"Y si vencemos hoy, el 4 de julio ya no será únicamente una fiesta norteamericana, sino el día en que el mundo declaró al unísono: 'no desapareceremos en silencio en la oscuridad. No nos desvaneceremos sin luchar'. Vamos a vivir. Vamos a sobrevivir. Hoy celebramos nuestro Día de la Independencia". Es que da igual que no tengas ni una pizca de patriotismo en todo el cuerpo. Aún hoy, 25 años después de que 'Independence Day' llegase a la gran pantalla, el discurso del presidente Whitmore encarnado por Bill Pullman, sigue poniendo los pelos de punta. Es una conjunción de factores, por supuesto.
Este blockbuster había ido haciendo los deberes hasta ese punto, y la emoción ya andaba a flor de piel ante la lucha que los humanos iban a librar en defensa de su hogar, que estaba siendo invadido por una especie alienígena. Desde entonces se ha contado la misma historia muchas veces (y antes también se había explorado), pero pocas con el éxito que lograsen el director Roland Emmerich y el guionista Dean Devlin.
'Independence Day' logró recaudar más de 300 millones en todo el mundo. 300 millones a mediados de los 90. Vaya, que público habló: aquello era el espectáculo veraniego definitivo. Ahora Emmerich echa la vista atrás y recuerda cómo desarrolló la película junto a Devlin, revelando que las inolvidables palabras maravillosamente declamadas por Pullman, se idearon a mitad de rodaje, cuando ya no había otra.
Hay que tener talento
Emmerich cuenta que el mérito no es suyo y que fue el coguionista de la película, Devlin, el que dio en la diana: "Cuando escribimos [la película], siempre teníamos un hueco con 'el presidente da un discurso', ¿no? Reuniendo a las tropas", ha explicado Emmerich en una entrevista con ComicBook.com. "Llegábamos al final de la película y no habíamos terminado con el guión. Así que tuvimos que ponernos a ello dos días más y eso era algo que aún no habíamos escrito. Solo teníamos ese: 'El presidente da un discurso'. Entonces le dije a Dean: '¿Por qué no hago uno, algo como el discurso del día de San Crispín [de 'Enrique V]' o algo así?', y el me contestó: 'Ah, déjame probar algo'. Se fue y como tres o cuatro o cinco minutos más tarde volvió y dijo: '¿Qué piensas de esto?', le respondí: 'Oh, eso es fantástico. Siempre podemos cambiarlo más tarde'. Nunca se cambió una palabra en ese discurso. Ni una palabra". Hay que tener talento.