Un concepto clave de todo thriller es el uso adecuado de la tensión que puede decantar el camino del filme hacia un lugar u otro. John Erick Dowle consigue mediante 'Golpe de estado' que el espectador no pueda ni siquiera pestañear debido a la acción trepidante y la correlativa sucesión de situaciones dramáticas para los personajes principales.
'Golpe de estado' es una cinta totalmente extremista, hecho que juega tanto a favor como en contra. La violencia y el dramatismo se convierten en auténticos protagonistas en muchos momentos de la película, por delante incluso de la trama que vive esta familia. Owen Wilson y Lake Bell deberán cuidar de sus dos hijas en un país del Sudeste Asiático que vive un golpe de estado. ¡Igualito que el que intentó Tejero!
La trama aunque aparentemente sencilla, acaba convirtiéndose en una relación causa-efecto. La privatización del agua en este país (por culpa de un grupo americano para el que trabaja el personaje de Owen Wilson) es la causa de la violenta sublevación de los habitantes de todo el país y el efecto es "agua por sangre", es decir, asesinatos a sangre fría y más aún siendo extranjero.
Aunque el guion cuente con algunos agujeros más que evidentes, el director, John Erick Dowle cumple con lo esperado para un thriller de estas características. El espectador no podrá quitar sus ojos de la pantalla al ver tanta violencia y el puro sentido de la supervivencia encarnado en una familia americana y casta. Lake Bell, a la que ya pudimos ver en 'La voz de una generación' o 'El chico del millón de dólares' desempeña el papel de madre superprotectora que hará lo que sea por salvar a sus hijas.
Owen Wilson repite perfil de "survivor" al igual que en la pasada 'Tras la línea enemiga', donde interpretaba a un soldado que se quedaba totalmente solo en campo enemigo, donde pasa auténticas penurias. Cumple con un nuevo registro como padre de familia, en el que sus dos hijas llegan a desesperar, todo ello tras una serie de comedias simplemente pésimas como por ejemplo 'Los becarios', 'No tan duro de pelar' o 'Carta blanca'. Mejor con la buenorra y expresiva Lake Bell que con Vince Vaughn.
La cinta comienza bastante bien, con la premisa por la que se da lugar este golpe de estado. Cuenta con escenas potentísimas y muy espectaculares (abusando de la cámara lenta eso sí) que añaden credibilidad a la historia. El cineasta trata de inmiscuir al espectador en las vivencias dramáticas de los protagonistas y lo acaba consiguiendo. Por momentos esta película podría contar con algún tipo de censura debido a su radicalidad en torno al castigo que sufren los extranjeros del país.
Tras el asalto a la ciudad por parte de los sublevados, la película lleva un rumbo totalmente diferente y termina por convertirse en una sensación de no escapatoria (tal y como su nombre original indica 'No Escape'). La estelar aparición del personaje de Pierce Brosnan desvela algunos interrogantes a resolver y supone un halo de esperanza tanto para la familia como para el espectador. Perdido en algunas ocasiones tras interpretar a James Bond, Brosnan se amolda a este thriller de acción a las mil maravillas con un personaje díscolo, pueril a la par que encantador.
A nivel visual se inmiscuye demasiado en la espectacularidad de las escenas de acción, por las que cuanta más sangre mejor. La persecución que sufre Wilson y su familia es apabullante aunque por ocasiones poco creíble. Felicitaciones por la banda sonora del filme, ya que ayuda a mantener la tensión durante los cien minutos de duración, algo necesario dadas las intenciones del realizador.
Buenas localizaciones que permiten un desarrollo de las escenas mucho más versátil. Es una película más de situaciones que de personajes, aunque por momentos a John Erick Dowle y Drew Dowle (guionistas) se les va de las manos. Escenas como el lanzamiento de las hijas de Wilson a cámara lenta sobra así como parte de la trama final.
'Golpe de estado' es un thriller de supervivencia muy extremista y vivaz cuya vara de medir no se encuentra por ningún lado. Dura, exagerada por momentos, pero muy entretenida. Apta para estómagos fuertes y mentes abiertas.