En la creación de un personaje, intervienen una gran cantidad de factores que le acaban definiendo, tanto morfológica como psicológicamente. Del mismo modo, la idiosincrasia del creador se entromete en su potencial mediático, moldeando el prototipo con ciertas características que le permitan volar solo. Teóricamente, James Bond, el agente 007, la Capilla Sixtina de Ian Fleming, fue un reflejo de lo que su creador habría querido ser. La idealización del yo, es decir, una fantasía que se alimentó de todo lo que el autor británico había experimentado durante la guerra y en los años posteriores. Secretos, medias verdades e hipótesis que orbitan en torno a una de las sagas más exitosas del cine de acción, y que poco después de celebrar su 25ª película, Jamie Theakston se dispone a esclarecer en la quinta temporada de 'Historia Prohibida', una serie-documental en la que habla con expertos, historiadores y artistas involucrados, quienes regalan su perspectiva para arrojar luz sobre la verdadera identidad de un Fleming que jamás fue lo que parecía. El lunes 4 de febrero podrás disfrutar del episodio en DMAX a partir de las 22:30 h, pero nosotros ya hemos podido verlo.
Es consabido que Fleming, en tanto que supervisó varias operaciones de la Royale Navy y participó en los despachos de la inteligencia británica durante la Segunda Guerra Mundial, se basó en los conocimientos que tenía del espionaje y la atmósfera bélica para conformar a un personaje que, en cierto modo, quiso ser la extensión de su creador en la ficción, pero terminó cambiando las órdenes burocráticas por la contrainsurgencia y el glamour de las mujeres despampanantes y los martinis con vodka (mezclados, no agitados). Theakston habla de ello con fluidez, estableciendo una extraña conexión entre los testimonios de expertos -en la órbita de Fleming- y sus viajes por todo Reino Unido a lomos de distintos Aston Martin -en la de Bond-. En el binomio Fleming/Bond subyace una cantidad de matices muy curiosos, secretos que se revelan en esta 'Historia prohibida' como si lo fuera, como si el escritor los hubiese encerrado para siempre y el encargado de encontrarlos y ponerlos en las manos correctas fuese su personaje. Allá donde fallaba Fleming, el bueno de Bond, James Bond, daba en el blanco. De Sean Connery a Daniel Craig haciendo lo que siempre quiso el autor: ser el protagonista de la conversación.
Las cifras no sólo son cifras, y en todas sus películas, Bond ha alcanzado el espeluznante número de 400 muertos. Aunque no para eso, fue su álter ego para todo lo demás, incluso para disimular su misoginia escudándose en la creación de personajes femeninos con cierta capacidad de pensamiento, actuación y amor propio. Sin ir más lejos, Maryam d'Abo ('007: Alta tensión') subraya la necesidad de sentirse Chica Bond frente a las actrices modernas (Olga Kurylenko -'Quantum of Solace'; Eva Green -'Skyfall'; o Léa Seydoux -'Spectre'-) que afirman ser Mujeres Bond, en un tono que no dice nada, pero lo dice todo. Tal y como dejan claro los expertos en las entrevistas de Theakston, Fleming consideraba a la mujer un mero recurso para usar y dejar en la estacada. Fue un mujeriego, como Bond. Un hombre que diseñó a otro mejor, siendo los dos bastante mediocres como ser humano, dicho sea de paso. En cierto modo, resulta injusto el debate eterno entre atacar o defender al artista según su obra o su vida. No obstante, en el caso de Fleming, quien supo atar los cabos de una sociedad británica rota en la incertidumbre en el período de post-guerra, están estrechamente ligadas. Tanto, que el agente 007 nació de la Guerra Fría, como una suerte de espía contemporáneo que, en lugar de ocultarse y escudriñar desde las sombras, se ataviaba con un esmoquín, tragaba un par de agitados y salía del local agarrado de la mujer más bella.
Fleming experimentó una fantasía casi pornográfica a niveles literarios, soltando toda su frustración como hombre pasivo en un macho alfa de acción al que nadie se le resistía. Dice bastante de la pobre vida que llevaba el tipo, con cierto complejo de Narciso, pero nunca satisfecho con su pasividad. Theakston se harta de buscar voces que lo reafirmen, así como de desmentir la figura del Bond espía. En el espionaje, y menos en el de la Guerra Fría, jamás hubo glamour. Sin embargo, 007 no sabe vivir sin llamar la atención de todo el maldito mundo. Por tanto, y esto es una de las perspicaces reflexiones que ofrece este primer capítulo de la quinta temporada de 'Historia prohibida', Bond nunca fue un espía, sino un hombre de acción. Lo que no se le puede negar a la serie-documental es que parece encontrar lo que pretende: redimensionar al personaje desde la imagen de su creador. Es decir, poner a Bond y Fleming cara a cara para establecer similitudes, diferencias y, lo más importante, un análisis que dictamine por qué ha tenido tanto éxito la vida de un creador que antes fue Almirante, gran bebedor y mejor jugador de golf. Theakston abre el melón de las curiosidades y nos ofrece el que es, de momento, el trozo más dulce. De cara a nuevos proyectos ajenos a este reportaje, lo único que podemos pedir es que desmientan los mil rumores de los rodajes y arrojen luz sobre la realidad de un Fleming que siempre se preocupó de que su personaje hablase por él en el set. Recuerda, el próximo lunes 4 de febrero podrás disfrutar del episodio en DMAX a partir de las 22:30 h.