Tras mucha espera (y polémicas), 'El irlandés' ya está en salas comerciales. Considerada la nueva obra maestra de Martin Scorsese, se trata de una película basada en hechos reales, lo que implica que buena parte de lo que narra ha sucedido auténticamente y que varios de sus personajes existen o existieron. Curiosamente, es el tercer largometraje consecutivo del realizador estadounidense inspirarse en la propia realidad, tras 'Silencio' (2016) y 'El lobo de Wall Street' (2013).
También destaca su nexo de unión con 'Uno de los nuestros' (1990), que también narró la vida de delincuentes relacionados con la mafia y que tuvo de referencia la vida del criminal Henry Hill y su banda entre los años 50 y 80. De ahí que surja la pregunta, ¿cuáles son los hechos reales en los que 'El irlandés' se basa? El interrogante tiene respuesta fácil, al tratarse de la vida de Frank Sheeran, un sindicalista que fue acusado de tener vínculos con la mafia, concretamente con la familia Bufalino, y su supuesta implicación en la desaparición y asesinato del líder sindical Jimmy Hoffa.
La película está basada en el libro 'Jimmy Hoffa: Caso cerrado', que en España publicó Editorial Crítica. Escrito por Charles Brandt, es un trabajo de no ficción en el que se recoge la confesión de Sheeran como autor del crimen contra el líder sindical, que también tenía relación con el crimen organizado. Esa declaración es el punto de partida de 'El irlandés', título que hace referencia al mote de Sheeran, que en el largometraje es interpretado por Robert De Niro.
La vida de Frank Sheeran
Con ese punto de partida, Scorsese disecciona un relato con varias tramas entrelazadas. Siendo la esencial la vida de Sheeran. De ahí que se justifique su duración, 210 minutos (3 horas y 30 minutos), al abarcar una línea de tiempo muy amplia. La cinta narra la vida de Sheeran, que nació en Darby, un barrio de clase obrera ubicado a las afueras de la ciudad de Filadelfia, en el estado de Pensilvania, el 25 de octubre de 1920. Pese a su posterior relación con la mafia, lo cierto es que su familia era trabajadora y no tuvo relación alguna con el crimen organizado.
El instinto asesino de Sheeran se despertó cuando fue llamado a filas para combatir en la Segunda Guerra Mundial. El individuo estuvo 411 días de servicio, participando en misiones de alta importancia, inicialmente en Italia, al estar en la invasión de Sicilia, el desembarco de Palermo o la campaña de Anzio. También estuvo en los escuadrones del desembarco en el sur de Francia y en la ocupación de Alemania.
Sus misiones en el país transalpino fueron esenciales para su relación con el crimen organizado, al aprender italiano y poder comunicarse en este idioma con los capos de las familias más importantes de la mafia italo-estadounidense. Aunque fue su habilidad para matar lo que llamó la atención de las organizaciones. Su instinto asesino lo logró desarrollar completamente en su misión en Alemania.
Sheeran participó en masacres y ejecuciones sumarias de prisioneros de guerra germanos en actos que fueron considerados por las Naciones Unidas como violaciones de los Convenios de La Haya de 1899 y 1907, así como también del Convenio de Ginebra firmado en 1929 sobre el trato hacia los prisioneros de guerra. Tras terminar el conflicto bélico, Sheeran regresó a su país, con la capacidad de deshumanizar a sus objetivos, lo que le permitió tener sangre fría para acabar con la vida de personas por encargo.
Mientras trabajaba como camionero, Sheeran hizo contactos con grupos mafiosos, teniendo como segunda profesión la de asesino a sueldo, se sospecha que estuvo especializado en ajustes de cuentas, al ser varias de sus víctimas pandilleros. Su fama comenzó a aumentar, tomando contacto con Russell Bufalino (interpretado por Joe Pesci) y Angelo Bruno (intepretado por Harvey Keitel), dos líderes de las mafias más peligrosas de Pensilvania.
El caso Hoffa
Fue Bufalino el maestro de Sheeran en el mundo de la mafia y su principal vínculo criminal. Fue él quien lo introdujo en el activismo sindical y su conexión con Jimmy Hoffa, el otro protagonista de esta historia que narra Scorsese. Interpretado por Al Pacino en la película (primera vez que el actor de 'El Padrino' trabaja con el cineasta neoyorkino), Hoffa era presidente del sindicato Teamsters International, que protegía los derechos del gremio de camioneros.
Hoffa estuvo también involucrado con el crimen organizado. Como le sucedía a Sheeran, su vínculo con la mafia comenzó cuando empezó a trabajar de camionero. Conocido por chantaje y extorsión, en 1964 fue condenado por intentar manipular al jurado que dictaba sentencia por otro caso en el que estaba imputado por soborno y fraude. Hoffa estuvo relacionado con la mafia hasta su desaparición en 1975. Declarado oficialmente muerto en 1982, su caso es un de los que más conmocionó a la sociedad estadounidense de la época.
El líder sindical estuvo en prisión entre 1964 y 1971, cuando salió en libertad gracias al presidente estadounidense, el republicano Richard Nixon, con la condición de no estar relacionado con actividades sindicales en diez años. La desaparición de Hoffa se produjo cuando estaba preparando recurrir esa decisión. Fue visto con vida por última vez el 30 de julio de 1975.
La verdad tras la desaparición de Hoffa
Y aquí entra la cinta en terreno pantanoso, al estar basada en la confesión de Sheeran, declarándose culpable de la desaparición y muerte de Hoffa. El asesino a sueldo murió un año antes de la publicación del libro de Brandt, por lo que no supo las consecuencias de su declaración.
El filme sigue las líneas de su declaración y ahí es donde provoca el conflicto con aquellos que vivieron la historia de cerca o en primera persona. Sheeran confesó haber asesinado a Hoffa de dos disparos en la cabeza, cometiendo el crimen en una casa situada en la zona noroeste de Detroit. Esa versión fue completamente descartada por el FBI cuando se investigó la desaparición del líder sindical.
También fue rechazada por los periodistas que vivieron el suceso, que negaron tajantemente las palabras de Sheeran. Esto, evidentemente, es la parte que más discusiones provoca. Ya que, pese que parece que para lo que es el relato del largometraje funciona, quizás no hace un retrato fidedigno de lo ocurrido.
No obstante, cabe recordar que pese a ser una película basada en hechos reales, Scorsese y el guionista de la cinta, Steven Zaillian, tienen derecho a tomarse licencias artísticas. El caso Hoffa sigue sin esclarecerse, lo que no impide disfrutar de la que es considerado uno de los mejores largometrajes de este 2019. 'El irlandés' está ya en cines españoles, gracias a TriPictures, encargada de la distribución en salas de la cinta producida por Netflix, que llegará a la plataforma el 27 de noviembre.