Si hubo un elemento esencial del cine clásico de Hollywood, ese fue la figura del galán. Con buen porte, elegancia y seducción innata y modales propias de un caballero, fueron la viva imagen de la virilidad ideal, la de varones con clase cuyas virtudes eran la distinción, la nobleza, la generosidad. Aquellos hombres por los que, en el cine, muchas mujeres suspiraron y que sirvieron como modelo para otros.
Y esta imagen el cine clásico la supo explotar muy bien, con actores que transmitían porte, elegancia, gentileza, seducción, honor. ¿Quién no recuerda el sacrificio de amor que hacía Humphrey Bogart en 'Casablanca'? ¿Quién no piensa en Errol Flynn en 'El príncipe y el mendigo' o en 'Robin Hood'? ¿Acaso alguien olvida a galanes como Cary Grant, James Stewart o Paul Newman?
Sin duda, estos actores consiguieron llevar a lo más alto el mito del caballero, aquel hombre honrado, atento, gentil, de carácter seductor, capaz de mantener siempre la compostura y generoso con los desfavorecidos. Una imagen propia del cine clásico, en la que los galanes conquistaban el corazón del público de todo el mundo.
El elegante y distinguido caballero
Por ello, en este escueto resumen de los caballeros del cine del Hollywood clásico, no estarán aquellos actores que, si bien encarnaban la belleza perfecta, mostraron la imagen del "joven rebelde", "el seductor canalla" o el "tipo duro", como los casos de James Dean, Marlon Brando o John Wayne, grandes figuras del Hollywood clásico pero que, sin embargo, tuvieron, mayoritariamente, otro tipo de papeles. Toca hacer un repaso por aquellos galanes de Hollywood que hicieron suspirar de amor o admiración a todo aquel con el que coincidían. "Siempre nos quedará París" o "Me avergüenza ser clasificado como un humanitario. Simplemente tomo parte en actividades en las que creo", son frases que han convertido a estos actores en los grandes caballeros del séptimo arte.
Los galanes del Hollywood clásico
Humphrey Bogart
Fue uno de los grandes galanes de la época. Humphrey Bogart interpretó a un tipo de caballero poco convencional. Sus personajes han tenido un carácter cínico, llegando a ser ambiguos moralmente. No obstante, el actor siempre será recordado por su eterno cigarrillo y su inconfundible gabardina. Entre sus películas más recordadas están la magnífica 'Casablanca' (1942) o 'La reina de África' (1951), por la que ganó el premio Oscar.
Entre sus otros filmes reconocidos están 'El sueño eterno' (1946), en la que actuaba el que sería el gran amor de su vida, Lauren Bacall; 'La burla del diablo' (1953), que protagonizó con Gina Lollobrigida y Jennifer Jones; 'Sabrina' (1954), donde compartió cartel con Audrey Hepburn y William Holden, o 'La condesa descalza' (1954), junto con la gran Ava Gardner.
Clark Gable
Siguiendo la estela de Humphrey Bogart, los papeles de galán de Clark Gable fueron hombres elegantes, seductores pero con cierto punto oscuro y cínico. Ganador del Oscar por 'Sucedió una noche' (1934), del gran Frank Capra, su popularidad comenzó con 'Tierra de pasión' (1932). Aunque el papel que le impulsó su perfil de apuesto caballero fue el de Rhett Butler en la majestuosa 'Lo que el viento se llevó' (1939), que lo encumbraría como mito del Hollywood clásico y gran estrella de la década de los años 30 e inicios de los 40.
Entre sus trabajos más reconocidos están 'Tú eres mío' (1932), al lado de Jean Harlow; 'El enemigo público número 1' (1934), que protagonizó con William Powell y Myrna Loy; 'La tragedia de la Bounty' (1935), ganadora del Oscar a la mejor película; 'Fruto dorado' (1940), con Spencer Tracy y Claudette Colbert; 'Mogambo' (1953), drama de aventuras en el que compartió cartel con Ava Gardner y Grace Kelly, o 'Vidas rebeldes' (1961), dirigida por John Huston, que protagonizó con Marilyn Monroe y que fue su despedida del cine.
Gary Cooper
Con sus 1,91 metros de estatura, su belleza viril y su forma de actuar, sobrio, natural, gentil y muy elegante, Gary Cooper encarnó perfectamente el perfil del "varón estadounidense ideal". Ganador del Oscar en dos ocasiones, por 'El sargento York' (1941) y por 'Solo ante el peligro' (1952), es considerado uno de las grandes galanes del cine clásico.
Entre sus películas más destacadas están 'El virginiano' (1929), que le impulsó como estrella del cine sonoro; 'Marruecos' (1930), en la que compartió cartel con Marlene Dietrich; 'Las calles de la ciudad' (1931), película de cine noir; 'Noche nupcial' (1935), ganadora del premio a la mejor dirección en el Festival de Venecia; 'Tres lanceros bengalíes' (1935), premiada con un Oscar, o 'El manantial' (1949), basada en la novela de la polémica Ayn Rand.
Cary Grant
Si hay un galán ideal del cine hollywoodiense, ese es Cary Grant. La leyenda dice que era capaz de actuar bien hasta de espaldas. Con porte natural y atractivo físico de caballero, derrochaba elegancia, clase y encanto, parecía que había nacido con el esmoquín puesto. Muy recordadas son comedias suyas como 'La fiera de mi niña' (1938) o 'Historias de Filadelfia' (1940), ambas con Katharine Hepburn, o 'Arsénico por compasión' (1944). La elegancia y clase de James Bond están inspiradas en él.
Fue uno de los actores fetiche de Alfred Hitchcock, protagonizando 'Sospecha' (1941), junto con Joan Fontaine; 'Encadenados' (1946), al lado de Ingrid Bergman, 'Atrapa a un ladrón' (1955), con Grace Kelly, y 'Con la muerte en los talones' (1959), en la que compartió cartel con Eva Marie Saint. Entre sus otras películas destacadas están 'Luna nueva' (1940), 'La mujer soñada' (1953), 'Tú y yo' (1957), 'Orgullo y pasión' (1957) o 'Charada' (1963).
James Stewart
Su elegancia era férrea, debido a su doble vocación de actor y militar. De hecho, sirvió a su país en la Segunda Guerra Mundial y fue piloto en la Guerra de Vietnam, llegando al rango de general en la Reserva de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, convirtiéndose en el actor que más alto llegó en el ejército estadounidense. De fuertes convicciones morales, James Stewart encarnó al galán de ideas, tanto delante como fuera de la pantalla.
Su fama comenzó con 'Vive como quieras' (1938) y 'Caballero sin espada' (1939), ambas de Frank Capra y por la segunda obtuvo su primera nominación al Oscar, galardón que ganó un año después con 'Historias de Filadelfia', en la que compartió cartel con Katharine Hepburn y otro galán clásico, Cary Grant. Trabajo con Alfred Hitchcock y Anthony Mann en películas como 'La soga' (1948), 'Winchester 73' (1950), 'Colorado Jim' (1953), 'La ventana indiscreta' (1954), 'Tierras lejanas' (1954) o 'Vértigo' (1958). Estuvo en activo hasta 1991.
Errol Flynn
Errol Flynn fue uno de los galanes más aplaudidos de los años 30, a su pesar, porque al actor nunca le gustó estar encasillado en papeles de caballero, prefirió más interpretar a héroes de aventuras, sus actuaciones más recordadas son en 'El capitán Blood' (1935) y 'Robin de los bosques' (1938). Con su espíritu de seductor canalla y rebelde, Flynn supo captar, al menos delante de la pantalla, las facciones elegantes del galán.
Entre sus papeles de galante están 'El perfecto ejemplar' (1937), 'Otro amanecer' (1937), 'El hombre propone' (1938) o 'Las hermanas' (1938). Trabajo varias veces con Olivia de Havilland, en las citadas 'El capitán Blood', 'Robin de los bosques' y 'El hombre propone', como también en 'La carga de la Brigada Ligera' (1936), 'La vida privada de Elizabeth y Essex' (1939) o 'Murieron con las botas puestas' (1941).
Burt Lancaster
Burt Lancaster encarnó al galán duro. Gracias a un físico imponente, fue acróbata en el circo antes de participar en la Segunda Guerra Mundial y de convertirse en actor. Su debut fue tardío, con 33 años protagonizó 'Forajidos' (1946) al lado de Ava Gardner y ese fue el inicio de un rápido ascenso al estrellato. El beso que protagoniza con Deborah Kerr en la playa de la fabulosa 'De aquí a la eternidad' (1953) es uno de los más recordados del cine, por la pasión y la sexualidad que transmitía.
Popular por películas como 'Veracruz' (1954), en la que coincidió con Gary Cooper y Sara Montiel; 'La rosa tatuada' (1955), al lado de la magnética Anna Magnani, o 'El farsante', junto con Katharine Hepburn. Ganó el premio Oscar en 1960 por 'El fuego y la palabra'. Posteriormente estuvo en '¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg)' (1961) o 'El hombre de Alcatraz' (1962)
Fue una de las estrellas de Hollywood que participó en varias producciones europeas de prestigio de la mano de Luchino Visconti, Bernardo Bertolucci y Liliana Cavani como 'El gatopardo' (1963), 'Confidencias' (1974), 'Novecento' (1976) o 'La piel' (1981).
Gregory Peck
Gregory Peck se forjó la imagen de galán afable, caballeroso y un hombre comprometido con labores humanitarias y a favor de los derechos de las minorías, ejemplos de ello son 'Días de gloria' (1944), dirigida por Jacques Tourneur; 'La barrera invisible', por la que fue nominado al Oscar, 'Vacaciones en Roma' (1953), en el gran debut de Audrey Hepburn, o 'Matar a un ruiseñor' (1962), por la que se alzó con la dorada estatuilla.
Entre sus trabajos más destacados están 'Recuerda' (1945), dirigida por Alfred Hitchcock; 'Almas en la hoguera' (1949); el wéstern 'El pistolero' (1950); 'Moby Dick' (1956) o las cintas de terror 'El cabo del terror' (1962) y 'La profecía' (1976).
Paul Newman
Si hay un galán que puede tener el título de caballero, ese es Paul Newman. El actor fue el perfecto por su la cuidada elección de sus papeles, su hipnótica belleza, su labor por causas humanitarias y su fama personal, al estar casado durante 50 años con Joanne Woodward. El Oscar tardó en llegarle, lo obtuvo en 1986 por 'El color del dinero'.
Destacó en películas como 'Marcado por el odio' (1956), 'La gata sobre el tejado de zinc' (1958), 'El buscavidas' (1961), 'Hud: El más salvaje entre mil' (1963), 'La leyenda del indomable' (1967), 'Cortina rasgada' (1968), 'Dos hombres y un destino' (1969), 'El golpe' (1973) y 'El veredicto' (1977).
Rock Hudson
Rock Hudson fue el galán ideal. Según TCM, "personificó la clásica imagen de ídolo de Hollywood". Se ganó la fama de seductor con 'Obsesión' (1954) y continuó 'Sólo el cielo lo sabe' (1955), ambas dirigidas por Douglas Sirk y con Jane Wyman como coprotagonista. Fue nominado al Oscar por 'Gigante' (1956), donde compartió cartel con James Dean y Elizabeth Taylor.
Protagonizó varias comedias románticas como 'Confidencias de medianoche' (1959), 'Pijama para dos' (1961) o 'No me mandes flores' (1964). Su fama de galán seductor y caballero vino gracias a su gran altura, media 1,93, una sonrisa que derretía, su innegable atractivo físico y su facilidad para protagonizar diversos géneros. No obstante, como muchos saben, ese retrato de 'galán ideal para las féminas' era solo para el cine, puesto que Hudson era homosexual.
En sus últimos momentos de vida, el actor hizo un acto valiente confesando públicamente que había contraído el VIH y que estaba muriéndose por un cáncer de hígado relacionado con las complicaciones del sida. Declaró estar harto de sostener una vida que no era la suya y hablando públicamente de la enfermedad se convirtió en un símbolo de la lucha contra el virus. Burt Lancaster, fiel amigo del actor, leyó el último mensaje que dejó antes de morir: "No estoy feliz por tener sida, pero si esto puede ayudar a otros, al menos puedo saber que mi propia desgracia tiene un valor positivo".
Robert Redford
Es el último gran galán. Robert Redford conquistó el corazón de millones de espectadores con 'Dos hombres y un destino', 'Tal como éramos', 'Memorias de África' o 'Íntimo y personal'. En 1980 debutó como director con 'Gente corriente', por la que logró el Oscar a la mejor película y también el premio de la Academia a la mejor dirección. En 2010 fue nombrado Caballero de Legión de Honor de la República Francesa.