Vuelve 'Narcos' y lo hace viajando al México de los años 80, en busca de un monográfico que les permita explicar el origen de las guerras entre cárteles que siguen librándose en el presente. Carlo Bernard y Doug Miro, creadores para Netflix, eligieron el ascenso del cártel de Guadalajara como punto de inicio para relatar la tragedia de un país que, recién llegado de una recesión económica y lanzado hacia la explotación petrolera más ambiciosa de su historia, terminó cediendo ante el neoliberalismo, la privatización y la corrupción nacida del narcotráfico. Marcada por su relación con Estados Unidos, el país hoy gobernado por Enrique Peña Nieto queda retratado en el aquí y ahora por sus prácticas en las dos últimas décadas del siglo XX. 'Narcos: México' es el paso natural de una ficción que está construida para contar, casi siempre de forma parcial, los polvos que se han convertido en lodo latinoamericano.
Cuando el narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo (encarnado por Diego Luna) y sus secuaces, Rafael Caro (Tenoch Huerta) y Ernesto Fonseca (Joaquín Cosio), fundaron el Cártel de Guadalajara (también conocido por C. d. Jalisco) tuvieron una idea que hasta entonces no habían contemplado sus antecesores: ser una organización criminal, sí, pero dedicada únicamente al narcotráfico, a hacer de los barrios de Baltimore, Santa Mónica o Kensington un pozo de dientes marrones, tabiques de platino y venas inflamadas. Heroína, marihuana, cocaína, de todo con tal de hacerse de oro a costa de los yankees. Esta última, que llegó después, supuso uno de los primeros acuerdos entre los cárteles de Colombia y los de México, y parece que esa va a ser una de las subtramas de la temporada.
La principal, la que tiene a todos con el hype surcando las nubes de noviembre, es la que pone a la DEA como presunta culpable de impulsar al cártel de Gallardo y cía, representada a través del agente 'Kiki' Camarena (Michael Peña) y del inspector de la Dirección Federal de Seguridad en México (DFS), Salvador Osuna (Ernesto Alterio). De lejos, muy de soslayo, aparecerá también el 'Chapo' Guzmán (Alejandro Edda) y como contrapunto Mika Camarena (Alyssa Díaz), la mujer que lo sabía todo y no sabía nada. 'Narcos: México' tiene todos los ingredientes para funcionar a pleno rendimiento durante 10 capítulos, pero después de las dos últimas temporadas, entendemos que todavía no estés seguro de esta afirmación. Así que, te vamos a contar qué hay detrás de la historia en la que se basa, el porqué de sus personajes y algunas claves que necesitas saber antes de escuchar los dos tonos distintivos de Netflix.
Claves y curiosidades de 'Narcos: México'
El cártel de Guadalajara
Fundado en 1980 por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro y Ernesto Fonseca, el Cártel de Guadalajara, ya desarticulado, va a tener toda la atención en 'Narcos: México' por una sencilla razón: fue el primero en establecerse como una organización criminal únicamente dedicada al narcotráfico -como todo el mundo sabe, es un oficio que no sólo entra dentro de los márgenes legales, sino que además se puede ejercer con orgullo y sin violencia- y uno de los primeros en estrechar lazos con los cárteles de Colombia aprovechando la geopolítica: nosotros, México, somos el paso hacia la exportación masiva de cocaína a los Estados Unidos, ¿estáis seguros de que no os interesa? Evidentemente, los de Gallardo tuvieron un crecimiento alucinante en la década de los 80 porque, en suma, enviaban ingentes cantidades de jaco y marihuana a los States mientras la DEA se volvía loca moviéndose en círculo, buscando su propio rabo.
Y lo cierto es que andaban bastante desencaminados si miramos fijamente a los ojos del agente Enrique 'Kiki' Camarena. Su trabajo junto al inspector de la DFS, Salvador Osuna, desactivaron ciertos resortes en el narcotráfico para tratar de impedir que se convirtiera en lo que es hoy: una organización unificada -sigue habiendo cuentas que saldar entre cárteles y cárteles- que opera en la sombra tras algunos de los golpes más certeros contra el narco (la desarticulación del cártel de Medellín, del de Juárez...).
Otro de los focos de atención que todavía desconocemos es el papel que Bernard y Miro le van a dar la CIA. Recordemos que durante la época de auge del narcotráfico en México, la inteligencia norteamericana estaba en plena guerra contra el comunismo, concretamente contra el gobierno Sandinista de Nicaragua. Es consabida la estrecha relación entre la CIA y algunos capos del narcotráfico para enviar mensajes que desacreditasen al comunismo con el objetivo de retirarlo del mapa político. Creemos que por ahí van a ir los tiros de la subtrama Camarena-DEA-DFS-CIA.
La guerra contra la droga en el México de los 80
En los 80 eran varios los cárteles que operaban en Latinoamérica (Medellín, Cali, Juárez, Golfo, Norte del Valle...), varios los actores que cortaban la mandanga (Gallardo, Ramón Matta, 'Kiki' Camarena, Osuna, Ronald Reagan, Félix Ismael Rodríguez, Pablo Escobar, Fonseca, Caro y así hasta el infinito) y varias organizaciones y partidos políticos implicados directa (Gobierno Federal de México, Gobierno de Colombia, Estados Unidos al completo -CIA, DEA-) e indirectamente (Gobierno Sandinista en Nicaragua, Irán, el poder político del comunismo en Latinoamérica...). Un mapa de guerra que tenía como soldados a los pobres diablos que vendían a su madre por un pico en los barrios más deprimidos de todos y cada uno de los países hasta ahora nombrados.
En México se vivió una guerra muy controlada contra la droga porque el actor principal era el cártel de Guadalajara -unido a otros tantos como aliado indispensable para la distribución en el país de los sueños- y, en menor porcentaje aunque igual de importante, el matrimonio CIA-DEA. Firmaron el divorcio varias veces, aunque nunca a nivel legal. Uno de los puntos de inflexión que va a marcar 'Narcos: México' (esperemos) es el detonante que refuerza a los cárteles y hace estallar las bisagras de las dos organizaciones más potentes de Estados Unidos (con permiso de la NSA), y que no podemos contar porque si lo hacemos, nos cargamos la serie, aunque la información es pública y notoria.
La guerra contra la droga es un eufemismo, un iceberg del que sólo podemos ver la punta, pero que esconde multitud de apretones de manos, sonrisas reptilianas y maletines con dinero manchado de sangre y plomo. 'Narcos: México' pasará de puntillas, pero pasará.
Miguel Ángel Félix Gallardo
Gallardo, apodado 'Jefe de Jefes', fue uno de los narcos más sanguinarios y poderosos de los que ha tenido que defenderse México. Fue el máximo exportador de cocaína en México y llegó a controlar todas las rutas de narcotráfico con destino Estados Unidos. Sus orígenes como agente de la ya extinta Policía Judicial Federal y como guardaespaldas del Gobernador Leopoldo Sánchez Celis le protegieron a nivel político cuando, ya fundado el Cártel de Guadalajara, empezó a estrechar lazos con Ramón Matta, Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha.
El que va a interpretar Diego Luna es el joven Gallardo, lanzado hacia el control absoluto del narcotráfico con ruta Colombia-México-Estados Unidos y construyendo sus enemistades con otros dos personajes importantes que, creemos, no van a jugar un papel principal: el Chapo Guzmán y el Güero Palma, acusados de perpetrar el asesinato del hijo Sánchez Celis, apadrinado por Gallardo, como aviso a navegantes de lo que iba a llegar años después.
La relación entre la CIA, la DEA y la DFS
Tres organizaciones gubernamentales (CIA, DEA, DFS) para combatir el narcotráfico en México y Estados Unidos se antojan demasiadas por un principio de ocultación de información. Aunque ha terminado siendo un tópico, se ha comentado a lo largo de la historia las prácticas que suelen llevar a cabo las distintas organizaciones con la información que manejan, muchas veces ocultándosela al resto con las que colaboran para apuntarse el tanto y que el presupuesto, los sueldos y los trenes de vida puedan aumentar considerablemente. Esto. Es. Así. Sin embargo, en los 80, cuando el agente 'Kiki' Camarena y el inspector Salvador Osuna comenzaron a investigar los movimientos del Cártel de Guadalajara, se respiraba un ambiente de colaboración un poquito menos tenso que lo que supuso en Colombia contra Pablo Escobar.
Las tres tenían (y tienen) intereses políticos que cumplir, pero Camarena quería ser más grande que todo eso y se zambulló en aguas pantanosas. A día de hoy, la CIA está en el centro de la diana por los puentes que tiene todavía construidos entre las oficinas de Langley y las haciendas de los narcos por su colaboración para derrocar a los regímenes comunistas de la época.
La subtrama política de 'Narcos: México' se encaminará a contar por qué la CIA no mueve un músculo en pos de la desaparición del narcotráfico, cómo la DEA quedó en un pabellón alto gracias a la perseverancia y determinación de Camarena, y como la DFS se dejó hacer en su propio país culpa, en parte, de señores como Osuna, incapaces de saltar la comba de la decencia.
Quién es quién
Diego Luna interpreta al mandamás Miguel Ángel Félix Gallardo.
Michael Peña a su némesis en el trabajo de campo, el agente Enrique 'Kiki' Camarena.
Ernesto Alterio se pone en la piel del inspector de la DFS, Salvador Osuna.
Alyssa Díaz es Mika Camarena, la mujer que guardó un secreto.
Andrés Almeida encarna a otro de los grandes el narcotráfico en México, Juan Manuel 'el Cochiloco' Salcido Uzeta, aliado de Gallardo.
Clark Freeman es Ed Heath, el jefe de la DEA en México, el enlace de Camarena con Estados Unidos.
Joaquín Cosio y Tenoch Huerta interpretan a los secuaces de Gallardo, Ernesto Fonseca y Rafael Caro, respectivamente.
Alejandro Edda, para un sólo episodio, nos dejará al Chapo Guzmán.
¿Por qué aparece el "Chapo" Guzmán?
El 'Chapo' Guzmán aparecerá en la piel de Alejandro Edda durante un episodio de 'Narcos: México' y la gente se está preguntando por qué. Muy sencillo. Cuando Gallardo conforma el Cártel de Guadalajara y comienza a abrazar al resto de narcos importantes para que unifiquen sus fuerzas y sean impenetrables para la DEA, la CIA, etcétera, el 'Chapo' dio sus primeros pasos importantes en el mundo del narco y, en lugar de pasar por el aro de Gallardo, decidió declararle la guerra asesinando a su apadrinado, el hijo del Gobernador Leopoldo Sánchez Celis, quien, se sospechaba, fue el protector de Gallardo a nivel político.
A partir de ese momento, de ese preciso hecho, el resto ya es historia. Con el 'Chapo' se terminó un ciclo y comenzó otro aún más cruento, lleno de historias para no dormir y amores lejanos. Un raro en el mundo de los narcos que hizo muchísimo daño a los dos bandos indistintamente y se negó a colaborar con la CIA.
De aquellos polvos, estos lodos
Una de las cosas más importantes que hace 'Narcos: México' es volver a sacar a la luz el origen de lo que hoy se respira en Estados Unidos. El discurso xenófobo de Donald Trump nació en el México de los 80, con un polvo blanco que hoy se ha convertido en un lodo sobre el que caminan cientos de miles de mexicanos que sólo quieren un futuro mejor. Lo que Trump ignora en sus discursos (y presumiblemente en general) es que las actividades de cierta organización fortalecieron a los cárteles hasta el punto de hacerlos casi intocables, invisibles entre la maraña de mulas que, bien voluntaria, bien forzadamente, tratar de pasar la frontera -esto lo muestran de forma contundente las dos entregas de 'Sicario'-.
Un imperio para dominarlos a todos
Gallardo no fue denominado 'Jefe de Jefes' por casualidad o por capricho de los narcos. Lo fue porque consiguió unificar a todos los grandes cárteles del momento bajo una misma premisa: exportar tanta droga a los Estados Unidos que en 20 años no les quede más remedio que nombrar a un yonki (que no yankee) como Presidente. Todos estuvieron un poco de acuerdo, en parte porque Gallardo estaba protegido políticamente (lo que ya hemos contado sobre Leopoldo Sánchez), porque fue policía judicial y porque tenía bajo su control toda la red de marihuana y heroína de México.
Firmó acuerdos de sangre con Pablo Escobar para canalizar toda la cocaína que salía de Colombia a través de los cauces mexicanos a cambio de una mordida que le iba a hacer a él más rico que a su dueño de origen. Fue listo, despiadado y constituyó un imperio narco que se llevó por delante a periodistas, agentes de la DEA, agentes de la DFS, viandantes, traidores a la corona por un piquito y a algún que otro narco con delirios de grandeza.
Aunque en menor medida, debido a las desarticulaciones de casi todos los aliados de Gallardo, su imperio lo heredó el 'Chapo' Guzmán cuando constituyó el Cártel del Sinaloa (CDS) en 1989 junto al Güero Palma.
¿Quién está detrás de la producción?
Netflix y Gaumont Télévision eligieron a Carlo Bernard y Doug Miro como creadores de la idea que llevaría el nombre de 'Narcos: México' y les incorporaron a Eric Newman, Chris Brancato (existe una confusión con Brancato porque iMDb le ponen como co-creador, pero no así el resto de medios) y Scott Teems como equipo de co-guionistas para que desarrollasen las múltiples historias que se van a contar. La música está compuesta por Kevin Kiner, famoso por ponerle acordes a la sintonía de 'Star Wars: Rebels'.
La ficción se ha rodado en Colombia y Brasil por el asesinato del productor y localizador Carlos Muñoz Portal en San Bartolo Actopan.
México, aliado "anti-comunista"
El narcotráfico en México fue uno de los mayores aliados de la CIA para disolver los gobiernos comunistas gracias a la cantidad de cárteles que colaboraron con la organización estadounidense preparando situaciones, artimañas y perpetrando violencia a raudales con la que desacreditar el panorama político heredado de la Unión Soviética.
Las actividades del Cártel de Guadalajara con Gallardo a la cabeza establecieron una estrecha relación entre los dos países norteamericanos. Ambos priorizaron la política a la ética y muchos agentes perecieron por ello. Se llegó a decir que México era la extensión anti-comunista de Estados Unidos y que por eso creció tanto en la época de los años 70/80, pero nada más lejos de la realidad, lo que impulsó a los mexicanos a la primera división económica fue la explotación de petróleo desmedida (que les acabó hundiendo a finales de los 90 con otra severa crisis).