Desde hace décadas, el terror ha encontrado en el cine independiente una fuente inagotable de tendencias que han acabado siendo las que han marcado el camino a seguir en las diferentes generaciones. Si en los sesenta, películas como 'Spider Baby' o la mismísima 'Psicosis' supusieron parte del origen del American Gothic, en los setenta cineastas de la talla de Romero, Hooper o Carpenter fueron los que con sus primeras aportaciones al cine de horror convirtieron lo que venían a ser sus primeros éxitos en parte de la historia del cine.
Porque en la denominada modernidad cinematográfica, títulos como 'La noche de los muertos vivientes', 'La matanza de Texas' o 'La noche de Halloween' nacieron como ejemplos de cine independiente, el cual no venía adscrito a las normativas de los grandes estudios y que, gracias a la forma en la que se salieron del molde y consiguieron revolucionar el género aportando mucho partiendo de ideas relativamente baratas (durante años, y hasta la llegada de 'El proyecto de la bruja de Blair', la película donde conocimos a Michael Myers fue la cinta de terror más rentable de la historia).
Con la llegada de los ochenta y noventa, la repetición de esquemas y la proliferación de subgéneros no hizo otra cosa que aportar matices y clichés que acabaron por convertirse en el pan de cada de día de los aficionados al género, con sus pertinentes reinvenciones y revisiones en clave de remake con la llegada del nuevo siglo. Desde entonces, lo que podríamos entender como autoría en referencia el cine de terror quedaba ligado al de los grandes nombres del mismo, los cuales pronto empezaron a conocer nuevas figuras que llegaban a tomar el relevo.
Al margen de los cineastas, durante los últimos años ha irrumpido en el panorama lo que bien podríamos denominar como una de las productoras que mejor han entendido aquello que pareció ponerse de moda ahora hace ya casi medio siglo: en las voces indie residen parte de los éxitos que acaban convertidos en las sensaciones del año. Buena muestra de ello es lo que ha supuesto A24, el estudio nacido en 2012 y que desde 2013 ha sido responsable de films como 'La bruja', 'Llega de noche', 'A Ghost Story' o 'El sacrificio de un ciervo sagrado'. Ahora, y desde su estreno en Sundance y su paso por el SXSW de Austin, 'Hereditary' llega rompiendo moldes y avalada por toda una corriente de hype que no ha hecho otra cosa más que ensalzarla como una de las películas de la temporada.
El debut de Ari Aster viene a demostrar que, algo que hasta entonces parecía tan manido como la temática de casas encantadas, puede volver a ser un claro referente a la hora de vertebrar un discurso en torno a un horror primigenio, con el cual conecta y se le atribuyen las comparaciones con 'El resplandor' o 'El exorcista'.
Es ahí donde radica la gran parte del hype que ha venido acompañando a 'Hereditary' desde el momento de su premiere mundial. El hecho de querer posicionarla cual hito dentro del género, pasando a compararla con las que desde hace tiempo se han considerado como las dos mejores películas de terror de la historia, es lo que se ha convertido en un arma de doble filo para la promoción del título de Aster.
Cuando los géneros convergen
Ha sido con su llegada a las salas norteamericanas cuando el balón de 'Hereditary' se ha desinflado. Al parecer, parte del público no ha conectado con un título que no es otra cosa que un drama familiar con elementos de horror, de ahí que le haya caído una nefasta puntuación de D+ en CinemaScore.
Entonces, si el público dice sentirse engañado al no experimentar el horror que desde los festivales se había encargado de pregonar la crítica, ¿qué debemos pensar cuando este se rasga las vestiduras al decir que 'Hereditary' tiene mucho más de drama que de puro género? ¿No es acaso 'El resplandor' un drama familiar con tintes sobrenaturales?
Algo parecido es lo que pasó en 2015 con 'La bruja'. La que se ha convertido en uno de los mejores ejemplos de folk horror de la historia, no tuvo el respaldo de parte del público que la consideró un aburrido ejemplo de drama de época. Partiendo de esa base, y teniendo en cuenta que el terror es algo siempre relativo, cabe diferenciar entre el horror de multisalas en clave tren de la bruja que tan bien ha ido perfeccionando durante los últimos años James Wan, al tipo de género que tiene algo que decir más allá del jumpscare de turno.
Por poner otros ejemplos, 'Babadook[/i']' y su reformulación del horror familiar o '[i/]https://www.ecartelera.com/peliculas/it-follows/[i]It Follows' y su vuelta de tuerca al coming-of-age, son otros de los dos casos en los que el público ha llegado a darle la espalda a propuestas que venían alabadas por los expertos.
Cabe decir, además, que si hay algo con lo que cuenta cual valor añadido 'Hereditary', es el tener como principales cabezas de cartel con dos nombres de la talla de Toni Collette y Gabriel Byrne, quienes dejan patente su clara entrega a una causa que ha llegado dispuesta a desmarcarse del cine de género más comercial, dejando claro que el horror y el cine de autor vuelven a hacer un tándem perfecto, pese a que el hype y las falsas expectativas a veces jueguen en su contra.
