La telebasura ha pasado a formar parte de la cultura pop, le pese a quien le pese. Concursantes de realities reconvertidos a estrellas, pseudo actrices y/o cantantes dispuestas a saltar al estrellato vendiendo mentiras en televisión, artistas de la farándula que montan el show allá donde van y exparejas e "hijos de" que han convertido las exclusivas y los chismes en su forma de vida.
En un panorama en el que los miembros de 'Geordie Shore' son estrellas mundiales, Kim Kardashian y Paris Hilton son ejemplos a seguir y algún desalmado intentó convertir en it-girl a Chabelita, no es de extrañar que ciertos famosillos de saldo y expertos del montaje hayan querido tocar todos los palos artísticos, por aquello de que tal vez suene la flauta (y por el cheque que acompaña, está claro).
El trash cañí
Si miramos a Estados Unidos, dos de los nombres que bien podemos asociar a lo trash son Andy Warhol y John Waters, quienes asumiendo la importancia del mal gusto y los iconos populares, los reconvirtieron en su cine para crear mensaje y que pasasen a formar parte de su arte. Porque reconozcámoslo, Joe Dallessandro no era muy buen actor, pero Warhol supo explotarlo como el icono sexual que era y salió indemne de ellos. Y si hablamos de trash, Divine vendría a estar en lo más alto de esa cumbre.
Porque si tanto Paris Hilton ('La casa de cera') como la Kardashian ('Disaster Movie') han hecho sus pinitos en el mundo de la actuación, y pese a que no lo han hecho de la mano de grandes realizadores de la talla de Waters o Warhol, en España tenemos a Santiago Segura, quien a base de regalar cameos a las estrellas de la televisión de turno, ha sido el culpable de que muchos de los personajes a los que estamos acostumbrados a ver gritando o haciendo el ridículo a través de la televisión, hayan dado el salto al cine.
Desde aquí, hacemos un breve repaso por ocho figuras de la telebasura española que, con más o menos suerte (más bien, ninguna), han hecho sus pinitos en el mundo de la interpretación.
Figuras del trash español que coquetearon con el cine
Yola Berrocal
Yolanda del Prado Pascual Berrocal saltó a la fama a finales de los noventa, tras un montaje en el que se autoproclamó novia del Padre Apeles, un sacerdote que poco tiempo dedicaba a la vida del Señor y que mucho se prodigaba por los platós de televisión.
Podemos asociar el nombre de Yola Berrocal a la etapa del surgimiento de la telebasura en España, momento en el que surgieron un sinfín de personajes que, exentos de vergüenza y con el mamarracherío por bandera, se dedicaron a montar circos por los programas de televisión que les dejaban.
Yola, a quien en la vida parece ser que se le ha ocurrido leer un libro y que ha invertido muy bien el dinero ganado en su etapa televisiva, ganó dos realities, ha sido portada de numerosas revistas enseñando sus encantos y nos regaló uno de los momentos más épicos de la historia de la televisión: su exorcismo en 'Hotel Glam'.
Ha hecho tres cameos en cine, 'Atómica', 'Airbag' y 'Torrente 2: Misión en Marbella', y protagoniza la ¿película? 'Cosmética Terror', título que hará que mueras de vergüenza ajena si ves tan solo su tráiler.
Yurena
María del Mar Cuenca Seisdedos aka Tamara aka Ámbar aka Yurena. Nacida en Barakaldo en 1969 e impulsada al estrellato en el año 2000, cuando dijo estar embaraza de Paco Porras, un señor que dice ser vidente y que lee el futuro en los pepinos y lechugas y chorradas de ese estilo.
La cuestión es que María del Mar, Tamara por aquél entonces, se convirtió en estrella de 'Crónicas Marcianas' gracias a su sencillo superventas, 'No cambié', el cual llegó a ser Disco de Oro (tenemos el país que nos merecemos).
Tras idas y venidas por los platós de televisión (acompañada siempre de su madre, una señora que llevaba un ladrillo en el bolso), participar en 'Hotel Glam' y exprimir al máximo su fama, se reconvirtió en estrella del pop-dance, tuvo que cambiarse el nombre dos veces hasta llegar a ser Yurena y explotó al máximo su estatus de diva gay.
Hizo un cameo en 'Chuecatown' y por lo referente al cine, ni está ni se le espera.
María Lapiedra
María Lapiedra, nacida en Mollerusa (Lleida) en 1984, saltó a la fama por rodar porno con Ramiro Lapiedra, con quien se casó en 2007 (el mismo que lanzó al estrellato a Lucía Lapiedra aka Miriam Sánchez).
Íntima amiga de Torbe (el rey del porno trash) y más lista de lo que parece (es filóloga), se convirtió en reclamo para amenizar la recta final de programas del corazón nocturnos, donde (por mal que suene) acudía para enseñar las tetas y contar a qué famosos se había acostado.
Su debut en el cine (convencional) le vino de la mano de Santiago Segura en 'Torrente 4: Lethal Crisis'. Después tuvo breves apariciones en 'La montaña rusa' y 'Murieron por encima de sus posibilidades'.
Sea como sea, su mayor logro es haber cantado sin ningún tipo de rubor eso de "no me subas IVA, bájame las bragas". Solo por eso, merece nuestro respeto.
Kiko Rivera
No era nada desventurado el pensar que el hijo de la Pantoja no tenía muchas luces. Tan solo hace falta echar la vista atrás y acordarse del niño gritando "carne, carne" durante un concierto de su madre.
Lo que parecía aberrante, creció y se volvió aún peor. Primero parecía que iba a vivir para siempre bajo el yugo de Ni-Ni, y cuando creíamos que nada podía ir a peor, se hizo DJ y cantante. Dicho mejor: perpetra música inmunda y berrea cual gato atropellado al que retocan la voz con Autotune.
Santiago Segura le dio un papel co-protagonista en 'Torrente 4: Lethal Crisis' y parecía que a Paquirrín le gustaba eso de reírse de sí mismo y que nos riésemos con él.
Por lo visto aún no ha entendido que nos reímos de él.
Carmen de Mairena
Nacido en 1933 y símbolo de la transición de la ciudad de Barcelona, Miguel Brau se empezó a hacer conocido en la ciudad condal en los años cincuenta, momento en el que asume el rol de Carmen de Mairena y empieza a trabajar en varias salas de variedades de la época.
En 1993 apareció en 'Semos peligrosos 2 (uséase Makinavaja 2)' junto a Andrés Pajares y Jesús Bonilla, y poco después Javier Cárdenas la recupera y la convierte en estrella de 'Crónicas Marcianas'.
Probó suerte en el mundo del porno en títulos tan rezumantes de sutileza como 'Soy puta pero mi coño lo disfruta' o 'XXV Por detrás me gusta más'. Santiago Segura contó con ella para 'Torrente 4: Lethal Crisis' y después probó suerte en el mundo de la política, llegando a ser la número dos del partido CORI y obteniendo más votos que el UPyD de Rosa Díez.
Desde hace unos años, vive alejada de los focos, postrada en una silla de ruedas y recluida en una residencia para ancianos en Barcelona, la ciudad que la convirtió en estrella.
Sonia Monroy
Sonia Monroig Casals, nacida en Barcelona en 1972, supo desde jovencita que lo suyo era el mundo de la farándula. Con 24 años asume el nombre artístico de Sonia Monroy y se convierte en la chica que bailaba detrás de la cortina en 'Esta noche cruzamos el Misssissippi', el late night de culto presentado por Pepe Navarro en Antena 3 entre 1995 y 1997.
Después, dio el salto a 'Crónicas Marcianas' (cuna del trash patrio), fue reportera, vendió su vida sin tapujos, fundó el grupo Sex Bomb y decidió que quería castigar al mundo con su música. Ostenta el récord de mujer que más veces ha sido portada de Interviú y le encanta inventarse cosas como que fue a los Oscar o que es actriz.
Una de sus profesiones reales conocida es la de participante de realities (que no ganadora, y la foto que acompaña el texto es una muestra), aunque ella diga que es intérprete, porque le hemos visto actuar muy mal en 'Serie B, la película' y tiene un currículum en iMDB que no se lo cree ni ella.
La cumbre de su carrera es 'Liar or crazy'. Ese es el nivel.
Participantes de 'Gran Hermano'
Corría el año 2000 cuando arrancaba la primera edición española de 'Gran Hermano', el padre de todos los realities.
Nos lo vendieron como un "experimento sociológico", algo que dejó de colar a partir de la segunda edición, pero todos los españoles que lo siguieron (la final fue vista por más de 9 millones de personas, cifra impensable a día de hoy) pudieron ver como los catorce primeros grandes hermanos se convertían en estrellas de la televisión.
Aprovechando el tirón mediático, una mente perversa decidió elaborar 'El Gran Marciano', que no es más que una broma con cámara oculta presentada a modo de falso documental, en el que los concursantes se convierten en testigos directos de un hallazgo sin precedentes en una comarca de Extremadura: los restos de lo que parece ser una nace extraterrestre y el dispositivo que se crea alrededor de ella.
Posiblemente sea una de las mayores mierdas del cine español, pero tiene su gracia ver como se la colaron a Jorge Berrocal. Sí, el mismo del "¿quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza".
Leticia Sabater
Leticia María Sabater Alonso, mejor conocida como Leticia Sabater, nació en 1966 en Barcelona y no tiene vergüenza, ni la conoce, ni tiene intención de hacerlo.
Con 20 años debutaba ante las cámaras en TVE. Trabajó junto a Jesús Hermida y en 1990 tuvo la oportunidad de convertirse en presentadora del programa infantil 'No te lo pierdas'. Hasta 1999 presentó varios programas destinados al público más joven ('Al mediodía, alegría', 'Lo que hay que tener', 'Con mucha marcha') hasta que, en un giro inesperado de las cosas, decidió dar un giro inesperado a su trayectoria y fichar por un canal autonómico para presentar 'Mentiras peligrosas', un programa de falsos testimonios en el que la estrella era una máquina de la verdad en forma de secador del pelo de peluquería con luces neón.
No hay nada más trash que esto, pensaréis. Error.
Desde entonces compagina su nueva faceta de participante de realities ('La Selva de los FamoS.O.S.', 'Esta cocina es un Infierno', '¡Mira quién baila!', 'Acorralados', 'Expedición imposible'), con el torturarnos con canciones y videoclips de muy mal gusto en los que no sabemos si se está riendo de ella misma o de nosotros.
Por raro que parezca, y sin que nadie haya podido descubrir la verdad entorno a tan truculento asunto, tuvo un cameo en 'Las 13 rosas'.
Belén Esteban
Belén Esteban, también llamada "Princesa del Pueblo", tuvo engañadas a las marujas de media España durante años, haciéndoles creer que la nariz se le había hundido por culpa de la diabetes, hasta que esconder sus problemas de adicción a las drogas era ya imposible y la trataron como una heroína (ojo a la ironía) al contar su drama. Porque ella no fue adicta, estaba "enferma".
Desde finales de los noventa se ha dedicado a vender su vida, la de su hija y la de su familia política a cambio de suculentas cifras de dinero, tanto en revistas como en televisión. Abanderada de la incultura, lo soez y el chonismo más salvaje, ganó un concurso de baile ('¡Más que baile!') sin saber bailar, uno de convivencia ('GHVip 4') sin saber convivir y, cómo no, debutó en la gran pantalla como actriz sin saber actuar.
Lo hizo de la mano de Santiago Segura (ningún descerebrado más lo habría hecho) como la casera de Torrente en 'Torrente 4: Lethal Crisis'. Ese mismo año se interpretaba a ella misma en dos episodios de 'Aída'. Y ni haciendo de ella lo hizo bien.