No nos engañemos, ni las guerreras con poca ropa de 'Sucker Punch', ni el beato Escrivá de Balaguer son los estrenos del pasado fin de semana. La cinta más destacada que ha llegado a nuestras pantallas es
Ganadora del Oscar este año en la categoría de mejor documental, la cinta narrada por Matt Damon comienza con un pequeño ejemplo: Islandia. El idílico país donde todos soñábamos vivir pasó al endeudamiento con dos sencillos pasos, desregularizar la actividad financiera y privatizar bancos. El resultado fueron préstamos innecesarios, especulación y que la economía del país tenga que sacar a flote a los que jugaron con el dinero de todos.
La cadena de bursatilización
'Inside Job' nos sumerge en una serie de términos habituales de la jerga económica que todos deberíamos dominar: agencias de calificación, aseguradoras de valores, conglomerados financieros,... Pero cumple dos necesidades básicas, nos deja claro a donde ha ido a parar el dinero y nos muestra en boca de sus protagonistas los pocos escrúpulos de la clase financiera actual.
Este drama de no ficción surge de personas como Alan Greenspan, que acabaron con la desregularización de la economía alegando los beneficios del flujo monetario. Millones de préstamos basura han salido de manos de prestamistas para acabar en bancos de inversión para convertirlos en flamantes Obligaciones de Deuda Colateralizada. Tras una sustancial prima a las agencias de calificación, como Moody's o Fitch, las CDO reciben la triple A y pasan a ser objeto de inversión por todo el mundo.
La trama se complica cuando aseguradoras de valores como AIG ofrecen paquetes para los inversores, que podrán recuperar su dinero en caso de sufrir pérdidas, pero a la vez venden el servicio opuesto, favoreciendo las apuestas en contra. Todo ello impulsado por los ejecutivos cuyos beneficios aumentan con el número de nuevos afiliados.
Ganar dinero estimula el cerebro como la cocaína
La historia de 'Inside Job' no es ninguna sorpresa, pero sí lo es lo profundamente vinculada que está a la educación superior. Los altos cargos de las universidades americanas no ven ningún tipo de conflicto de intereses en asesorar a las empresas que se han lucrado con esta crisis, lo que no nos deja un futuro demasiado brillante en el horizonte cuando las mentes de los nuevos financieros han sido educadas por los creadores de la fatal cadena de bursatilización.
"¿Por qué le deben pagar a un ingeniero de finanzas de 4 a 100 veces más que a un ingeniero de verdad? Un ingeniero de verdad contruye puentes. Un ingeniero de finanzas construye sueños. Y cuando esos sueños se convierten en pesadillas, otros lo pagan."