Todo aquel que haya tenido que crear o producir una obra artística, en cualquiera de las diferentes ramas que componen esta actividad (música, cine, literatura, arquitectura...), sabe que la inspiración (el germen de cualquier idea) puede surgir de las experiencias y vivencias menos esperadas e inhóspitas. Y es precisamente en este terreno donde un jovencísimo James Cameron ('Titanic'), que a principios de los 80 se encontraba grabando en Roma un anuncio para televisión, tuvo una horrible, y fructífera, pesadilla que acabaría convirtiéndose en el primer gran éxito de su carrera y en uno de los blockbusters de ciencia ficción más famosos de las últimas décadas. Nos referimos por supuesto a 'Terminator', el clásico de 1984 que, además de lanzar al estrellato a Cameron, se encargó de consolidar la fama y carrera de su villano, el ex-fisioculturista (y actualmente también ex-gobernador de California) Arnold Schwarzenegger ('Poli de guardería'), y la de su protagonista, la icónica Sarah Connor, interpretada por Linda Hamilton ('Chuck'). Quien junto a la princesa Leia Organa de Carrie Fisher y la teniente Ellen Ripley de Sigourney Weaver, se encargaba de romper con la típica y estereotipada imagen de damisela en apuros que reinaba en las producciones de Hollywood.
Sin embargo, y sin menospreciar el alcance y repercusión que tuvo esta cinta para sus implicados (que a día de hoy siguen disfrutando de la fama y los beneficios derivados de la misma), donde más se ha notado el impacto de esta historia post-apocalíptica, en el que las máquinas (bajo el liderazgo de la todopoderosa Skynet) se rebelaron y consiguieron extinguir casi por completo a la raza humana, es dentro de nuestra cultura popular. Porque además de la correspondiente parafernalia publicitaria derivada del proyecto (juguetes, figuras coleccionables o de acción y demás objetos que han usado la imagen de sus personajes) la saga (porque tras su éxito era inevitable que la industria dejará escapar la oportunidad de continuar rentabilizando la historia) ideada por Cameron después de una noche de fiebre y mareos ha influido en el arte, y los productos desarrollados bajo actividad, hasta niveles que pocos pueden imaginar o recordar.
Además de cinco secuelas, dos de ellas bastante buenas ('Terminator 2: El juicio final' y 'Terminator: Destino Oscuro') y las otras tres de una dudosa calidad ('Terminator 3: La rebelión de las máquinas', 'Terminator Salvation' y 'Terminator Génesis'), y una serie de televisión ('Terminator: Las crónicas de Sarah Connor') que apenas duró dos temporadas en emisión, la franquicia surgida del T-800 (modelo al que pertenece el androide asesino de la primera película) ha extendido las raíces de su influencia a otras áreas como el cine (obviamente), la televisión, los cómics y hasta los videojuegos. Tal es la importancia que ha tenido, y sigue teniendo, esta obra cinematográfica en la generación millennial que no hace falta realizar una búsqueda particularmente exhaustiva para encontrar alguna referencia, directa o indirecta, a los diversos elementos (personajes, tramas, escenas concretas...) que la transformaron en un clásico del séptimo arte.
Terminator en los cómics
El paso de los Terminator, y su correspondiente mundo post-apocalíptico, por las viñetas ha sido recogido por hasta cinco editoriales distintas en las últimas cuatro décadas. Now Comics ('Los Cazafantasmas'), Dark Horse ('Hellboy' y 'La Máscara'), Malibu Comics ('Mortal Kombat' y 'Men in Black'), Dynamite Entertainment ('Robocop') y por supuesto Marvel Comics, han permitido a grandes autores como Frank Miller, Axel Ross (cuyo primer trabajo de importancia dentro de la industria del cómic vino precisamente de la mano de este universo) o Alan Grant (entre muchos otros) desarrollar historias con las que expandir, y arraigar en nuestra memoria, el universo creado por Cameron. De esta forma los lectores del décimo arte han podido explorar diferentes aspectos de esta franquicia como: los estragos de la guerra entre máquinas y humanos, la lucha por impedir que Skynet usara armas de destrucción masiva, un enfrentamiento entre Skynet y su contraparte soviética del futuro o la aparición de nuevos soldados, además de Kyle Reese (Michael Biehn), en el pasado para tratar de cambiar el futuro.
Pero sin duda alguna, el aspecto donde mejor ha sabido moverse, y promocionarse, esta película ha sido en los múltiples crossovers que ha realizado a lo largo de los años con diferentes personajes icónicos de las viñetas. Destacando sobre todo el enfrentamiento entre los cyborgs asesinos de Skynet y el último hijo de Kriptón en 'Superman vs Terminator: Muerte en el futuro' y su pequeño encontronazo con otro de los robots más famosos de la ciencia ficción, Robocop.
Terminator en los videojuegos
Con alrededor de 30 títulos a sus espaldas, la gran mayoría desarrollados durante la década de los 90, el mundo de los videojuegos es otra de las ramas artísticas en las que Skynet ha implantado sus raíces. Pues más allá del conocido y alabado 'Robocop versus Terminator', un juego de 16 bits creado para la Megadrive de Sega e inspirado en el comic del mismo nombre, el gran aporte de esta película a los videojuegos (mecánicamente hablando) se produjo con los títulos producidos por Bethesda Softworks (creadora de la saga 'Fallout'). A pesar de su limitación gráfica se adelantaron a la hora de implementar mecánicas innovadoras que más tarde adquirirían/aprovecharían otras franquicias de éxito como' GTA (Grand Theft Auto)', permitiendo al jugador ponerse en la piel del T-800 o de Kyle Reese en varios juegos de acción en primera persona que recreaban los eventos de la primera entrega. La única película sobre la que el estudio tenía los derechos.
Terminator en el mundo audiovisual
Como es lógico el cine y la televisión han sido los medios perfectos para que incluso quien no haya visto la primera entrega, así como ninguna de sus posteriores secuelas, conozca quiénes son Kyle Reese y John y Sarah Connor, qué es Skynet o qué narices es un Terminator T-800 modelo 101. Estos personajes, así como sus tramas y escenas más famosas, se han replicado, homenajeado, parodiado e imitado hasta la saciedad en un sin fin de proyectos y propuestas similares ('Johnny Mnemonic', 'Matrix', 'Virtuosity', 'Hardware, programado para matar', 'Cyborg 2: La sombra de cristal'...), reflejando así la importancia e impacto que tuvieron en su momento las ideas que Cameron planteó en esta primera película de bajo presupuesto (fue rodada con apenas 7 millones de dólares) y estética de serie B. De hecho, y con perdón del "hasta la vista baby" (la mítica frase de 'Terminator 2'), el "I'll be back" (volveré) de Schwarzenegger ocupa, según el American Film Institute, el puesto 37 en el top de las mejores frases de la historia del cine.
La pequeña pantalla tampoco se ha quedado atrás a la hora de aportar su granito de arena en la transmisión y arraigamiento, dentro de nuestro imaginario colectivo, de varios elementos de esta joya cinematográfica. Series como 'Los Simpson' (Matt Groening), conocida por su habilidad para referenciar y parodiar a otros proyectos audiovisuales, o 'Padre de familia' (Seth Green) se han nutrido de la misma para presentar algunos gags y escenas memorables en innumerables capítulos. Quién puede olvidar el viaje de la familia amarilla a Rascapiquilandia (parque temático inspirado en los dibujos de Rasca y Pica) donde sus miembros debían luchar contra una serie de androides claramente inspirados en el T-800 o cuando Homer, aprovechando su amistad con Alec Baldwin, escribe un guion titulado 'The Terminizor: An Erotic Thriller', que posteriormente le acabaría robando Ron Howard.