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CRÍTICA

'Iron Man 2', secuela protocolaria

Favreau se ha limitado a hiperbolizar un fuego de artificio que, a pesar de todo, se sigue sosteniendo por la figura de Tony Stark.

Por Óscar Martínez 4 de Mayo 2010 | 12:22

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A pesar de los muchos varapalos que se llevó por parte de algunos, cabe reconocer que 'Iron Man' era un buen blockbuster superheróico: alejándose de la -agradecida- gravedad del cine de Nolan, el begins dirigido por John Favreau nos ofrecía cine palomitero en toda regla a ritmo de Ac Dc, con un antihéroe interpretado por Robert Downey Jr. que en más de una ocasión llegaba incluso a eclipsar las propias escenas de acción, cosa verdaderamente rara de ver en un producto de la Marvel.

'Iron Man 2', secuela protocolaria

Por su parte, esta secuela del Hombre de Hierro peca de ser excesivamente protocolaria y previsible, un film que, al carecer de la sorpresa de su predecesor, trata de ahondar en las interrelaciones de sus protagonistas con más bien poca fortuna. De este modo, así como la primera entrega de 'Iron Man' suplía la carecía de una némesis de verdadera enjundia con un protagonista cuyo carisma, diarria verbal y gadgets lograban mantener entretenido al espectador, 'Iron Man 2' se ha limitado a hiperbolizar los otros aspectos del film, confomando un fuego de artificio que, a pesar de tener a un villano de presunto calibre (un Mickey Rourke presencial a la sombra de un gran Sam Rockwell), más chicas (una Scartlett Johansson tremendamente desaprovechada) y más efectos, se sigue sosteniendo única y exclusivamente por la figura de Tony Stark.

'Iron Man 2', secuela protocolaria

De este modo, 'Iron Man 2' llega incluso a aburrir en ciertos pasajes del film, limitándose a ser una pasable secuela cuyo principal atractivo resulta ser, curiosamente, su abierta concepción de anticipo a 'Los Vengadores', film que reunirá a buena parte de los iconos de la Marvel, algunos de los cuales todavía tienen que aterrizar en nuestras salas.