Aunque su nombre no es tan conocido por el público mainstream, Fiona Apple forma parte de una generación de cantautoras que surgieron en los años 90 y que, algunos dicen, han sido maltratadas por la prensa musical simplemente por no ser hombres. Junto a ella están Tori Amos, Alanis Morissette, PJ Harvey o Cat Power. Todas ellas han conseguido mantenerse gracias al culto de su público o al éxito de algunas canciones que arrasaron en la radio durante un tiempo. Es el caso de Apple, que está a punto de publicar su quinto disco, 'Fetch the Bolt Cutters', ocasión que ha aprovechado dando una entrevista en profundidad para la revista New Yorker. En ella la compositora ha desvelado varias cosas sobre su relación con hombres de Hollywood: Louis C. K., Woody Allen, Johnny Depp y su pareja durante finales de los 90 y principios de los 2000, el director de 'El hilo invisible' Paul Thomas Anderson.
A pesar de que la relación entre ambos dio buenos frutos artísticos (ella escribió un rap para 'Magnolia' y él dirigió videoclips para ella), ya se sabía que habían tenido un romance tormentoso, que la cantante recuerda como doloroso y caótico. Esnifaban cocaína y tomaban éxtasis, mientras ella bebía sin límites. Apple cuenta que tras la gala de los Oscar de 1998, Anderson lanzó una silla en medio de una pelea. En otra ocasión, según ella, el director la echó de su coche de forma agresiva lanzándola a la calzada. En las fiestas él solía susurrarle cosas malas al oído mientras se comportaba de forma amable de cara a los demás. Ella se echaba a llorar y los demás pensaban que era una mujer inestable.
Sin embargo, Fiona Apple no quiere victimizarse: recuerda que fue una mala relación para ambos, y admite que nunca le pegó y que siempre tenía buenas palabras para su música. Incluso bromea sobre el tema, llegando a decir que dejó la cocaína gracias a Paul Thomas Anderson. Más o menos. La cantante asegura que la dejó después de pasar "una noche atroz" en casa de Quentin Tarantino, escuchando a los dos directores vanagloriarse de su cine. "Todo adicto debería encerrarse en una sala de cine privada con QT y PTA encocados, y nunca más querrán volver a hacerlo", asegura.
Después de todo, Apple y Anderson mantienen una relación cordial, y él lleva desde 2001 con la actriz y cómica Maya Rudolph ('La boda de mi mejor amiga'), con la que tiene cuatro hijos. Ambos parecen haber evolucionado mucho desde entonces; quizá el director estaba purgando aquella época con la magnífica 'El hilo invisible' y la turbia relación que mantenían sus dos protagonistas.
Johnny Depp, Woody Allen, Louis C.K.
Siendo una cantautora que llegó a la industria muy joven, Apple tiene todo tipo de anécdotas relacionadas con gente de Hollywood. Una de ellas involucra a Johnny Depp. La música cuenta que pasó una noche con un amigo en casa del actor de 'Piratas del Caribe'. Depp estaba sobrio y editando una película, pero Apple y su amigo consumieron setas alucinógenas. Según ella, Depp dirigió a ambos a una habitación y les cerró la puerta. "Él como que nos guió. No pasó nada malo, pero me sentí usada incómoda mientras mi amigo se enrollaba conmigo", asegura Apple, que no cuenta la situación como un episodio de #MeToo. "Johnny Depp era un buen tío, y mi amigo también. Pero en aquel momento yo tenía problemas con mi sexualidad", confiesa.
También mantuvo una corta relación con Louis C.K., el guionista y cómico que ha sido acusado de conducta sexual inapropiada por varias mujeres. Apple asegura que confiaba en que C.K. fuera el primer acusado del #MeToo que tomara responsabilidad por sus acciones, y lo cierto es que el cómico no negó ninguna acusación y aceptó el golpe a su carrera dejando que FX, HBO y Netflix cortaran vínculos con él. Ahora sigue haciendo monólogos en directo, pero Apple se siente decepcionada porque no haya sido capaz de afrontar sus errores creando comedia subversiva sobre la vergüenza y la compulsión. "Su comedia es una pantalla de humo. Si no es capaz de llevar a cabo un escrutinio más severo de sí mismo, es inútil. Yo tiemblo cuando tengo que pensar y escribir sobre mí misma. Da miedo ir ahí, pero voy ahí. Él es muy débil".
Otra figura controvertida de Hollywood aparece mencionada en la entrevista. En el instituto, Apple era amiga de la hija de Mia Farrow, Daisy Previn, y asegura que cuando iba a dormir a su casa a veces se encontraba a Woody Allen en la cocina. El director neoyorquino ha visto en los últimos años cómo resurgían las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow. El caso fue cerrado legalmente en los años 90, pero en la cultura actual hay quienes ven la figura de Allen con otros ojos. Al respecto, Apple tiene unas duras palabras sobre vivir en la industria de Hollywood: "Hay muchísimos acuerdos de confidencialidad que no están escritos pero sí firmados. Porque si hablas tendrás que lidiar con todas las repercusiones".