La Navidad, esas preciosas fechas tan familiares en que las luces iluminan las calles, los villancicos suenan en las plazas y el muérdago cubre la cabeza de los amantes. Al menos esa es la postal que nos venden, y que queda perfectamente retratada en el pueblo de Villaquién, lugar de origen del perverso y solitario Grinch, que vive apartado de la sociedad cultivando su profundo odio hacia la gente del pueblo. El maléfico plan de éste para vengarse consiste en robarles la Navidad, la época favorita de la gente del lugar.
'El Grinch' se nos plantea a primera vista como una ligera fábula de fácil consumo y digestión rápida, pero las intenciones de los guionistas quedan en un segundo plano ante la puesta en escena y el camaleónico protagonista que encabeza el proyecto. Limitándose así a ser otra superproducción familiar que no consigue ni entretener a los más pequeños.
Jim Carrey, el jefe de todo esto
En 1994 Jim Carrey llegó al estrellato y se convirtió de la noche a la mañana en el actor más querido por la juventud del momento. Sus muecas se convirtieron en su seña de identidad, arrancando carcajadas en los cines y llenando los bolsillos de los productores de Hollywood. Los años pasaron, sus espectadores crecieron y Jim siguió haciendo lo que mejor sabía hacer.
Y es que aunque Carrey se vista de Grinch, él sigue siendo el absoluto centro de atención. Da igual la capa de pelo verde, los bigotes o el abultado hocico, las exageradas muecas del cómico parecen ser lo único que interesa, un pensamiento bastante válido teniendo en cuenta los 20 millones de dólares que cobró por el trabajo. Sin embargo, pasada cierta edad es casi imposible ceder al encanto de Carrey, al menos fuera de sus primeros trabajos, con los que muchos crecimos y a los que guardamos un inexplicable y leve cariño.
Podríamos culpar a Carrey de la extrema simpleza de 'El Grinch', pero si hay alguien responsable de ello es el director de la cinta, Ron Howard. El mismísimo Ron Howard que se llevó el Oscar por 'Una mente maravillosa'. Y es que si a nosotros nos resulta soporífero este cuento de Navidad, el efecto que tuvo en Howard fue todavía peor, llevándole a abandonar la comedia durante una década.
Básica, obvia y prescindible
'El Grinch' no sólo empaña las carreras de Carrey y Howard, sino también el día de los espectadores que se atrevan a verla. Nada es especial en esta comedia, la historia es previsible, los gestos del troll son una versión verde de Ace Ventura, la dulce niña rubia es el tópico más soso que se nos presenta y la flojísima moraleja es pasada por alto ante los contínuos e inevitables vistazos al reloj.
El único y diminuto punto a favor de 'El Grinch' se debe a la escasez de efectos especiales, capaces de quedarse obsoletos en tiempo récord. Howard invierte aquí el desorbitado presupuesto de 123 millones de dólares en recrear el pomposo pueblo de Villaquién, con sus voluptuosas formas y sus extraños habitantes.
Si llegada esta Navidad queréis disfrutar de una buena tarde con los más pequeños de la casa, salid a dar un paseo y disfrutar del frescor invernal, bajo ningún concepto torturéis a nadie de la familia con 'El Grinch'.
Club de cine: Próximas entregas
15 de diciembre de 2011: 'Los fantasmas atacan al jefe'
20 de diciembre de 2011: 'Love Actually'
22 de diciembre de 2011: 'Pesadilla antes de Navidad'
27 de diciembre de 2011: 'Qué bello es vivir'
29 de diciembre de 2011: 'Solo en casa'
