El pasado 6 de abril llegaba una nueva plataforma de streaming a nuestras vidas. Quibi venía a un bastante concurrido mercado con una estrategia muy diferencial: sus series y programas tendrían capítulos de duración muy reducida y solo se podrían ver en móviles, sin posibilidad de reproducirlos o enviarlos a un televisor. Para ello habían ideado una tecnología que permitía disfrutar de todos sus contenidos tanto en pantalla horizontal como en vertical. Para sus primeros pasos habían conseguido reunir a un montón de caras conocidas, como Sophie Turner, Christoph Waltz, Anna Kendrick o Zac Efron.
Un mes después de su lanzamiento, es hora de hacer balance, y no es precisamente positivo. Dos semanas después de su lanzamiento, la aplicación se había descargado 2,9 millones de veces, la empresa dice que ahora llevarán unas 3,5 millones de descargas y 1,3 millones de usuarios activos, pero en una semana estaba fuera de la lista de las aplicaciones más descargadas. Todavía están muy lejos de los 7 millones de descargas que esperan tener al final de su primer año de vida. Jeffrey Katzenberg, co-fundador de la plataforma, atribuye este flojo inicio al coronavirus, por supuesto: "Todo lo que fue mal se lo atribuyo al coronavirus. Todo. Pero nos hacemos responsables" y admite en una entrevista al New York Times: "¿Es la avalancha de gente que queríamos y a la que aspirábamos en nuestro lanzamiento? La respuesta es no. No llega a lo que queríamos. No se acerca a lo que queríamos".
¿Por qué cree que la COVID-19 tiene la culpa cuando el resto de plataformas de streaming están creciendo gracias al confinamiento? Porque Quibi está pensada para ser consumida en los momentos muertos del día a día, como el transporte público o la sala de espera del dentista. En casa en cuarentena es difícil que los haya. "Mi esperanza, mi creencia es que sigue habiendo momentos muertos en el confinamiento. Los hay, pero no es lo mismo" dice Katzenberg.
Cambio radical
Aunque afirma que el lanzamiento no ha sido un fracaso total y que sí están percibiendo dinero, la compañía ha decidido hacer cambios drásticos en algunas de sus decisiones iniciales. La principal es que sí permitirán que sus contenidos puedan verse en televisores. Los usuarios de iPhone ya pueden enviar algunos de los programas a pantallas más grandes, mientras que los de Android tendrán que esperar un poco más. También ofrecerán la posibilidad a los usuarios de compartir qué están viendo en sus perfiles de redes sociales. "Hay un montón de cosas de nuestro producto que pensamos que habíamos acertado. Pero ahora que hay cientos de personas usándola piensas: 'Oh, oh, eso no lo vimos'" comenta Katzenberg sobre este cambio de rumbo, sobre todo en lo que respecta a las televisiones. También retrasarán algunos estrenos para que tengan contenido suficiente hasta 2021 a pesar del coronavirus.
La app de Quibi está disponible en España desde el pasado mes de abril con 14 días gratis de prueba y una suscripción mensual de 5 dólares. ¿Le echaste un vistazo? ¿Qué te pareció?