A la hora de escribir sobre un Clásico de mayúscula obligada, la intimidación juega un factor tan esencial como inevitable. Es lo que tiene enfrentarse a una obra que, de un modo u otro, ha emocionado profundamente a varias generaciones de espectadores y ha resultado una influencia clave para decenas de apasionados del séptimo arte que sueñan con poder dedicarse algún día al oficio de contar historias. Son pocos, y cada vez quedan menos, los cineastas que se sitúan a la misma altura de la leyenda, pero, sin lugar a dudas, Francis Ford Coppola es uno de ellos.
Con más de una veintena de trabajos a sus espaldas, Coppola ha conseguido algo tan complicado y envidiable como mantener una identidad creativa propia, un lenguaje visual y narrativo personal e intransferible y una inquietud ajena a modas y taquillas. Es un guionista y director único en su especie por la 'sencilla' razón de que consigue adaptar su visión a un modelo de cine más o menos tradicional que, en sus manos, puede quebrarse en cualquier momento hasta adoptar la forma de la rabia, el impulso, la poesía o el exceso. A lo largo de este especial, en el que se hablará de todas y cada una de sus películas, se pueden observar los saltos de géneros que Coppola ha protagonizado durante toda su trayectoria, consiguiendo así firmar tantas obras maestras como errores de cálculo y precisión.
En cualquier caso, y aunque sus películas fallidas duelen de una manera especial, lo que queda tras esta revisión de la obra completa de Francis Ford Coppola es la sensación de, efectivamente, estar ante un cineasta esencial para la historia del cine. En definitiva, y volviendo al punto de partida, un Clásico. Sí, de mayúscula obligada.
Francis Ford Coppola, de peor a mejor
'Twixt'
A lo largo de sus noventa minutos, los cuales pesan como si se tratara de diez horas de reloj, 'Twixt' solamente funciona como una sucesión de terribles preguntas: ¿De verdad este despropósito está escrito y dirigido por Francis Ford Coppola? ¿Nadie le pudo decir al responsable de, por ejemplo, 'El Padrino', 'La conversación' o 'Apocalypse Now', que estaba cometiendo el mayor error artístico de su carrera? ¿El reparto leyó el guion antes de aceptar la propuesta de participar en ella? ¿Se agotó el presupuesto antes de empezar a trabajar en los efectos especiales? ¿Había realmente alguien al volante de toda esta catástrofe? Y, sobre todo, ¿puede caer más bajo Coppola? De momento, la respuesta a esta última cuestión es un rotundo no. Más que una película, una pesadilla. El punto más bajo, con diferencia, de la carrera de Coppola. Ojalá no tengamos que lamentar que sea lo último que veamos estrenado con su firma.
'El hombre sin edad'
Tras el estreno de la aceptable 'Legítima defensa', tuvimos que esperar una década hasta volver a encontrarnos con una película firmada por Francis Ford Coppola. Y lo cierto es que, teniendo en cuenta lo que finalmente nos llegó, casi que podríamos haber seguido esperando. 'El hombre sin edad', adaptación de una novela de Mircea Eliade, mezcla sin éxito géneros como el terror, el romance, la fantasía o el melodrama, entre otros, provocando mucho más aburrimiento que fascinación en el espectador. Marcada por una tremenda irregularidad en su ritmo narrativo, la película nunca termina de funcionar más allá de puntuales destellos visuales de un genio que comenzaba aquí una triste caída hacia el abismo creativo.
'Tetro'
Dos años después de la fallida 'El hombre sin edad', Francis Ford Coppola repetía decepción con 'Tetro', un ambicioso melodrama familiar con toques de ensoñación poética y romántica que, tras un prólogo que funcionaba medianamente bien en lo que respecta a la presentación de personajes, caía por completo en el tedio más insoportable. ¿Culpables? Un guion enredado en sus propios laberintos, un ritmo lento hasta la extenuación, un reparto perdido en medio del caos narrativo y, sobre todo, un director que nunca parece tener clara la forma en la que quiere contar su historia. Y es que, al final, toda 'Tetro' podría ser una representación bastante fiel de la interpretación de Carmen Maura en ella: pura desorientación.
'Ya eres un gran chico'
Con su segunda película, 'Ya eres un gran chico', Francis Ford Coppola se alejaba por completo del terror de 'Demencia 13' para sumergirse de lleno en el terreno de la comedia más psicodélica, alucinada y alucinante. Un trabajo muy hijo de su tiempo (1966) que, sin embargo, ha conseguido mantenerse en el tiempo como una interesante curiosidad. Un mérito que reside, principalmente, en algunas escenas de auténtico genio, destellos de talento puro de un cineasta que ya empezaba a crecer desde la versatilidad. 'Ya eres un gran chico' no es, ni mucho menos, una de las grandes películas de Coppola, pero tampoco se encuentra cercana a lo peor de su filmografía.
'Jack'
Denostada por aquellos que no conciben un universo en el que Francis Ford Coppola pueda dirigir una película para toda la familia, 'Jack' sigue siendo una más que correcta propuesta escondida en medio de la indiferencia y el desprecio general. Y lo que queda.
Ni siquiera la extraordinaria interpretación de un Robin Williams capaz de transmitir altísimas dosis de ternura consiguió acaparar la merecida atención para una cinta que se disfruta siempre con una sonrisa en el rostro. Entrañable, divertida y encantadora en su intrascendencia, 'Jack' sigue esperando una reivindicación que, con toda probabilidad, nunca llegará.
'Cotton Club'
Musica. Drama. Jazz. El Nueva York de los años 20. Mafia. Las calles de Harlem. Bailes. Romances. Tiroteos. Bob Hoskins. Diane Lane. Mario Puzo. John Barry. Francis Ford Coppola. Lo peor de 'Cotton Club' es que, con estas increíbles piezas sobre su tablero, se quedó a medias de todo. Ni magistral ni terrible, ni memorable ni fallida, ni excepcional ni (demasiado) decepcionante. Resumiendo: Ni fu ni fa. Una medianía en la carrera de un director que, con semejantes cartas en su mano, debería haber ganado la partida con la gorra.
'Jardines de piedra'
Con 'Jardines de piedra', adaptación cinematográfica de la novela firmada por Nicholas Proffitt, Francis Ford Coppola seguía jugando con las reglas más básicas y características del Hollywood más clásico, sin arriesgar, sí, pero consiguiendo interesantes resultados. Y es que, aunque está claro que andamos muy alejados de las cumbres más incontestables del cineasta, nos encontramos ante un notable drama militar que consigue mantener la atención y el interés del espectador en todo momento sin tener que pisar el barro de la guerra o la estridencia épica. De esta forma, Coppola se sirve exclusivamente de sus personajes para trazar una historia marcada por el impulso, la tragedia, el romanticismo, la lealtad, la amistad y la inseguridad. No hay nada memorable en 'Jardines de piedra', pero funciona desde su austeridad.
'Legítima defensa'
'Legítima defensa' es exactamente el tipo de película que estáis pensando. Un drama judicial con toques de intriga, poca, y de discurso sobre la moral y la ética, mucho, que funciona bien dentro de su género, pero que, más allá de ese terreno, no entrega nada especialmente memorable. Una adaptación cinematográfica bastante fiel a la novela original del célebre John Grisham que, apoyada en un estupendo reparto, constituye otro trabajo de nivel medio dentro de la trayectoria profesional de Francis Ford Coppola. Correcta. Y ya.
'Tucker: Un hombre y su sueño'
En 'Tucker: Un hombre y su sueño', Francis Ford Coppola bucea de lleno en el cine más representativo del Hollywood dorado con la excusa de contar la historia del empresario y diseñador de automóviles estadounidense Preston Tucker, quien tuvo que luchar contra viento y marea, incluyendo su propia ambición personal y profesional, para ver sus deseos hechos realidad.
Un punto de partida que le sirve al cineasta para firmar uno de esos biopics que, pese a caer en un buen puñado de lugares comunes del género, terminan atrapando por la pasión inyectada a su narración, por su maravilloso reparto, con un impecable y entusiasta Jeff Bridges a la cabeza, y, sobre todo, por el alcance emocional de su historia.
'Corazonada'
Después de una racha absolutamente descomunal ('El Padrino' y su secuela, 'La conversación' y 'Apocalypse Now'), Francis Ford Coppola se enfrentó a uno de sus proyectos más ambiciosos y ansiados: 'Corazonada', su regreso al musical, un género que ya había visitado en la mucho menos satisfactoria, pero estimable, 'El valle del arco iris'. Sin embargo, aquí nos encontramos con una propuesta muy diferente a la protagonizada por Fred Astaire, puesto que se trata, sencillamente, de arrancar el dolor de cuajo a un modelo de cine anclado en el luminoso romanticismo. Una historia de amor y desamor, engaños y reencuentros, despedidas y gritos a medias donde Coppola pone toda la carne en el asador, planteando una puesta en escena tan deslumbrante como excesiva.
Protagonizada por una magnífica Teri Garr, algo que no se puede decir de su compañero de reparto, un Frederic Forrest pasadísimo de rosca, 'Corazonada' fue uno de los grandes batacazos comerciales de la carrera del director, pero el tiempo la ha terminado ubicando como el musical diferente, perfectamente imperfecto, apasionante y apasionado que siempre fue.
'El valle del arco iris'
Después del terror ('Demencia 13') y la comedia romántica más lisérgica ('Ya eres un gran chico'), Francis Ford Coppola decidió que era el momento de probar suerte en, nada más y nada menos, que el musical clásico. Y con una leyenda de la talla del maravilloso Fred Astaire al frente. Casi nada. El resultado final, 'El valle del arco iris', no terminaba de ser tan redondo como se podría esperar, especialmente por culpa de una duración claramente excesiva y unas tramas secundarias bastante ridículas, pero, desde luego, supone un notable regalo para los amantes del género, quienes tenemos la oportunidad de disfrutar con algunos números realmente emocionantes. Mención aparte, por supuesto, para ese inolvidable Astaire capaz de arrancar lágrimas a diestro y siniestro.
'Peggy Sue se casó'
Después de protagonizar otra tremenda decepción comercial y, en cierto modo, artística con 'Cotton Club', Francis Ford Coppola apostó sobre seguro con 'Peggy Sue se casó', una comedia romántica con viajes en el tiempo que recordaba (bastante) a 'Regreso al futuro' en sus objetivos, maniobras narrativas y conceptos argumentales. Sin embargo, lo que podría haberse quedado en una simpática 'copia' del clásico de Robert Zemeckis terminó siendo una propuesta repleta de encanto, luminosidad y una ternura especialmente contagiosa.
Y es que, con una fantástica Kathleen Turner al frente, 'Peggy Sue se casó' destaca precisamente en esos instantes marcados por la emoción, con la visita de la protagonista a la casa de sus abuelos a la cabeza, consiguiendo manejar de manera admirable el melodrama y el humor, combinando ambos géneros, complementándolos y estableciendo una valiosa conversación entre ellos. Hace que parezca sencillo, sí, pero no lo es en absoluto. Una película tan bienintencionada como entrañable, tan almibarada como notable.
'Demencia 13'
Tras el western erótico, de eso se trataba, titulado 'Tonight for Sure', el realmente considerado a nivel general como debut de Francis Ford Coppola se caracterizaba por la sorpresa constante. Y agradable. 'Demencia 13' nació como un intento de copia barata del modelo 'Psicosis', pero terminó siendo una nada desdeñable cinta de terror puro, perturbador y perverso firmada por un cineasta que, en su primera película, ya dejaba muestras más que significativas de su talento, especialmente a la hora de mantener el suspense y la intriga. Así, partiendo de un magnífico prólogo y finalizando con uno de esos golpes de efecto que, más allá de sus trampas y trucos, terminan impactando realmente al espectador, esta ópera primera sigue brillando como una de las joyas ocultas dentro de la filmografía de Coppola.
'Llueve sobre mi corazón'
La primera película realmente importante de la carrera de Francis Ford Coppola llegó a finales de la década de los sesenta y se titulaba 'Llueve sobre mi corazón'. Suponía, además, un nuevo salto de género. Después del terror, la comedia y el musical, el cineasta plasmaba en pantalla un melodrama seco, austero y profundamente melancólico protagonizado por un conjunto de personajes tan solitarios como confusos, tan desorientados como encadenados a la memoria. De esta forma, con la ayuda de los elementos mínimos y sin ceder espacio alguno a la estridencia, Coppola tejía una película delicada en su forma y desoladora en su fondo, que duele y deja huella. Un fabuloso trabajo que demuestra que, en ocasiones, menos es más.
'Rebeldes'
Después de naufragar a nivel comercial con la ambiciosa y estupenda 'Corazonada', Francis Ford Coppola dirigió 'Rebeldes', una propuesta mucho más clásica con la que trató de regresar a la senda de un modelo cinematográfico de iniciación mucho más tradicional. Una cinta que, además, parecía destinada a presentar en sociedad a las (supuestas) futuras estrellas de Hollywood: C. Thomas Howell, Matt Dillon, Ralph Macchio, Diane Lane, Rob Lowe, Patrick Swayze, Emilio Estevez y Tom Cruise.
Una vez pasadas las décadas, parece evidente cuales fueron las apuestas que salieron bien y aquellas que se quedaron en promesas fallidas. Sin embargo, más allá de eso, lo que quedó es una película muy cercana al sobresaliente, perfectamente medida en su romanticismo adolescente, en la amistad como forma de supervivencia, en el dolor y la pérdida como pilares básicos para la reconstrucción interno. Una cinta modélica en todos y cada uno de sus frentes.
'La ley de la calle'
El mismo año en el que estrenaba una de sus películas más compactas ('Rebeldes'), Francis Ford Coppola firmaba, directamente, uno de los mejores trabajos de su trayectoria cinematográfica: 'La ley de la calle'. Apostando por un embriagador y fascinante blanco y negro, el cineasta se sumergía de lleno en el calor, la sangre y el dolor de las aceras oscuras y pandilleras para redondear un drama de altísimo nivel engrandecido por Matt Dillon y, sobre todo, un impresionante Mickey Rourke, auténtico puñetazo en el estómago y corazón de la película. Una propuesta maravillosa del primer plano al último.
'Drácula de Bram Stoker'
Pese a su título, está claro que esta 'Drácula de Bram Stoker' podría y debería llamarse 'Drácula de Francis Ford Coppola'. Y no se trata exclusivamente de la fidelidad demostrada o no al clásico literario, sino a la arrolladora visión personal que propone el cineasta en este auténtico festín visual, maratón de excesos, grandilocuencia y romanticismo desatado.
Con un Gary Oldman al frente que se lo pasa pipa en todas y cada una de sus escenas, sin excepción, la película se entrega de manera rotunda y apasionada al vértigo más abrumador, a la explosión dramática más abrasadora, a la ausencia total de límites. Teniendo en cuenta lo que vino después de ella, 'Drácula de Bram Stoker' es la última película en la que se nota realmente una implicación y energía especial por parte de Coppola.
'El Padrino: Parte III'
Denostada por gran parte de la crítica y el público, el cierre de la magistral saga firmada por Francis Ford Coppola se vio claramente perjudicado por el inevitable ejercicio de la comparación. Y claro, si te enfrentas a dos monumentos de la talla de 'El Padrino' y 'El Padrino: Parte II', dos de las obras maestras más incontestables y fascinantes de la historia del cine, lo más lógico es que pierdas.
Sin embargo, 'El Padrino: Parte III' no es, ni muchísimo menos, una mala película, todo lo contrario, se trata de una propuesta muy compacta, elegante en su narración clásica y cargada de momentos sobresalientes, con mención especial para un tramo final de auténtico infarto. Por supuesto que no está a la altura de sus predecesoras, pero es hablamos de una misión prácticamente imposible.
'La conversación'
Después de firmar un clásico atemporal de las dimensiones de 'El Padrino' y antes de redondear la jugada con la insuperable 'El Padrino: Parte II', Francis Ford Coppola entregó otra obra maestra incontestable a su imponente trayectoria profesional: 'La conversación'. Protagonizada por un excelso Gene Hackman y con un guion de auténtico oro firmado por el propio cineasta, estamos ante un thriller psicológico que convierte el sonido en algo más que una herramienta narrativa, elevándola casi al nivel de co-protagonista. Un ejercicio narrativo de auténtico genio que mantiene intacta su capacidad de hipnotizar al espectador desde el mismísimo detalle. Conviene, eso sí, agudizar bien el oído. Merece la pena si es para mejorar el disfrute de una película tan incontestable como 'La conversación'.
'Apocalypse Now'
La guerra como experiencia sudorosa, aterradora, escalofriante en cada paso, delirante e hipnótica, sangrienta y mentirosa, caótica y silenciosa al mismo tiempo. La guerra vista desde una cámara como si se tratara del poema más perturbador posible, una batalla interminable que no entiende de pasado ni de presente pero que, a base de grito y furia, termina estancada para siempre en el arrepentimiento del futuro. Y, por último, la guerra convertida en cine inmenso, memorable, apoteósico, clásico y contemporáneo, adelantado a su tiempo, inalcanzable, indescifrable, inabarcable. Todo adjetivo y elogio se queda pequeño frente a un monumento de la talla de 'Apocalypse Now'. Una de las cimas más irrebatibles de la carrera de Francis Ford Coppola.
'El Padrino'
'El Padrino' presentaba a una familia de mafiosos en la que cada personaje importaba y tenía un sentido y un objetivo narrativo marcado, el cual, pese a representar a la perfección todos los estereotipos que solemos relacionar con el género, venía acompañado de una profundidad psicológica y dramática inesperada. Un valor extra que Francis Ford Coppola supo tratar y contar con una contundencia ejemplar, firmando alguna de las escenas más maravillosas de la historia del cine, con mención especial para un clímax final absolutamente magistral. Sabes que debes verla. Y si la has visto, ya sabes que la amas. Imposible no hacerlo. Historia del cine plano por plano que parecía claramente insuperable...hasta que llegó su secuela.
'El Padrino: Parte II'
En pie. A estas alturas de la película, todos sabemos que no se entiende la excepcional 'El Padrino' sin su secuela, una continuación que suponía todo un paso adelante respecto a un punto de partida que era, o parecía, el mismo infinito. Sin embargo, Francis Ford Coppola tiró por tierra aquel topicazo de que segundas partes nunca fueron buenas con una obra maestra absoluta e inagotable, imprescindible e inoxidable, esencial y eterna. Siempre tiembla el pulso a la hora de escribir sobre las mejores películas de la historia del cine, pero, hasta en eso, 'El Padrino: Parte II' hace que parezca sencillo. No hablamos solamente de la cima de Coppola, sino de una de las cumbres del séptimo arte.