Lady Gaga es una de las artistas más reconocidas del mundo. Tras alcanzar la fama en 2008 con su primer disco, 'The Fame', la compositora y cantante neoyorquina se labró una imagen pública caracterizada por la excentricidad avant garde y los estilismos más barrocos. Cuando empezó a acaparar portadas y estar en boca de todo el mundo, ya fuera por su música, sus declaraciones, sus polémicas con Madonna o sus vestidos hechos de carne cruda, Gaga insistió en que no estaba interpretando a un personaje, sino que era ella misma. Con el tiempo, esto cambió. El año pasado, Jamie Lee Curtis le preguntó si Gaga era alguien distinto a ella, a lo que respondió lo siguiente: "Es una creación. Pero la han creado otras personas a partir de lo que yo he hecho de ella. Su percepción de lo que es Gaga es una entidad separada de mí".
Ya conocemos (y hasta cierto punto hemos contribuido a moldear) esa entidad, a la estrella, al icono del pop y la moda, al personaje. Y ahora ha llegado la hora de conocer a la persona, al ser humano que hay detrás del maquillaje, las pelucas y el glamour, Stefani Joanne Angelina Germanotta. Y ese es precisamente el objetivo de 'Gaga: Five Foot Two', el nuevo documental original de Netflix que presenta una mirada íntima, honesta y sin tapujos a la vida de la artista. Co-producido por ella misma y dirigido por Chris Moukarbel ('Banksy Does New York'), 'Five Foot Two' documenta el proceso personal y artístico que atraviesa la cantante desde la composición de su álbum más reciente, 'Joanne', hasta su triunfante actuación en la Super Bowl, espectacular performance que la llevó a lo más alto (literalmente) del firmamento pop.
'Gaga: Five Foot Two' levanta el telón de forma grandilocuente, casi mística, con la imagen de Gaga ascendiendo a los cielos mientras suena una ceremoniosa pieza de voces corales, para a continuación mostrarnos a la cantante en la situación más cotidiana posible, en casa, dando de comer a sus perros y cocinando con los suyos. Este contraste será uno de los motores del documental, un viaje lleno de altibajos que ahonda en casi todas las facetas profesionales de la cantante a la vez que nos desvela sus inseguridades, dramas personales (al comienzo del documental acaba de romper con Taylor Kinney) y problemas de salud. Detrás de la estrella, lo que nos encontramos es a una mujer muy apegada a su familia que sufre una fuerte ansiedad, pero trabaja incansablemente para mantener el control de su carrera en todo momento en una industria aun dominada por el hombre, una joven de 30 años que dejó de crecer a los 21 y ha decidido madurar para seguir siempre hacia delante ("No tengo miedo de hacerme mayor, quiero ser una vieja rock star lady"), a pesar del agudo dolor que la acompaña desde que sufrió una rotura de cadera hace cuatro años.
En la cama con Gaga
Los 100 minutos que dura 'Five Foot Two' abarcan un ajetreado año en la vida de Gaga, uno repleto de cambios y retos profesionales que culminan en uno de los hitos más importantes de su carrera. En un año de Lady Gaga caben lo que serían cinco vidas normales. El documental nos muestra a la artista en el estudio de grabación (junto al productor Mark Ronson y la cantante Florence Welch), viajando por el mundo para promocionar su disco, grabando el videoclip del primer single de 'Joanne', 'Perfect Illusion', coordinando cada paso de su carrera con su numeroso equipo (con un cariño mutuo que dice mucho de ella), rodando escenas de su participación en 'American Horror Story: Roanoke', recibiendo la noticia de que Bradley Cooper quiere que protagonice junto a él el remake de 'Ha nacido una estrella'... Pero esto no es un simple behind the scenes o un rockumentary al uso, sino un vistazo mucho más desnudo (literal y figuradamente) a una superestrella en la vorágine de la fama. En este sentido, 'Five Foot Two' será inevitablemente comparado con 'En la cama con Madonna', el documental de 1991 sobre la ambición rubia, pero el enfoque con el que el de Gaga se aproxima a su sujeto es completamente distinto, más interesado en sacar a la luz la soledad y el lado menos favorecedor de un ídolo mediático que en construir un mito a su alrededor.
A pesar de esto, hay ocasiones a lo largo de 'Five Foot Two' en las que puede dar la sensación de que estamos viendo una hagiografía autoindulgente, sobre todo durante ciertos pasajes en los que Gaga tiende a exagerar sus emociones o sobre-reaccionar (mientras su equipo debe seguirle el rollo), pero entonces nos sorprende con un momento de vulnerabilidad arrolladora o expresando sus miedos y frustraciones sin importarle lo que los demás puedan pensar de ella. Ocurre por ejemplo durante los ensayos de 'American Horror Story: Roanoke', donde vemos a la ganadora del Globo de Oro montar en cólera porque nadie la ha avisado de que habían cambiado su frases, un exabrupto que sería más propio de otra serie de Ryan Murphy, 'Feud'. Precisamente otro de esos momentos tiene que ver con Madonna, a la que menciona al inicio del documental para explicar que siempre la ha admirado, pero que, al ser italiana, tiene un problema con la gente que no dice las cosas a la cara: "Quiero que Madonna me empuje contra la pared, me bese y me diga que soy un pedazo de mierda". Son estos instantes en los que Gaga se relaja y se muestra al natural los que hacen que el documental cumpla su objetivo de humanizar a la extraterrestre a pesar del circo que hay montado a su alrededor.
Evidentemente, son los fans de Lady Gaga, los little monsters, los que apreciarán y disfrutarán más 'Five Foot Two'. A ellos se refiere varias veces como la motivación principal para luchar y seguir adelante, y a ellos dedica implícitamente el documental. Pero 'Five Foot Two' no es solo un regalo para sus fans, que al fin y al cabo ya conocían la vertiente más humana de la Mother Monster, sino también, y sobre todo, un generoso ejercicio de autoanálisis con el que Gaga invita a cualquiera que tenga curiosidad por conocerla a descubrir a la mujer detrás de la máscara.
Lo mejor: Las escenas en las que Gaga deja volar su sentido del humor. La emotiva visita a casa de su abuela, donde tiene lugar el momento más divertido del documental: El padre de Gaga enseña una foto de su hija a los 15 años, antes de ponerse aparato para corregir su diastema, y ella dice "Si me hubiera dejado el hueco de los dientes habría tenido incluso más problemas con Madonna".
Lo peor: Que en ocasiones cuesta distinguir a la Gaga real de la que está actuando porque están delante las cámaras, lo que puede poner en duda la efectividad del documental.
Nota: 7
