Florence Pugh nunca ha sido de quedarse callada ante las críticas que recibe. Ya el año pasado causó polémica, tristemente, por el simple hecho de llevar un vestido semitransparente en el desfile de Valentino de la Semana de la Moda de Roma. Como se le veía el pecho, muchos se sintieron con la potestad de criticar su físico y ella respondió: "Ha sido interesante ver y presenciar lo fácil que es para los hombres destrozar totalmente el cuerpo de una mujer, públicamente, orgullosamente, para que todo el mundo lo vea".
Ahora ha vuelto a hablar sobre el tema en una entrevista para la revista Elle con Jodie Turner-Smith: "Hablo como hablo sobre mi cuerpo porque no intento esconder la celulitis de mi muslo o el pliegue entre mi brazo y mi pecho; prefiero enseñarlo". Ha confesado que lo que más miedo da de exponerse sin tapujos son las veces en las que la gente se ha enfadado porque ha enseñado 'demasiado' de sí misma. "Cuando pasó todo lo del vestido rosa de Valentino hace un año, mis pezones se veían a través de una tela y eso molestó a la gente", ha dicho.
"Es la libertad lo que le da miedo a la gente; el hecho de que estoy a gusto y feliz. Hacer daño a las mujeres comentando sobre sus cuerpos ha funcionado durante mucho tiempo. Creo que ahora estamos en este momento en el que mucha gente dice 'Me importa una mierda'. Por desgracia, nos aterra tanto el cuerpo humano que no podemos ni ver mis dos pequeños pezones por detrás de una tela en una forma que no sea sexual. Necesitamos seguir recordándole a la gente que hay más de una razón por la que existen los cuerpos de las mujeres"
Además Pugh ha recordado que cuando llevó el vestido semitransparente, todas las mujeres con las que se cruzaba le decían que "parecía que se lo estaba pasando genial" y dice que así fue: "A las mujeres les atraía el hecho de que estaba completamente feliz. Ese ha sido un aspecto fundamental de mi carrera y mi vida: aceptar quién soy y no huir de ello".
El body shaming en Hollywood
En una entrevista previa para The Telegraph Pugh confesó que llegó a pensar que convertirse en actriz había sido un "error enorme". Después de hacer su debut en el drama psicológico 'The Falling' consiguió un papel protagonista en la sitcom de Fox 'Studio City': "Me sentía muy afortunada y agradecida, y no podía creer que tuviese ese trabajo tan importante". Pero inmediatamente los ejecutivos que la contrataron empezaron a hacerle body shaming: "Todo lo que querían cambiar sobre mí, mi peso, mi look, la forma de mi cara, la forma de mis cejas... eso no era lo que quería hacer o la industria en la que quería trabajar".
Finalmente Fox no siguió adelante con Studio City y Pugh volvió a Inglaterra. Dos semanas después hizo la audición del que se convertiría en el papel que impulsó su carrera, 'Lady Macbeth'. Desde entonces no ha dejado de aparecer en películas de todo tipo y a sus 27 años se ha ganado ya una nominación al Oscar por su interpretación en 'Mujercitas'.