Estos últimos años puede parecer que las únicas películas que se hacen en Hollywood son de superhéroes. Bien es cierto que, tanto por el movimiento fan como por el ínterés de los niños, suelen contar con un despliegue publicitario muy superior a otro tipo de películas, también superproducciones. Sin embargo, es imposible de ignorar el mastodóntico imperio que ha creado Marvel, de la página a la pantalla. Lo más grande que se ha visto en cines en años. Guste o no, es un hecho.
La empresa, que tenía los derechos de sus personajes totalmente desperdigados, ha sabido hermanarse con toda una experta en "pelotazos": Disney. Desde ese momento, han creado un universo para la gran pantalla que ya les gustaría a muchos poder hacer. Es como ver la serie definitiva. Solo que con muchísima más espectacularidad.
Con una Fase 1 cerrada con honores, gracias a 'Los Vengadores', quién mejor que Robert Downey Jr. para dar comienzo a la siguiente, de nuevo. Gracias a Disney, y coincidiendo con el 48 cumpleaños del señor Downey Jr., hemos podido ver unos 20 minutos de 'Iron Man 3', una película que ya se estaba vendiendo sola, y que nos ha vuelto a demostrar, en apenas tres escenas, que ese potencial no se ha desaprovechado.
Dentro de las películas individuales de Marvel, las de Tony Stark siempre me han parecido bastante superiores a las otras, y es que, sintiéndolo mucho para el resto, no son Tony Stark. Ni Robert Downey Jr. Cuando actor y personaje se entienden a las mil maravillas, muy malo tiene que ser el guión para desaprovechar semejante ventaja. En estas escenas vemos que, a pesar de ser puesto al límite, el millonario no pierde en ningún momento su buen humor, y ya nos ha regalado alguna de sus perlas cargadas de ironía. Él es Iron Man, y mientras sea así, la diversión está asegurada.
En los tres ejemplos que hemos visto, comprobamos que la acción vuelve a ser de primer nivel, de la que llena cada centímetro de la pantalla, de la que no deja piedra sobre piedra. Los efectos vuelven a ser de primer nivel, con los trajes mostrando una mejora más respecto a las dos entregas anteriores, y a 'Los Vengadores'. Parece que, esta vez todavía más, sí serán un personaje en sí mismo.
Un villano a la altura de un narcisista
En otra de las escenas vemos quizás el lado más familiar de Tony, algo bastante nuevo, pero en el que todavía se encuentra muy verde. Una vez más, su labia nos saca varias carcajadas. Y en la última nos han permitido ver a Sir Ben Kingsley en todo su esplendor como el Mandarín. Su potente voz impone lo suficiente para, a pesar de la escasa duración del clip, poder asegurar que ha sido una sabia elección la de ponerle a él de némesis. Va a ser un enfrentamiento más que interesante, dos grandes talentos, y dos personajes bastante ególatras. Y la estética, medio militar, medio hip hop, es un punto a favor a la valentía de este veterano actor. Gwyneth Paltrow también se dejó ver, correcta como siempre, la química con Robert Downey Jr. sigue impecable. También nos han presentado a Rebecca Hall ligeramente, aunque no lo suficiente para comprobar qué peso tiene en esta historia; por desgracia mantiene un poco la etiqueta de "pegote".
A continuación, vamos a describir por encima las escenas, así que si no queréis estropearos el estreno, dejad de leer porque CONTIENE SPOILERS.
[SPOILERS] La primera escena es la que hemos visto en los tráilers: la destrucción de la casa de Tony Stark. Antes de ese momento vemos cómo el Mandarín habrá hecho anteriormente su aparición, porque Tony le tiene miedo. Aparece Maya Hansen (Hall) para hablar seriamente con el protagonista, pero no llega a hacerlo en condiciones, Pepper (Paltrow) quiere marcharse a pasar las navidades fuera de casa. Tony no quiere, por miedo a un ataque. Pero ese miedo se cumple en ese mismo instante. Para proteger a Pepper, Tony ordena al traje que la proteja, y será Pepper, ataviada como Iron Man, quien saque a Maya de la casa, torpemente al no saber utilizarlo. Cuando están fuera, Tony llama de nuevo al traje, que es capaz de colocarse en su dueño volando hasta él. Pero es tarde, Tony cae con el traje puesto al mar. Medio inconsciente, cuando el helicóptero enemigo se marcha, él vuela sin saber muy bien hacia donde.
Tony despierta en la nieve, a miles de kilómetros de California. Desde una gasolinera, y tras robarle el poncho a la estatua de un indio, deja un mensaje a Pepper, diciendo que no volverá hasta haber acabado con el Mandarín, por su seguridad. El traje está inutilizado, y Tony se cuela en un cobertizo para poder arreglarlo. El niño que vive en la casa le sorprende con una pistola de juguete. Cuando se da cuenta de quién es, le dice que los periódicos le dan por muerto, y promete ayudar a Tony a cambio de un accesorio del traje que le ayudará a asustar a un matón que no le deja en paz. El diálogo entre Tony y el niño no tiene desperdicio.
Por último, pasamos a una mansión, en la que Maya (Guy Pearce) habla por teléfono. Luego vemos cómo llega un convoy de jeeps, uno de ellos ocupado por el Mandarín (Kingsley). El escenario está preparado para que el villano emita su propaganda por televisión. Por lo tanto, está más cerca de lo que pensábamos. [FIN SPOILER]
