrón' sigue líder en el ranking diario. El jueves 14 es el último día de promoción, un tiempo de descuento que ayudará a que la edición no quede tan deslucida respecto a las anteriores. A pesar de ya no contar con el fútbol como obstáculo, el público sigue sin verse atraído por el menú que ofrecen las salas.