¡Cuidado SPOILERS!
Hay mucha gente que piensa que los reshoots o la vuelta al rodaje de alguna escena una vez ya se ha empezado el proceso de postproducción es una mala noticia. Sin embargo, hay momentos en los que estos reshoots se convierten en algo muy positivo y le dan a la película una mejor escena de acción, de comedia o para hacerte soltar un mar de lágrimas.
Este es el caso de 'Vengadores: Endgame', como cuentan en Slash Film, que asistieron a una sesión de preguntas y respuestas en Washington con los hermanos Anthony y Joe Russo, donde se habló de muchas de las escenas épicas de la película. Entre ellas, se nombró la batalla final entre los Vengadores y el ejército de Thanos, y fue en ese momento donde se reveló un dato sorprendente sobre la muerte de Tony Stark.
En la escena en cuestión, Thanos cree que ha ganado al poseer todas las piedras del Infinito y afirma (por segunda vez): "Soy inevitable". Sin embargo, cuando chasquea los dedos, nada sucede. Esto se debe a que la armadura de Iron Man toma todas las piedras y las sitúa en ella, como en una nueva especie de guante. Y, antes de acabar con todo y ponernos la piel de gallina (porque intuimos lo que va a ocurrir), él se despide con "Y yo soy Iron Man". Sin embargo, contra todo pronóstico, esta frase que hace que se nos salten las lágrimas fue añadida a última hora.
La necesidad de cerrar el bucle
Según afirman los hermanos Russo, Tony no decía nada en ese momento. "Estábamos ya en la sala de edición y pensábamos que tenía que decir algo. Lo intentamos con un millón de frases diferentes, hasta que nuestro editor Jeff Ford, que ha estado con nosotros en las cuatro películas, dijo: «¿Por qué no cerramos el círculo y que diga "Yo soy Iron Man"?». Y pensamos: «Traed las cámaras, tenemos que grabar esto mañana»".
La grabación se realizó en enero, a pocos meses del estreno de la película. Curiosamente, se grabó en los Estudios Raleigh de Hollywood, muy cerca de donde Robert Downey Jr. había realizado la prueba de Iron Man hace 12 años. Un reshoot que ejemplifica que no hay por qué demonizarlos tanto, que a veces son grandes mejoras para grandes escenas.