Una de las series más adictivas de los últimos años inicia su quinta temporada. Esta vez desde Berlín, Carrie se vuelve a poner el velo así que, sin duda, "she is back. ¿Preparados? Empieza otra vez el "showtime".
Reinventarse o morir
Parece que 'Homeland' lo ha vuelto a hacer. Lo hizo de manera forzada en la cuarta temporada. Esa que no nos gustó cómo arrancó. Esa que vimos sus primeros capítulos y pensamos que era claramente el principio del fin. ¿Serían capaces? ¿Resetear y empezar de nuevo por "exigencias del guion"? Pero nosotros continuamos fieles a Saul, a Carrie y a Quinn. Y llegó nuestra recompensa con el paso de los episodios. La cuarta temporada fue sin duda mejor que la tercera. La serie remó contra marea para culminar su más difícil todavía con un salto mortal que nos devolvía a la esencia de la serie en un nuevo escenario argumental. Prueba superada. Seguían siendo la serie trepidante de antaño. Queríamos más capítulos.
La amenaza se muda a Europa
Porque sin duda, la clave de 'Homeland' es eso: que nos sube la adrenalina y queremos más. Como nos pasaba con '24' y Jack Bauer. Acción y adicción pura. Durante cuatro temporadas, nos trasmitió la paranoia post 11S estadounidense en la que la amenaza terrorista podía ser cualquiera. Incluso yo llegué a dudar de Saul (¡madre mía!, menos mal que mis amigos me devolvieron la cordura). Ya no sabíamos quién era bueno o malo. Y podías dudar hasta del mejor.
En el primer capítulo de esta quinta temporada no nos sumergen en la psicosis de amenaza terrorista en Estados Unidos. Ahora, la amenaza está entre nosotros. Más pegado a la actualidad si cabe, vemos cómo los conflictos en Siria y el Estado Islámico amenazan los cimientos de la vieja Europa. Cómo en la realidad, el avispero de Siria empieza a existir cuando amenaza la seguridad de Europa.
Berlín. Dos años después. Carrie ya no trabaja para la CIA. Lo hace para During Foundation, una fundación aparentemente solidaria aunque con dudosos intereses en la zona de conflicto entre Siria y Líbano y que tiene su sede en Berlín. Ella se encarga de la seguridad de la Fundación y debe preparar un viaje a la zona. Aparentemente por ayuda humanitaria a los refugiados. Aparentemente. El terrorismo y la crisis de refugiados sirios aparecen en escena. Hezbollah, incluso el fantasma de Abu Nazir, se mezclan en esta nueva cruzada. Carrie tiene que tirar de contactos para asegurar la visita a Líbano. De esos contactos "underground" que sigue teniendo.
Tranquilidad antes de la tormenta
El episodio es tranquilo. Como la vida que nos plantean de Carrie en Alemania. Más calmada espiritual y mentalmente. Pero incluso en un episodio de planteamiento, hay un secuestro y una bomba en un piso. Carrie no se habla con sus viejos compañeros. Pero el destino seguro que los volverá a unir. Por ahora, están todos en Berlín. Todo apunta a que nos vamos a Líbano la semana que viene. Con Carrie. Comienza el juego.
