Alanis Morissette, Charlize Theron,Ellen DeGeneres, Halle Berry, Oprah Winfrey, Marilyn Monroe, y un doloroso y largo etcétera. Todas ellas artistas; todas ellas mujeres que se atrevieron a dar la cara y confesar que fueron abusadas, violadas, y psicológicamente destruidas. Ahora, la veterana actriz Jane Fonda, quien después de cincuenta años se ha convertido en todo un icono feminista, ha declarado en una entrevista con Net-A-Porter a Brie Larson, una sonada activista y defensora de las víctimas de abusos sexuales, que fue violada y abusada sexualmente en su juventud. "Cuando comencé a actuar decía a la gente: «El cine es mi forma de activismo», y ellos me contestaban, «Tienes que conocer a Jane. Ella será tu apoyo»", comienza Larson introduciendo una entrevista que está a punto de convertirse en algo más que una mera conversación entre dos mujeres.
Fonda culpa a su época, y la sociedad de la misma, de haberla forzado a renunciar a ser quien era por el mero hecho de ser mujer. La actriz declaró que crecer en los 50 siempre la ha hecho sentirse inferior a los hombres de su vida, personas a las que considera "maravillosas pero víctimas de los principios del sistema patriarcal". "Un sistema que reprime duramente a las mujeres" en palabras de la actriz. "Decidí que no iba a renunciar a ser quien soy por querer complacer al hombre con el que mantengo una relación". "Me costó mucho darme cuenta, obviamente; porque me habían inculcado la necesidad de complacer...", confiesa Fonda segundos antes de revelar la realidad; y es que la actriz estaba tan influenciada por esa concepción de mujer sumisa que siempre consideró que merecía esos abusos: "He sido violada, fui abusada sexualmente cuando era una niña, me han despedido por no querer acostarme con mi jefe, y siempre he pensado que era culpa mía; que no estaba haciendo lo correcto", confiesa la actriz de 79 años a Brie Larson.
No duda en agradecer al progreso y a las mujeres que se han atrevido a dar el paso, así como concienciar a la población de que la víctima no es la culpable. "Una de las mejores cosas que el movimiento femenino ha conseguido es hacernos ver que [las violaciones y los abusos sexuales] no son culpa nuestra. Nos violaron y eso no está bien".
La actriz de la serie de Neflix 'Grace & Frankie no tuvo una infancia feliz ni mucho menos. En 2014, confesó que su madre, Frances Ford Seymor, había sufrido abusos a la edad de 8 años; trauma que la llevaría a suicidarse casi 35 años después, cuando Fonda contaba con tan sólo 12.Hecho del que Fonda no tuvo constancia hasta que, mientras escribía sus memorias, encontró el expediente médico de su progenitora. "En el momento en el que lo leí, todo tenía sentido. Entendí la promiscuidad, las infinitas cirugías plásticas, la culpa, la incapacidad de amar e intimar. Fui capaz de perdonarla y perdonarme a mí misma".
Asimismo, ambas actrices discutieron la incapacidad que tienen algunas mujeres de decir "no" por miedo a las consecuencias que esa palabra de dos letras pueda tener. "[Antes] si alguien me ofrecía un trabajo decía que sí sin titubear. Acepté papeles para los que no estaba capacitada y por los que se aprovecharon de mí como quisieron. No sabía cómo defenderme. Ahora diría: «No. Este es un papel de mierda y no me gusta cómo me estás tratando», y me marcharía", asegura Jane Fonda.
El poder del discurso
Larson también quiso conocer cuál es la posición de Fonda respecto a la participación de los artistas en cuestiones sociopolíticas. Un asunto, que a pesar de poder parecer reciente, con los sobreconocidos discursos de Meryl Streep o Viola Davis, no lo es en absoluto. "Todo el mundo tiene derecho a decir lo que desee sin importar a qué te dediques"· "Siempre que ha surgido una revolución social importante artistas, actores, escritores, y poetas han sido los que han alcanzado las áreas que los políticos son incapaces incluso de soñar", sostiene Fonda, quien no entiende cómo la gente se extraña de la participación de artistas tan influyentes como Streep en un problema tan sonado como la división que actualmente experimenta Estados Unidos.
10 mujeres que han impulsado el 'Girl Power' en las últimas décadas
San de 'La princesa Mononoke'
Ya es tradición en la filmografía de Hayao Miyazaki dar voz y protagonismo a mujeres que se tornan inolvidables. Ya sean brujas, reinas o amazonas; todas ellas tienden a convertirse en las principales precursoras del relato. En este sentido, 'La princesa Mononoke' nos regala una de las figuras femeninas más devastadoras y atrevidas del universo Ghibli. Hablamos de San, una joven salvaje criada entre lobos que lucha ferozmente por sus ideales. Su tremenda fortaleza y coraje la convierten en una mujer autosuficiente y luchadora que consigue lo que se propone dejando al margen a posibles "salvadores" masculinos.
Louise Sawyer y Thelma Dickinson en 'Thelma & Louise'
La combinación de una huida femenina en automóvil con un ambiente árido y desértico puede dar resultados tremendamente efectivos. Ya lo comprobamos en la espectacular 'Mad Max: Furia en la carretera'. Pero antes de que esta carrera futurista aterrizase en nuestras pantallas de cine, Ridley Scott ya realizó una prueba similar a principios de los noventa. Y Susan Sarandon y Geena Davis experimentaron en carne propia el precio a pagar por rebelarse contra un sistema machista abusivo en 'Thelma & Louise'.
Vianne Rocher en 'Chocolat'
'Chocolat' esconde una tierna y profunda reflexión sobre la liberación personal. Alejada del modelo convencional de mujer que circula por el rancio pueblo de Lansquenet, la protagonista de esta historia lucha contra viento y marea para lograr la aceptación del nuevo ecosistema en el que se instala. Porque Vianne Rocher (Juliette Binoche) tiene más bien pocas herramientas para ganarse la confianza de una aldea muy corta de miras: es forastera, madre soltera y tiene el objetivo de abrir una tienda.
Beatrix Kiddo en 'Kill Bill'
Mamba Negra es peleona, fuerte y podría arrancarle los ojos a cualquier rival con solo una mirada. Tiene alma de líder y por supuesto encaja muy bien dentro del universo Quentin Tarantino: es decidida, audaz y muy temperamental. Tal vez por ello su rostro termine empapado de sangre en más de una ocasión dentro de la saga 'Kill Bill'. Desde una óptica feminista, Beatrix Kiddo se aleja de los estereotipos más convencionales dentro del género para convertirse en una figura que desprende decisión, independencia y fortaleza.
Erin Brockovich-Ellis en 'Erin Brockovich'
Aunque la cinta dirigida por Steven Soderbergh no resista muy bien al paso del tiempo (a más de uno 'Erin Brockovich' siempre le pareció un telefilm sobrevalorado), tal vez presente uno de los personajes que más tenía que contar en el terreno del autoestima femenino y los obstáculos sociales a principios de siglo. Y es que a pesar de los tibios resultados obtenidos, la intención de la cinta era buena: componer un retrato de una mujer rompedora, firme, luchadora y desenvuelta. Lástima que un guión plagado de clichés y tópicos dificultase el trabajo de Julia Roberts.
Alice Abernathy en 'Resident Evil'
Tal vez uno de los grandes hallazgos de la cinta se encuentre en el hecho de que eleve el rol de la mujer dentro de una historia tradicionalmente asignada al hombre. Porque 'Resident Evil' opta por abandonar la testorena y deja a una valiente Milla Jovovich al frente de una pesadilla protagonizada por zombies desquiciados y emociones fuertes. Y al igual que ocurre con Trinity en 'Matrix' o Sarah Connor en 'Terminator', Alice Abernathy aparece como heroína a tener en cuenta.
Clarice Starling en 'El silencio de los corderos'
Jodie Foster compone uno de esos retratos que hielan la sangre y se ganan el cariño del público. Y la puesta en escena y la dirección de Jonathan Demme contribuyen a que empaticemos todavía más con un tímido personaje que debe abrirse hueco en un universo plagado de hombres. Pero que nadie se confunda porque esta agente del FBI demuestra estar a la altura de las circunstancias: la norteamericana cumple satisfactoriamente sus objetivos aguantando la feroz mirada de deseo de su insoportable entorno masculino. Un acoso que el espectador experimenta en carne propia (el punto de vista de la cinta corresponde a Clarice y por tanto más de un baboso habla a cámara).
María y su madre en 'Solas'
'Solas' de Benito Zambrano es una película que conmueve a todo aquel que se aproxima a ella. Utilizando como base el cine más social de Fernando León de Aranoa, el cineasta andaluz construye una postal familiar con dos personajes femeninos que deberán enfrentarse a un heteropatriarcado arraigado y doloroso. Y utilizando el vínculo sentimental que las une, María (Ana Fernández) y su madre (María Galiana) deberán salir adelante sorteando a los numerosos hombres que desean reprimirlas. Muy recomendable.
Jess y Jules en 'Quiero ser como Beckham'
'Quiero ser como Beckham' no solo nos presenta a una joven e inexperta Keira Knightley a principios de su carrera. El mensaje incluido en la cinta dirigida por Gurinder Chadha resultó inspirador para toda una generación de espectadores que se acercó al film pensando que en realidad trataba de fútbol. Pero a fin de cuentas se fueron a casa con la lección aprendida: no hay sueños y deseos que no merezcan una lucha contra el folclore y la tradición más injusta y represiva.
Cathy Whitaker en 'Lejos del cielo'
Todd Haynes, maestro absoluto del melodrama, volvió a demostrar sus habilidades para la psicología femenina allá por el 2002 con 'Lejos del cielo'. La cinta, que nos traslada a Connecticut en los años cincuenta, narra la historia de un ama de casa cuyos principios comienzan a desmoronarse al topar con una cruda realidad vinculada a su marido. Como retrato fantasmal, la película no tiene ningún tipo de desperdicio: Cathy Whitaker y sus numerosos esfuerzos por ganarse un hueco en una sociedad que no la comprende merecen un claro visionado.