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PRECRÍTICA

'Invictus', catarsis deportiva

El gran Clint Eastwood nos brinda una nueva perla cinematográfica a la que quizá solo habría que recriminarle cierta falta de épica en su tramo final.

Por Óscar Martínez 26 de Enero 2010 | 12:52

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Este fin de semana llega a nuestras salas 'Invictus', película basada en la novela del reportero John Carlin 'El factor humano' y con la que Clint Eastwood retoma la narración del acontecimiento histórico tras el díptico conformado por 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima'.

Siguiendo la estela de títulos que entremezclaron con sapiencia deporte e historia como, por ejemplo, 'Munich' o 'Evasión o victoria', la nueva película de Clint Eastwood refleja, una vez más, una reacción colectiva -en este caso el post-Apartheid liderado por Mandela- a través del retrato coral.

'Invictus', catarsis deportiva

'Invictus' es un film sobrio y pausado, que prefiere el detalle a la magnificiencia, y que evita de manera constante los alardes megalómanos o las escenas sensibloides en las que tan fácil habría sido recalar; Eastwood refleja con sutileza la conversión del odio y la venganza en perdón, unidad y redención, y lo plasma ya sea a través de pequeños gestos y miradas, sea en escenas íntimas como la llegada de Mandela a su primer día de trabajo como presidente o la relación cotidiana entre sus agentes de seguridad.

Con un portentoso Morgan Freeman como principal protagonista, y secundado por un no menos solvente Matt Damon, cabe destacar también -y se agradece- el hecho de que el film se centre en un acontecimiento puntual sin extenderse en demasía en aspectos globales de la situación histórica en la que se enmarca, siendo ésta reflejada a través de puntuales pinceladas pero resultando más que suficiente para ubicar al espectador perdido y hacerle comprender la verdadera magnitud de los éxitos extradeportivos conseguidos por los Springboks.

'Invictus', catarsis deportiva

Si hubiera que echarle algo en cara al film sería, quizá, cierto exceso de utopía en la construcción de la figura de Mandela, así como la ausencia de una verdadera épica final, algo desangelada como consecuencia del constante afán de Eastwood por no recaer en el melodrama deportivo y rehuir los convencionalismos.

A pesar de todo, 'Invictus' resulta ser un título que merece ser visto, una muesca más en una filmografía prácticamente intachable.

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