Fernardo Colomo quedó maravillado tras visitar la isla de Menorca. Paisajes magníficos, gente cercana y un estilo de vida totalmente diferente a lo vivido. Por ello no se lo pensó dos veces y se puso a elaborar 'Isla bonita', un filme casi autobiográfico con actores no profesionales que interpretan sus propias vidas.
Un relato íntimo, sutil e interiorista del cineasta español. Él mismo dirige, escribe, produce y protagoniza esta obra que trata de las relaciones humanas, de las segundas oportunidades y los entresijos del amor tanto en la época juvenil como en la vejez. Presenta un estilo de humor muy inteligente y satírico cuyo mejor exponente es su naturalidad intrínseca. Esto nos hace inmiscuirnos en primera persona en las vivencias de los protagonistas.
Y de fondo, Menorca. Unos planos que evocan la belleza de uno de los mejores lugares de nuestro país, que para muchos es desconocida. Una isla secundada por un grupo de personajes que comienzan a enlazarse hasta provocar situaciones realistas a la par que adorables.
Todo gira en torno a Fer (Fernando Colomo) un publicista venido a menos y recién divorciado que decide pasar unos días en Menorca junto a su amigo (y ex dueño de una agencia de publicidad) Miguel Ángel, que vive en un retiro debido a su vejez. Al ver que no puede dejarle vivir en casa debido a la familia de su mujer, le pide a su amiga bohemia y escultora Nuria que lo acoja en casa. No vivirán solos, sino que compartirán techo con Olivia, una seductora y encantadora muchacha cuyos amoríos con Tim y Lluis protagonizarán de los mejores momentos del filme.
En esta ocasión Fernardo Colomo interpreta a su propio alter ego (esta vez no tira de Antonio Resines) de una manera más que correcta, ocupando el protagonismo sin ningún apuro. Su relación con las mujeres tras el paso de los años y la necesidad de absorber nuevas experiencias con bellas damiselas acaban por ser su equivocación. La perdición y la confusión ante el amor colman la mayoría de sus inquietudes como muestran los tres divorcios de su personaje.
La simbiosis que se produce entre la joven Olivia y el tenaz Fer supone una avalancha de buenos gags y un aprendizaje mutuo entre dos estilos de vida totalmente opuestos. Algo tan simple como un baño matutino o unas copas en el centro de Menorca se convierten en algo mágico para un individuo que valora los pequeños detalles que para la mayoría resultan algo ínfimo.
Y pasamos a las relaciones entre los jóvenes de la isla. Olivia esta con el suizo Tim (Tim Bettermann) con el que mantiene una relación a distancia y a priori liberal (como demuestra su hermoso comienzo como un verano perfecto) aunque con la aparición de Lluis (amante de Olivia) provoca que el suizo se vuelva loco y descubra sus verdaderos sentimientos. Conserva el rollo del filme de culto 'Martín (Hache)' con su famosa frase: "Hay que f*** a las mentes".
'Isla bonita' cautivó a los espectadores durante el pasado Festival de San Sebastián en lo que se supone una de las obras más sencillas y encantadoras de Fernando Colomo. Se le conoce por obras como 'Al sur de Granada', 'Los años bárbaros' o 'La banda Picasso' y en todas ellas deja claro su sello, muy a lo Woody Allen respecto a su personalidad como realizador y guionista. Colomo dejó total improvisación de los personajes a la hora de interpretar y sin ningún tipo de guion. Algo con muchísimo mérito teniendo en cuenta las carcajadas que suscita y sus tan sólo 700.000 euros de presupuesto. Menos es más.
La búsqueda de la identidad y la felicidad esta presente en todos y cada uno de los protagonistas, cada uno a su estilo. Los momentos de la escultora Diana (sus obras son propias en la vida real) resultan desternillantes y su naturalidad colma la pantalla al igual que su hija Olivia, que representa la encantadora adolescencia perdida por las que todos llegamos a pasar en alguna que otra ocasión.
