El #MeToo empieza a cobrarse nuevas víctimas, según ha informado la periodista Diana Falzone en un artículo sobre una supuesta lista negra publicado por Vanity Fair. La ex-reportera de Fox, conocida por haber sido coartada por el jefe de la cadena, Rupert Murdoch, para no perjudicar a Donald Trump, ayudó con su testimonio a destapar la relación del político con la cadena de noticias en un reportaje de The New Yorker. Ahora, con su propia firma, Falzone revela cómo algunas empresas del mundo de la comunicación estarían perjudicando a las víctimas del #MeToo por denunciar los abusos.
Falzone explica en su artículo que poco después de que el #MeToo llegara a Fox News, NBC y CBS, y empezaran a despedirse a los altos cargos implicados, una periodista, a la que describe como una "antigua" y "destacada personalidad de la televisión", se puso en contacto con ella para explicarle que los altos ejecutivos no implicados estaban tomando represalias contra las víctimas que habían denunciado algún caso de abuso. A partir de esa llamada, Falzone empezó su investigación, que ahora publica acompañada de varios testimonios.
"No hay una lista negra oficial", explica la periodista en Vanity Fair. "Y, sin embargo, varias mujeres, que han resuelto demandas contra acosadores sexuales de altos cargos, me dijeron que han tenido que luchar por continuar con sus carreras en los medios de comunicación después de defenderse".
Uno de sus testimonios es el de una mujer anónima que relata cómo en una entrevista de trabajo perdió el puesto cuando le preguntaron sobre la denuncia de acoso y abandono de su anterior empleo. "Yo no hice nada. Me lo hicieron a mí, pero ocurrió en el pasado. Solo quiero trabajar. Hacer lo que me gusta de nuevo", respondió la profesional de la comunicación, a lo que el entrevistador resopló y dijo que tendría que "revisar" cuál era realmente su "reputación".
Otra presentadora, también anónima, cuenta a la reportera una historia similar en su testimonio, según el cual un director de noticias que había estado siempre detrás de ella para contratarla en su cadena, habría perdido su interés después de la denuncia, y le habría dicho que podrían contar con ella "cuando el polvo se asiente, en unos años".
El abogado laboral Martin Hyman admite a Falzone que no le extraña que esto ocurra: "Solo hace falta ver cómo algunos de los hombres que, hasta hace poco, han ejercido el poder en esta industria. Observar la cultura que crearon, perpetuaron o toleraron".
Representantes que se niegan a trabajar con las denunciantes, mujeres que parecen haber "perdido repentinamente su talento" o el descenso de oportunidades laborales para las víctimas son algunos de los casos que la periodista cita en su artículo de investigación, en el que hace un nuevo llamamiento a las mujeres que apoyan el #MeToo para que hablen si sufren alguna irregularidad laboral, y así conseguir que cesen.
El artículo pide también a las grandes empresas que: "devuelvan (a las denunciantes) sus carreras laborales. De lo contrario, todo lo que se habla sobre empoderar a las mujeres para que usen sus voces es solo una campaña publicitaria brillante".
¿Cómo empezó el #MeToo?
En 2017, el periodista de investigación Ronan Farrow (hijo de Woody Allen y Mia Farrow) destapó el mayor caso de acoso sexual de Hollywood. Lo hizo con un reportaje sobre los abusos del magnate y productor Harvey Weinstein, publicado por la revista The New Yorker, en colaboración con el periódico The New York Times, por el que un año más tarde recibirían el Pulitzer.
Los testimonios de las víctimas que recogía el reportaje, y el impulso de un movimiento de empatía difundido en redes sociales con el hashtag #MeToo, por parte de la actriz Alyssa Milano, motivaron a muchas otras mujeres a denunciar sus abusos.
