El reportero y documentalista australiano, James Ricketson, ha sido condenado a seis años de prisión por un tribunal de Camboya. Ricketson ha sido declarado culpable de espionaje en un juicio en el que el fiscal no ha mostrado, realmente, pruebas del supuesto espionaje. La defensa, así como también grupos activistas de la oposición, han denunciado que la condena viene por claras motivaciones políticas.
Ricketson, de 69 años, fue detenido en junio de 2017 cuando estaba grabando una manifestación del partido de la oposición con un dron. La manifestación estaba organizada por el Partido de Rescate Nacional de Camboya (CNRP), partido de la oposición que fue ilegalizado por el gobierno dos meses después de la detención del realizador. Al tener al principal partido de la oposición ilegalizado, que en las elecciones de 2013 logró casi la mitad de los votos, el Partido del Pueblo de Camboya, al ser el único que se presentaba a las elecciones, ganó los comicios del 29 de julio, obteniendo 125 escaños.
Después de leerse el fallo, Ricketson fue devuelto a la prisión de Prey Sar, situada a las afueras de Nom Pen, la capital del país, en el que ha estado cautivo durante 14 meses, según reveló un fotógrafo a la agencia de noticias Efe. Los jueces han dado por válidos los argumentos de la fiscalía, que acusó a Ricketson de recolectar información para comprometer la seguridad del país utilizando su actividad humanitaria, su trabajo como periodista y su labor documental. Ricketson, desconcertado, preguntó durante el juicio: "¿Para qué país se supone que estoy espiando?".
El fiscal lanzó acusaciones sin mostrar pruebas
"Desde que llegó a Camboya, el acusado ha estado recopilando información política, social y económica sobre Camboya y la ha estado enviando a países extranjeros. Ha seguido obteniendo información durante 22 años, hasta el día en que fue arrestado. Ricketson ha usado su supuesto trabajo de periodista y su supuesta labor humanitaria para ocultar su verdadero trabajo, el de espía, pero él lo es y ha estado grabando sitios de las fuerzas de seguridad del país", denunciaba el fiscal Sieng Sok. La fiscalía, realmente, no ha mostrado pruebas o evidencias de ese supuesto espionaje, limitándose a lanzar acusaciones sin fundamento: "Todas sus grabaciones causan que la comunidad internacional odie Camboya, ese es su objetivo. Recopila información, se la vende a países extranjeros y pone en peligro la seguridad nacional".
Ricketson tiene 30 días para apelar la sentencia. La defensa considera que el motivo de prisión para el documentalista es puramente político, en un claro ataque a la libertad de prensa. La defensa cree que las motivaciones políticas vienen debido a la relación personal del reportero y director australiano con el líder del partido de la oposición, así como varios dirigentes del partido, actualmente ilegalizado.
El fallo judicial fue sucedido por la puesta en libertad de varios activistas y militantes del PRNC, al recibir el perdón del rey Sihamoni, por petición expresa del primer ministro de Camboya, Hun Sen, ganador de las elecciones de julio. Hun Sen lleva ostentando su cargo de primer ministro de 1985. La decisión judicial ha sido también denunciada por el subdirector de Human Rights Watch para Asia, Phil Robertson, que ha declarado que el fallo judicial estaba tomado de antemano y que Ricketson está siendo utilizado como cabeza de turco para justificar la represión en el país. "Este juicio evidencia todo lo malo de la justicia de Camboya, con cargo excesivos y sin importancia, fiscales que no aportan pruebas y jueces que siguen las directrices políticas del gobierno", lanzó en un comunicado. Human Rights Watch ha exigido la retirada de cargos y la puesta en libertad del documentalista y ha criticado al gobierno australiano por no evitar su encarcelamiento y enfrentarse a un juicio que era, claramente, "una farsa ridícula".
Por otra parte, la ministra australiana de asuntos exteriores, Marise Payne, ha dicho que el gobierno de su país va a proporcionar a Ricketson asistencia consular completa: "El señor Ricketson está sujeto a procedimientos legales bajo la ley camboyana y ahora debe considerar su respuesta a la decisión de la corte utilizando las vías que se le han propuesto". Periodista de vocación, James Ricketson es también documentalista y ha sido director de películas de ficción también, como 'La otra cara de la noche' o 'Blackfellas'.