En 2006 Mel Gibson era excluido de Hollywood por unas polémicas declaraciones en las que acusaba a la comunidad judía de todas las guerras. Las perlas que este actor soltó por su alcoholizada boca hace ya ocho años han sido relacionadas recientemente con unas declaraciones de Gary Oldman en una entrevista a Playboy, en la que decía:"Todos hablamos de esa manera así que, ¿por qué estamos estereotipando a Mel Gibson?", a lo que añadía: "creo que lo políticamente correcto es una mierda".
Las respuestas por parte de la comunidad judía no se han hecho esperar, concretamente la del rabino Marvin Hier, que muy educadamente contestaba a Oldman en una entrevista a The Wrap: "Lo que tendría que haber dicho simplemente es que dada la historia del antisemitismo y el Holocausto, y teniendo en cuenta lo que hoy en día está sucediendo en Bruselas, París y en todo el mundo, ha cometido un error muy grave en esta defensa sobre las declaraciones de Mel Gibson". Al parecer, al rabino no le valió el comunicado que emitió Oldman hace unas horas para disculparse.
Parece que tanta controversia le ha dado que pensar a Gary Oldman, que esta semana hacía aparición en el show televisivo americano de Jimmy Kimmel para pedir perdón por tan poco acertadas afirmaciones. Durante su intervención en el programa reconoció que sus palabras habían sido "ofensivas e insensibles", y que como figura pública que es debería dar ejemplo: "Tengo 56 años, debería saber mejor todo esto", admitía arrepentido.
Casualmente toda esta polémica coincide con el estreno de la que será su próxima película, El amanecer del planeta de los simios, cuyo debut está previsto para el próximo 18 de julio. No queremos mancharnos demasiado las manos ni lanzar acusaciones " ofensivas e insensibles" pero, quizá todo esto sea una desafortunada estrategia de promoción previa al estreno.
Mayoría absoluta
Meterse con los judíos en Hollywood hoy en día es misión imposible, y un ejemplo claro es el de Mel Gibson. Muchos de los estudios americanos de hoy en día están bajo el mando de esta comunidad, e incluso la mayor parte del jurado de los Oscar está formado por semitas. Todo esto convierte en peligroso el hecho de meterse con esta colectividad, algo de lo que Oldman se ha dado cuenta a tiempo, cosa que en su día no hizo el director de 'La pasión de Cristo'.
