Cuando Nanni Moretti decidió levantar el proyecto de 'Habemus Papam' seguro que nunca pensó que el destino de su personaje adquiriría tintes premonitorios. Precedido por el rotundo éxito, Palma de Oro incluida, de su anterior película 'La habitación del hijo', el nuevo trabajo del actor y director italiano se esperaba con mucha expectación.
Hace sólo un año llegaba a nuestras pantallas 'Habemus Papam', el relato de un Papa que reniega de su posición tras ser elegido en el cónclave posterior a la defunción de su predecesor. Conociendo el tono crítico de sus anteriores trabajos, resulta decepcionante valorar la incursión de Moretti en el siempre intrigante submundo Vaticano.
Aunque de interesante planteamiento, la película de Moretti no consigue sobreponerse de la mera anécdota. Tras su elección como pontífice, el Papa (Michael Poccoli) sufre un ataque de ansiedad que le impide asomarse al balcón para asumir su nuevo cargo frente a los cientos de miles de fieles que esperan sus primeras palabras. Ante semejante panorama, la Santa Sede requiere los servicios de un prestigioso psicoanalista (Nanni Moretti) para que ayude al Papa a superar sus miedos y a enfrentar sus nuevas responsabilidades.
Como si de una película de Woody Allen se tratase, 'Habemus Papam' bucea en el complejo mundo del psicoanálisis con una mirada superficial, mucho más centrada en el humor que en el rigor. Hay un cierto aire de admiración y respeto hacia la institución que limita cualquier acción crítica hacia sus personajes por lo que las situaciones más rocambolescas, supuestamente cómicas, son descafeinadas y en ningún momento consiguen su objetivo. El personaje de Nanni Moretti, que permanece incomunicado en el Vaticano, representa ese lado más ligero de la película mientras que Michael Poccoli deambula por Roma en busca de su propio destino.
El Papa que quiso ser actor
La idea de un Papa profano, inseguro y en definitiva, humano, es el principal motor de 'Habemus Papam'. Un ser que no sólo entiende las preocupaciones de sus fieles sino que las comparte. Incapaz de asumir tal grado de responsabilidad, el personaje intenta huir de su destino con la esperanza de llevar una vida anónima lejos de los focos y la notoriedad. ¿A alguien le suena la historia?