Después de enfrentarse a Michael Myers en seis ocasiones, la última en 'Halloween Kills', está claro que ya nada asusta delante de las cámaras a Jamie Lee Curtis y de hecho la actriz cree que ha llegado el momento de cambiar de bando. En una entrevista con Entertainment Weekly, Curtis expresó su deseo de participar en las nuevas películas de 'El exorcista' que prepara Blumhouse y tiene incluso elegido su papel ideal: el demonio.
Aunque entre 'La noche de Halloween', 'La niebla', 'Prom Night' y 'El tren del terror', Curtis se convirtió en la reina del grito, ya ha tenido suficiente de lo de luchar contra la muerte y ser la final girl y considera que a estas alturas se merece ser la encarnación misma del mal: "Tal vez debería ser la voz del diablo, como Mercedes McCambridge", dico Curtis. "Si David me da un papel en la nueva trilogía de 'El Exorcista' como la voz del diablo, para mí sería como cerrar el círculo, de una manera meta. Dejaría flipando a la gente". Lo más curioso es que, y según cuenta en el mismo artículo, cuando a los 15 años sus padres (Janet Leigh y Tony Curtis) le pusieron la película, se asustó tanto que todos sus amigos se rieron de ella: "Odio que las películas de miedo me den miedo"
Muchos paralelismos
Al igual que la nueva trilogía de 'Halloween', las de 'El Exorcista' también se planea en tres películas, también estarán dirigidas por David Gordon Green y también continuarán directamente donde lo dejó la película original de 1973, ignorando el resto de secuelas. Al menos la primera de ellas va a estar protagonizada por Leslie Odom Jr y se ha anunciado el regreso de Ellen Burstyn, la madre de Regan, como Chris MacNeil.
Sin embargo y según EW, Curtis no ha llegado a compartir esta idea con Green que cuando se enteró dijo: "Tendría que hacerle el casting. Hizo el llanto del bebé en la última de 'Halloween', así que está claro que también tiene talento como actriz de doblaje". Si al final le dan el papel, esperemos que no tenga que sufrir tanto como McCambridge en su momento, que tuvo que comer huevos crudos, fumar sin parar y beber mucho whiskey para que su voz sonase lo más ronca y áspera posible. Y es que por algo Orson Welles la consideraba en su momento "la mejor actriz de radio viva del mundo".
