En el imperio también se va a la compra, se reposta o se juega a la play, porque no todo es dar el callo bajo las órdenes del villano de turno, que uno también tiene que hacer vida más allá de su carrera profesional, ya sea como soldado imperial o como Jedi.
No sabemos qué tal se le daría a un Jedi aparcar su sable láser y ponerse a pintar la habitación de los niños, hacer la colada o preparar el desayuno, pero ya no tenemos que imaginar a los soldados del lado oscuro manos a la obra.
El fotógrafo Jorge Pérez Higuera ha querido mostrar a estos curritos de una galaxia muy muy lejana viviendo su día a día como si estuvieran de lo más integrados en una rutina terrícola como otra cualquiera.
En la serie de imágenes titulada 'The Other Side', este joven, licenciado en bellas artes, busca transmitir la importancia de la vida cotidiana a traves de los stormtroopers porque, según ha comentado a El Mundo, "no tienen personalidad, son simplemente trabajadores que no conocemos de nada. Solo sabemos si son altos o bajos, pero no sabemos si son jóvenes o viejos, hombres o mujeres, blancos o negros... No sabemos absolutamente nada".
Ya hemos visto a estos curritos interestelares inmersos en todo tipo de aventuras más de aquí que de cualquier otra galaxia, como en el caso del corto 'Love Wars' en el que los stormtroopers viven su particular historia de amor, aún así estas nuevas imágenes funcionan. El resultado cómico de esa descontextualización que ha ideado Jorge, alcanza a un público más que amplio que descubrirá en estas fotografias algo que quizá no tiene presente mientras hace la cola en un super o está metido en un atasco: el valor de lo inesperado en "lo de siempre".
"Le he intentado dar un toque de valor a los asuntos cotidianos; muchas veces planeamos nuestra vida a base de fines de semana y vacaciones, y nos olvidamos de disfrutar del día a día".
Para pasarse al lado oscuro
El esfuerzo que hay detrás de las fotos de Jorge no es para tomárselo a broma, su proyecto, que surgió como trabajo final para una de sus asignaturas, tiene mucho mérito, sobre todo teniendo en cuenta que estamos casi seguros de que lo ha hecho sin ayuda de la fuerza.
Un único traje de soldado imperial, adquirido en Valencia y de segunda mano, es la herramienta que estira como un chicle hasta lograr un cine entero a rebosar de soldados dispuestos a ver la última película de 'Star Wars'.
"Al final la solución más fácil ha sido el fotomontaje. Se toma una foto por posición, y luego se echan muchas horas de edición".
Con un resultado tan espectacular la fama no ha tardado en llamar a su puerta después de que la revista estadounidense Wired descubriera su trabajo, eso sí, a pesar de la formación y ese talento suyo tan evidente, Jorge busca trabajo. Esperemos que la fuerza le acompañe y lo encuentre pronto.