Amanece en Asturias, y con ella lo hace también la segunda jornada de la 52 edición del Festival de Cine de Gijón (FICX): un genuino escaparate del mejor cine independiente tanto nacional como internacional. La organización ha querido comenzar el día dando calor a los visitantes, tanto locales como críticos y aficionados al cine en general, con una de las películas españolas que compite en la Selección Oficial para llevarse alguno de los ansiados premios.
En 'Fuego' seguimos el camino de Carlos, un policía que pierde a su mujer en un atentado de la banda terrorista ETA, y en el cual su hija Alba pierde ambas piernas. Once años más tarde ha rehecho su vida junto a su hija, ahora vive en Barcelona y trabaja en una importante empresa de seguridad, pero algo en él no está como debería estar y crece en su interior un fuego que solo puede ser apagado de una forma: con venganza.
El filme ofrece una buena dosis de tensión gracias a unas acertadas interpretaciones de sus protagonistas, con un José Coronado que es un auténtico festival técnico interpretativamente gracias a los variados matices que ha logrado imprimir en su personaje. Tocando temas como la ETA, la superación, la desesperación y sobre todo la venganza más irracional e insana, el filme es todo un viaje en caída libre por la vida de un hombre que solo tiene un objetivo, y nada va a impedir que lo haga realidad.
Otra de las películas de la Selección Oficial presentada ha sido 'The Cut', que cuenta la historia de un herrero armenio en la aldea turca de Mardin en 1915, cuando a cuestión de la I Guerra Mundial, una noche la policía turca hace de él un soldado irrumpiendo en su casa y separándolo de su familia. Años después, tras sobrevivir al horror del genocidio armenio, recibe noticias de que sus hijas gemelas también están vivas, y con ello emprende un desesperado viaje en su búsqueda, con la esperanza de volver a rehacer algo de la vida que le fue arrebatada.
La película se salva sobre todo gracias al cada vez más versátil Tahar Rahim, que vuelve hacer un papel memorable gracias a su buen hacer, una mirada siempre sincera y su capacidad para conectar con el espectador y que queramos ver como acaba. Si bien, el largometraje, pese a ser ambicioso, repite demasiado su fórmula y resulta algo previsible y corriente. Aún con ello, un protagonista en estado de gracia y una banda sonora chocante y personal, hacen válidos a una cinta que nos llevará de palo en palo, amigo en amigo, alrededor de medio mundo.
Para olvidar
Fuera de concurso he podido ver 'Jack', de Edward Berger, una cinta que cuenta la historia de Jack de, un niño de solo diez años que vive una vida algo alejada de la que debería ser para un chaval de su edad: cuida a su hermano pequeño, Manuel, de seis años, y mantiene su casa ordenada para su madre, la cual no parece valorar mucho lo que su primogénito hace por todos. Todo cambia cuando un día Manuel sufre una quemadura accidentalmente en el baño y Jack carga con las culpas, siendo internado en un centro social. Pasando por un pequeño infierno en su internamiento, Jack decide escapar y volver con su madre, pero ella ha desaparecido de casa, teniendo entonces la misión de encontrarla junto a su hermano para volver a ser una familia.
'Jack' es un largometraje con secuencias que no dicen nada, donde no ocurre nada y donde lo poco que ocurre ni es interesante, ni coherente ni real. El personaje de la madre de los chavales está penosamente formado, hasta tal punto que cuesta imaginar cómo sus hijos han podido sobrevivir diez y seis años respectivamente. Las actuaciones no profundizan en ningún momento, la mayoría de las acciones son precipitadas y llenas de inexperiencia, además de notarse en demasia las indicaciones de guión y movimiento de personaje, como ir a por un teléfono a una sala que el protagonista conoce y aún así ir directo a él sin siquiera hacer ademán de investigar un poco para saber donde está. En definitiva, un filme totalmente prescindible para cerrar esta segunda jornada, pero mañana será otro día, otro día en que amanezca en Gijón.
