Hoy en Twitter: Así de genial sería la intro de 'Malcolm' en formato anime

En España el béisbol tiene un seguimiento tan reducido como el fútbol americano o el ajedrez-boxeo, pero en Estados Unidos es uno de los deportes con más seguimiento. Y mientras que las estrellas de Hollywood suelen dejarse ver en las canchas de la NBA, Cranston es un fan declarado de los Dodgers de Los Ángeles. Tal es su pasión por el equipo de béisbol, que su mujer decidió organizarle la fiesta sorpresa en su 40º cumpleaños en el estadio del equipo californiano.

Cranston dedicó a Hal siete años de su carrera profesional y de su vida, y no cabe duda de que supo disfrutar del personaje. El actor escogió entre los 151 capítulos de 'Malcolm in the Middle' aquel en el que Hal se dedicaba a patinar al ritmo de Queen, ya que ha confesado que pasó seis semanas aprendiendo a manerjarse sobre los patines. Algo más que añadir al currículum.

Más allá de los papeles de magnate de la droga y padre sumiso que le han llevado a la fama como actor, Cranston tuvo que ganarse la vida como pudo durante la universidad, antes de dedicarse a su oficio definitivo. Y su tarea a jornada parcial no fue otra que la de pastor, ya que durante sus años de estudios superiores fue ordenado y compaginó ambas responsabilidades.

La familia creada en 'Malcolm in the Middle' no se disolvía en su totalidad cuando las cámaras dejaban de grabar, ya que se creó un fuerte vínculo entre sus miembros. Durante esos años en los que Erik Per Sullivan interpretaba a uno de los hermanos pequeños del protagonista, Dewey, Cranston invitó al infante actor a pasar tiempo con su propia familia para que no se viera superado por el artificial mundo de la televisión a esa corta edad. Además, el veterano actor redactó varias cartas de recomendación para que su hijo en la ficción pudiera presentarlas a la hora de solicitar plaza en la universidad. Un gran padre dentro y fuera de la pantalla.

Como ya hemos indicado, Cranston no es precisamente el estereotipo de estrella egocéntrica de Hollywood. Sería más acertado calificarle como un espíritu libre, algo que queda reforzado al saber que en sus años de juventud emprendió un viaje en moto por Estados Unidos junto a su hermano. Viaje que les llevó dos años, por lo que influiría en buena medida en su posterior forma de pensar.

Su idilio con los premios tendría que esperar hasta su etapa en 'Breaking Bad'. pero con 'Malcolm in the Middle' ya estuvo ante los objetivos de las cámaras como nominado. Su propio director en la serie, Todd Holland, le mencionó en su discurso en los Emmy de 2001 diciendo que no tardará en estar sobre ese escenario, en los siguientes años el actor fue nominado en tres ocasiones. Y más adelante, ya en la piel de Walter White, se alzaría con cinco de esas estatuillas.

Siempre es interesante conocer los ídolos de los grandes actores. En el caso de Cranston, ese grupo de adoración está formado por Jack Lemmon, Spencer Tracy, Rod Steiger y Dick Van Dyke. Además, el actor mencionó al flamante ganador del Oscar Mark Rylance como una importante influencia en él. Ambos se alzaron con el premio Tony por su destacada labor sobre las tablas en 2014.

Los patines y la moto no son las únicas vías de transporte de Cranston, ya que como él mismo ha confesado, es un apasionado del running, aunque mucho antes de que se convirtiera en una moda. El actor reveló en 2003 que había corrido en cuatro maratones, por lo que sabe cómo mantenerse en forma.

Recientemente, haciendo gala de su buen gusto, Cranston eligió 'La ley del silencio' como su película favorita. Algo curioso teniendo en cuenta que aquella obra maestra fue dirigida por Elia Kazan dos años después de su declaración ante el HUAC, que perseguía la presencia comunista en Hollywood. Esa confesión de nombres de la industria rodeó a Kazan de un halo de animadversión durante las siguientes décadas. Y precisamente una de las personas más damnificadas por la calificada como caza de brujas fue Dalton Trumbo, el guionista mejor pagado de la historia, que ha sido el rol que le ha valido a Cranston su primera nominación al Oscar. Por lo que es un gesto interesante por parte de Cranston dejar de lado toda polémica y reconocer la maestría de Kazan como narrador.