El día de ayer en el Festival de San Sebastián estuvo condicionada por la presencia en la ciudad de los tres galardonados con el Premio Donostia. Ewan McGregor dará paso a las galas en homenaje a la carrera de Tommy Lee Jones (hoy viernes) y Dustin Hoffman (mañana sábado). La proyección de 'Lo imposible' revolucionó mediáticamente la jornada y dejó en un total segundo plano el resto de películas de Sección Oficial.
Minimalismo de Sorín
'Días de pesca' es la nueva película del director argentino Carlos Sorín, que ya ha participado en varias ocasiones en Donostia y regresa para competir por la Concha de Oro. Historia sencilla y común, un ex alcohólico que pretende recuperar el cariño perdido de su hija, al tiempo que inicia un nuevo hobby, la pesca en un pequeño pueblo de la Patagonia. Agradable, con trazas del talento de su director, la historia fluye con paciencia durante unos escasos 80 minutos, lo que deja a las claras el poco contenido de su guión. Entrañable, con una muy humana intepretación de su protagonista, el film acierta en sus expectativas hacia el público. Lástima que la propuesta sea tan poco ambiciosa y tan vista.
La maldad del banquero
También a concurso llegó 'Le Capital', del director griego Costa-Gavras. El realizador es un veterano "enfant terrible" del cine político, con títulos que impactaron durante su época gloriosa: 'Z', 'Desaparecido' o 'La caja de música'. Su nuevo trabajo es muy entretenido y ha conectado de forma increíble con el público (gran ovación durante el pase al que asistí con aplausos en medio de la proyección) en su tratamiento de una corporación que maneja importantes intereses financieros. El primer tramo de la película se hace muy obvio, con un mensaje muy subrayado que es cierto que no abandona, pero conforme avanza la película se va alejando de una propuesta previsible al sazonarlo con abundantes cargas de cinismo y sarcasmo. El contenido incide en el juego de alianzas y traiciones, malas prácticas y abusos, de las grandes entidades bancarias, donde el cliente y el empleado son un mero objeto al que poder manipular para enriquecerse. Su desarrollo pondría los pelos de punta si no fuera porque es la comidilla de cada día en los telediarios, las tertulias políticas, y sobre todo, y sin ningún tipo de careta, en la calle.
No me atraques
Para cerrar, fuera de concurso se presentó la comedia hispano-argentina '¡Atraco!'. Está dirigida por Eduard Cortés, cuya anterior película había sido la reciente 'The Pelayos'. Si aquella a pesar de sus grandes agujeros de guión tenía buena factura y era medianamente entretenida y sofisticada, con '¡Atraco!' ni siquiera parece conseguir eso. El motivo, demasiado añeja, un enredo desfasado: un atraco pactado en el que están implicadas las joyas de Evita Perón y el interés de la mujer de Franco que sólo funciona durante la primera media hora, pues pierde gas a marchas forzadas. Lo más grave del asunto es que la película dura prácticamente dos horas. La atención del público podría recaer en la presencia en el reparto de actores como Amaia Salamanca y Oscar Jaenada, además de diversas figuras argentinas. Pero ni su audiencia potencial es la joven, ni les funciona, un desaguisado para audiencias muy adultas que no pidan mucho y se conformen un humor facilón y algo tontorrón.
