Jim Carrey ha vuelto a ser noticia, y no precisamente por cómo de bien le van las cosas. El actor no ha conseguido ganar la demanda por negligencia que le fue impuesta tras el suicidio de su exnovia, la maquilladora Cathriona White. Sus aportaciones han sido desestimadas por el tribunal. La jueza Deridre Hill confirmó que un nuevo juicio se celebrará contra Carrey, al que se le acusa de hacer uso de su "patrimonio, influencia y status" para conseguir las recetas de las drogas que causaron la muerte por sobredosis a White.
El marido de la maquilladora irlandesa, Mark Burton, y su madre, Brigid Sweetman, han demandado a la estrella de películas como 'Dos tontos muy tontos' o 'El show de Truman' en Los Ángeles. El abogado de la familia, Michael Avenatti, declaró: "En vista de que el fallo del tribunal nos ha dado una sentencia favorable, iremos a juicio en abril". Continuó diciendo: "El público merece saber la verdad".
Mientras tanto, el abogado de Carrey, Raymond Boucher, ha pedido a la Corte Suprema de Los Ángeles que anule el caso. Sin embargo, la jueza Hill ha desechado esta idea y el actor canadiense tendrá que enfrentarse al juicio por negligencia y demás acusaciones bajo la ley de responsabilidad de distribuidores de drogas. Además, se desestimó la petición de privacidad por parte del actor, añadiendo que el juicio debía incluir evidencias médicas, más aún cuando la madre de White le acusó de trasmitirle a su hija tres enfermedades sexuales.
Boucher ha negado que sus clientes vayan a llegar a un acuerdo con Carrey. "Nos estamos preparando para el juicio". El actor, además no repetirá la solicitud de que la madre de la maquilladora tuviera que pagar una multa de 372.000 dólares en el caso de que Carrey ganara el juicio. Es más: Avenatti escribió a la corte pidiendo que la solicitud fuera desestimada, ya que Sweetman carece de los medios necesarios para pagarla y está enferma.
¿Qué se sabe del caso?
Cathriona White, de County Tipperay (Irlanda), fue hallada muerta en su casa de Los Ángeles en septiembre de 2015. El actor canadiense desmintió las acusaciones de ser el causante de su suicidio, tachándolas de "maliciosas y abusivas". Lo cierto es que junto a White se encontraron dos cartas dirigidas al actor. La jueza Hill continuará estudiando el caso, cuyo juicio estaba previsto para el 26 de abril.
Jim Carrey y sus interpretaciones histriónicas
Histriónica: 'Ace Ventura, un detective diferente'
Uno de los taquillazos más importantes de Jim Carrey, especialmente en la taquilla estadounidense, se produjo gracias a Ace Ventura, uno de esos personajes tan odiados por los detractores del cómico como admirado por sus admiradores, quienes convirtieron a este detective de mascotas en uno de los iconos cinematográficos de la década de los 90. En su primera entrega, Carrey realizaba un auténtico despliegue de recursos faciales y corporales que dotaban a su personaje de una personalidad arrolladora, una tarea interpretativa mucho más compleja de lo que parece, y que facilita la crítica fácil y superficial.
Pero aquí ya se empezaba a descubrir a un talento de la comedia absoluta que, además, conseguía ganarse la simpatía del público en cuestión de minutos. Por fortuna, su secuela no solamente mantenía el tipo, sino que superaba a su predecesora gracias, de nuevo, a Carrey. Mucho gesto, sí, pero con todo el sentido del mundo.
Contenida: 'El show de Truman'
Primer papel protagonista dramático en la carrera de Jim Carrey, primer Globo de Oro a Mejor Actor. Con 'El show de Truman', las alertas se dispararon y muchos de los fanáticos del actor empezamos a soñar con su imagen sujetando un Oscar tan grande como la obra maestra dirigida por Peter Weir. Una ilusión que desapareció en cuanto se conocieron las nominaciones y comprobamos cómo Roberto Benigni le robaba su espacio en el quinteto de posibles ganadores. Un error que se terminó de redondear con el italiano haciéndose con la estatuilla. Ver para creer.
En cualquier caso, Carrey consiguió con 'El show de Truman' dejar con la boca abierta a millones de espectadores que esperaban otra comedia marca de la casa y se encontraron con una de las interpretaciones más brillantes de su carrera. Ayuda, y no poco, que todos los elementos que le rodean funcionen a la perfección, construyendo un clásico contemporáneo que no ha hecho más que crecer con el paso de los años. Un punto de inflexión absoluto para su carrera. Y uno de sus grandes triunfos.
Histriónica: 'Batman Forever'
Robin Williams, John Malkovich, Steve Martin y el mismísimo Michael Jackson (¡!), eran las principales opciones que el director Joel Schumacher barajaba para que interpretaran a Enigma, uno de los villanos más coloridos y delirantes del universo de Batman. Pero, tras el rechazo de la mayoría de ellos, Jim Carrey arrasó con todo y se hizo con el papel. El resultado, pese a que el tiempo haya hecho que crezcan los detractores en cantidades importantes, es una de las interpretaciones más deslumbrantes de su catálogo cómico.
A través de un compromiso total con su personaje, Carrey es consciente durante toda la película de cuál es su labor en la misma, superando todas las zancadillas que presenta el guión, repleto de diálogos vergonzosos, a base de talento para el gesto correcto, el tic inesperado, la sorpresa silenciosa. Un mimo en potencia que transmite siempre el terror de lo imprevisible, el factor sorpresa. En definitiva, lo mejor de 'Batman Forever'. No es mucho decir, ya, pero merece la pena recalcarlo.
Contenida: 'Man on the moon'
Un año después de ganar su primer Globo de Oro a Mejor Actor en la categoría de Drama por 'El show de Truman', Jim Carrey repetía triunfo con 'Man on the moon', estupendo biopic sobre la figura del cómico Andy Kaufman, una de las personalidades más imprevisibles y excesivas de la historia del espectáculo estadounidense. Dirigida por Milos Forman, impecable como siempre, 'Man on the moon' depositaba todo su peso sobre los hombros de Carrey, quien se enfrentó al personaje desde la dedicación absoluta, llegando a tener secuelas psicológicas después del rodaje, asegurando que la personalidad de Kaufman se había quedado a vivir en él para siempre.
El tiempo ha demostrado que hablamos de dos cómicos que, una vez caído el telón del espectáculo, comparten más de un miedo y de una obsesión. Quizá por eso, la interpretación de Carrey en la película consiga mezclar de manera tan perfecta las dosis de ternura y locura correspondientes. Un trabajo deslumbrante que encoge el corazón.
Histriónica: 'Dos tontos todavía más tontos'
No, no era la secuela que esperábamos. Porque sí, algunos recibimos con ilusión, casi entusiasmo, el anuncio del regreso de Carrey y Jeff Daniels para interpretar de nuevo, veinte años después, a Lloyd y Harry, los personajes con los que consiguieron un inesperado taquillazo en 1994 con 'Dos tontos muy tontos', sobresaliente comedia de los hermanos Farrelly en la que la estupidez se convertía en fuente inagotable de gags con capacidad para mantenerse en la memoria durante años.
Claro, los detractores de este tipo de cine atacaron sin piedad aquella joya de culto, pero en 2014, los defensores tampoco lo tuvimos fácil. Ni mucho menos. A lo largo de 'Dos tontos todavía más tontos', el espectador tiene la sensación constante de estar presenciando un quiero y no puedo, especialmente evidente en la interpretación de un Carrey incapaz de recuperar su capacidad para arrasar al espectador con su incendiario talento cómico. Nos queda la esperanza de que, tarde o temprano, regrese. Pero no a través de secuelas.
Contenida: 'The Majestic'
Entre los trabajos más infravalorados de la carrera de Jim Carrey, 'The Majestic' sigue destacando con especial intensidad. No es que la película dirigida por Frank Darabont sea una obra maestra, en absoluto, pero sí que se trataba de una estimable, y nada sutil, carta de amor al cine clásico, con la vista fijada en Frank Capra, y a la labor del guionista. Carrey, en un papel que desprende aroma a James Stewart por todos lados, entregaba una interpretación sobria y delicada, tierna y romántica, más que convincente.
Nada que ver con el manual de gestos imposibles que desplegó en su anterior película, la desastrosa 'El Grinch'. La moneda, en este caso, cayó del lado de la cara. Lástima que el público no le hiciera nada de caso y 'The Majestic' siga ubicada en el terreno de la indiferencia. Merecía más suerte.
Histriónica: 'Un loco a domicilio'
20 millones de dólares. Tal cual. Esta cifra, mareante, corresponde al sueldo que cobró Jim Carrey, en plena racha de apabullantes éxitos, para protagonizar 'Un loco a domicilio', segunda película de Ben Stiller como director y uno de los fracasos comerciales más destacados de la carrera de ambos. Y es que, durante la promoción y tras el estreno, los comentarios de crítica y público se centraban más en las cifras del contrato de Carrey que en el resultado artístico obtenido por la cinta.
Y es una lástima porque, pese a no conseguir cumplir sus objetivos, 'Un loco a domicilio' era una comedia con las suficientes dosis de humor negro y valentía como para destacar como producto diferente, mucho más que un vehículo de lucimiento para el actor. En cualquier caso, Carrey acepta gustoso todas las posibilidades que le ofrece un guión tan oscuro como triste para llevar al delirio absoluto a su personaje. Uno no sabe si reír, llorar o pasar miedo con él, pero está claro que no existe el piloto automático en una interpretación sin ataduras, a doble o nada. Puro Carrey.
Contenida: 'El número 23'
Tras dos fracasos comerciales consecutivos, 'Dick y Jane, ladrones de risa' y 'Una serie catastróficas desdichas de Lemony Snicket', dos películas que se quedaban en una triste zona de nadie, Carrey se lanzó de lleno a un género inexplorado hasta el momento en su carrera, el thriller, de la mano del siempre temible Joel Schumacher. El resultado, 'El número 23', fallaba en prácticamente todo, pero Carrey se mostraba implicado de verdad, intentando salvar los muebles y evitar un desastre anunciado. Pero era imposible.
La contención es su mejor arma, pero su enemigo, uno de los guiones más estúpidos de los últimos años, era demasiado grande. Nadie se acuerda ya de ella, pero conviene destacar la interpretación de su protagonista como lo único positivo. Algo es algo.
Histriónica: 'La máscara'
Y el mundo se rindió ante Jim Carrey. Tras conquistar las taquillas de Estados Unidos con la primera entrega de 'Ace Ventura, un detective diferente', el actor conseguía el éxito internacional con 'La máscara', más que notable comedia con la que Carrey, de manera definitiva, se convertía en la nueva estrella de la comedia. Y aquí tenemos, además, su mejor versión. Su manera de transformarse en un auténtico dibujo animado, realizando movimientos corporales imposibles, rizando el rizo del exceso y la locura y marcando un vibrante ritmo de gags que no ofrecían descanso alguno, sigue siendo un auténtico festín para todos los admiradores de la comedia más desenfrenada.
'La máscara', que sumaba además el descubrimiento de una irresistible Cameron Diaz, se ayudaba de unos efectos especiales deslumbrantes para conseguir alcanzar sus delirantes cotas de expresividad cinematográfica, pero el mérito, todo, lo tenía ese fenómeno de la naturaleza llamado Jim Carrey.
Contenida: '¡Olvídate de mí!'
Resumiendo, la mejor interpretación de la carrera de Jim Carrey está en '¡Olvídate de mí!'. También la peor traducción jamás realizada sobre un título original en la historia de nuestro país, pero ese es otro tema que nos llevaría más tiempo y peor humor. Aquí estamos de celebración, recordando una obra maestra de principio a fin, una de las más hermosas y crudas reflexiones sobre el amor y el paso del tiempo, sobre los impulsos y las decisiones que no aceptan la vuelta atrás, sobre el futuro como ese lugar que, sin estar, puede llegar a hacer tanto daño desde la incertidumbre.
A Carrey, impecable, le acompaña la mejor versión de Kate Winslet, con la que consigue una química tan sorprendente como inolvidable. A partir de su primer encuentro, todos los milagros se comienzan a suceder sin pausa. Un clásico contemporáneo. Y una de esas interpretaciones por las que a Carrey le deberían haber llovido los premios. Todos.