El próximo 6 de febrero -este sábado no, el que viene- la gala de los Goya 2016 cerrará su noche con el galardón más esperado, la gran distinción, el gran premio, el Goya a Mejor Película. Y además el ganador contará con la satisfacción de más allá de proclamarse vencedor delante de todo el país y agradecer a toda la familia que siempre lo apoyó, ver su proyecto cerrar la tercera década del certamen.
La película número treinta en ser laureada tendrá que vérselas con cuatro contrincantes de altura; las candidatas de esta edición tienen el respaldo generalizado de la crítica y son el fiel reflejo de sus cinco autores. Cinco directores que han sabido plasmar en el metraje su universo, imprimiéndole como nunca a esta batalla el sabor de la lucha entre creadores, cuyas piezas hablan por sí solas de un talento como artistas globales más allá de su faceta tras las cámaras.
Por un lado, los veteranos: tres ejemplos de que el cine español tiene también clásicos actuales que, pese a sus altibajos en la industria, siguen funcionando cuando proponen obras que al menos cuentan con innegables momentos de brillantez. La interesante propuesta de Fernando León de Aranoa con su fábula sobre la universalidad inherente a la cuestión particular del ser humano en 'Un día perfecto' se suma a 'Nadie quiere la noche', épica y gélida reflexión acerca de la capacidad de una persona para cuestionarse sus propios valores que firma Isabel Coixet y a 'Truman', la vuelta de Cesc Gay al triunfo de masas precisamente con una película cercana y cotidiana tejida sobre la relación cómplice de dos viejos amigos. El regreso de tres pesos pesados de nuestro cine después de varios años fuera de las grandes nominaciones.
Curiosamente este trío apuesta por un reparto de caras internacionales (Juliette Binoche, Ricardo Darín, Benicio Del Toro, Tim Robbins) y paisajes tan exóticos como Kosovo o el Polo Norte para demostrar que sus historias no tienen bandera -una de ellas en concreto, ni cuerda para izarla-. Frente a ellos, dos caras relativamente nuevas; y digo relativamente porque Daniel Guzmán puede alardear pese a su juventud de una extensa carrera como actor y Paula Ortiz ya se ha visto en estas lides con su debut hace tan solo tres años.
El primero elige una familia poco ortodoxa de nacimiento espontáneo y veraniego para hablar de la soledad y el paso del tiempo en 'A cambio de nada'. En 'La novia', la segunda retuerce a Lorca y sus "Bodas de sangre" hasta componer una poesía personal aclamada por el público y la crítica. Quizás la gran favorita tras su paso por los recientes Premios Feroz, dejando además tras de sí una muy buena taquilla. Una selección que deja claro que no solo de apellidos vascos o catalanes viven nuestras pantallas y que el peso de una mirada auténtica y personal acaba por dejar verdadera huella. Toda nuestra suerte para las cinco.
Candidatas a Mejor Película - Goyas 2016
'Truman', de Cesc Gay
A favor
Cesc Gay vuelve a presentar un título a la altura de las expectativas tras las carreras más bien discretas de sus últimas películas -con el Goya a mejor Actriz de Reparto para Candela Peña por 'Una pistola en cada mano' como única distinción importante-, y para ello se rodea de un elenco de alto nivel en aguas por las que bucea con pulso firme: este retrato íntimo de lo cotidiano con la amistad como pilar fundamental convence sin fisuras, con amabilidad y sencillez; muy lejos de la juvenil 'Krámpack', pero igual de efectiva a la hora de apuntar al centro de la diana de las emociones.
En contra
Que este próximo 6 de febrero vuelva a pasar como en los recientes Premios Feroz o en el Festival de San Sebastián, y que un conjunto muy subordinado a la magnífica labor de los dos intérpretes principales haga que sean Ricardo Darín y Javier Cámara los protagonistas de la noche, relegando a la cinta al cajón de las eternas nominadas.
'La novia', de Paula Ortiz
A favor
Parte con el impulso de ser la más nominada en esta edición número 30. Podría desencadenar el típico efecto dominó en el que una cinta se lleva la mayoría de premios importantes, rematando con el Goya a Mejor Película. Las críticas han sido muy positivas, y el público ha respondido favorablemente a esta versión tan personal de "Bodas de Sangre" de Lorca: un tema universal que sin embargo subraya la profundidad patria de la segunda película de Paula Ortiz en una categoría dominada este año por títulos con clara proyección internacional.
En contra
Aunque la Academia ha sido capaz de valorar proyectos muy personales en otras ocasiones (la 'Blancanieves' muda y blanquinegra de Pablo Berger o el controvertido ejercicio visual de Jaime Rosales en 'La soledad' fueron premiadas en 2012 y 2007), quizás en este caso la propuesta pueda ser juzgada de poesía hiperesteta frente a la factura más clásica de sus competidores.
'A cambio de nada', de Daniel Guzmán
A favor
Después de alzarse con la Biznaga de Oro en el pasado Festival de Málaga, el debut de Daniel Guzmán podría ser la sorpresa de la noche, adelantándose como apuesta por la novedad de esta aventura adolescente en la que se entretejen las voces de distintas generaciones para reflexionar sobre la soledad, la familia y el paso del tiempo. Un potente ejercicio de bienintencionado realismo juvenil que siempre funciona entre los académicos.
En contra
Solo en tres ocasiones la ópera prima de un director ha sido distinguida como Mejor película, y en este caso quizás esté demasiado presente en las votaciones su perfil de no-favorita: cuenta por ejemplo con la mitad de nominaciones que 'La novia' y ha pasado desapercibida en los pasados Feroz pese a competir en cuatro categorías importantes; podría pasar a formar parte de esos arranques prometedores que son tomados con distancia, a la espera de ser consolidados más adelante.
'Un día perfecto', de Fernando León de Aranoa
A favor
Fernando León de Aranoa es una de esas figuras incuestionables dentro de nuestro cine, y todavía los éxitos de 'Barrio', 'Los lunes al sol' o 'Princesas' siguen vigentes, y muy presentes en la memoria del público. Aquí logra elevar a universal una cotidianidad tan concreta -y olvidada en los medios- como la realidad de Kosovo, apoyándose en el humor y unos Tim Robbins y Benicio Del Toro indiscutibles para hacer lo que mejor saber hacer: una fábula sobre la condición humana que llega al espectador como suma de sutilidades. Una apuesta ganadora dentro del circuito de premios que sin embargo, se ha visto relegada a un segundo plano por el éxito más mediático de otros títulos. Puede que los Goyas la hagan resarcirse.
En contra
Alejarse de una temática a priori poco "española" frente a la línea que sigue habitualmente, sumado a que el reparto es básicamente internacional y el contexto poco generalizable, quizás le haga perder apoyos en una entrega de premios que busca defender lo patrio. Además no ha sido bien recibido el juego tragicómico de los diálogos, muchas voces los han tildado de frívolos y poco sensibles. La polarización de las críticas no siempre ayuda a construir una carrera solvente para alzarse con el máximo galardón, y la Academia no suele estar por la labor de elegir títulos muy polémicos.
'Nadie quiere la noche', de Isabel Coixet
A favor
Han pasado diez años desde que en 2005 Isabel Coixet hiciera triplete con los Goya a Mejor Película, Mejor Guión original y Mejor Director por 'La vida secreta de las palabras'. Tras una década en la que sus films han entrado en una deriva internacional buscando distintos caminos -jugando con sus habituales dados en escenarios inesperados y cambios de género, como en la fallida y muy gótica 'Mi otro yo'-, quizás esta vez desde la Academia se opte por demostrar que la directora sigue en forma y premie la épica visual que envuelve un planteamiento realmente original, con el sello personal de la autora.
En contra
Precisamente este dar un paso atrás para que la belleza del paisaje y la labor actoral de la protagonista -una como siempre infalible Juliette Binoche- tomen las riendas del metraje solo ha servido para construir un envoltorio grandilocuente con una historia cuyo interés decae desde el primer momento, falto del corazón y la pasión que la trama requería. ¿Cómo distinguir un proyecto que en su alarde por ser personal se deja precisamente la humanidad en la sala de montaje?