James Emswiller, jefe de sonido de grandes películas y actualmente trabajando como responsable de tal departamento en la grabación de 'You are my friend', ha fallecido este 12 de octubre a la edad de 61 años tras sufrir un accidente en el set de rodaje.
Durante el descanso, el profesional salió a fumar al balcón del edificio donde se encontraba el equipo cuando cayó a causa de un ataque al corazón. La policía de Pensilvania reporta haberle encontrado en el suelo y lograr que llegase al hospital, aunque allí su estado empeoró. El accidente aún se está investigando, acorde al departamento de seguridad de Pittsburgh.
La película, encabezada por Tom Hanks, es un biopic de la estrella televisiva Fred Rogers. Por el momento, Sony y TriStar han emitido un comunicado: "Es una tragedia devastadora y el estudio lo está investigando. Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de Jim, sus amigos y compañeros".
Una carrera excepcional
Emswiller fue uno de los mejores profesionales de su campo durante toda su carrera. Tras trabajar en películas como 'Bajo la misma estrella' o 'San Valentín Sangriento 3D' y blockbusters de la talla de 'Jack Reacher e incluso 'Los Vengadores', llegó a ganar el premio Emmy a mejor mezcla de sonido en 2015 por la mini serie 'Bessie'.
Los mejores personajes de Tom Hanks
Allen Bauer ('Un, dos, tres... splash')
Después de curtirse en la televisión durante la primera mitad de los años ochenta, Ron Howard (uno de los directores que más han influído en su carrera) le dio la alternativa en la gran pantalla con su primer protagonista cinematográfico, el del enamoradizo Allen Bauer que un buen día descubre que la chica de sus sueños es... una sirena (Daryl Hannah). 'Un, dos, tres... splash' (1984) era una modesta comedia romántica de toques fantásticos sin muchas pretensiones, pero dio a conocer al joven Hanks a nivel internacional y le abrió las puertas a un género (la comedia americana ochentera, con todos los hallazgos y clichés que queráis atribuirle) del que fue uno de los reyes hasta bien entrada la década de los noventa.
Robert Langdon ('El código Da Vinci')
Quizá las aventuras del investigador Robert Langdom (surgido de la imaginación del escritor Dan Brown) no sean las obras literarias y cinematográficas más prestigiosas del mundo, pero acumulan millones de lectores en todo el planeta y sus réditos en taquilla han dado, hasta la fecha, para tres películas: 'El código Da Vinci' (2006), 'Ángeles y demonios' (2009) e 'Inferno', que llegará a las salas el próximo otoño. Con la salvedad de 'Toy Story', esta es la única saga cinematográfica de la que ha formado parte.
Josh Baskin ('Big')
Películas como 'Despedida de soltero' (Neal Israel, 1984), 'El hombre del zapato rojo' (Stan Dragoti, 1985) o 'Dos sabuesos despistados' (Tom Mankiewicz, 1987) habían convertido al joven Tom Hanks en prototipo de cómico "para mayores de 13 años". Sin embargo, en 1988 protagonizó una de las comedias para todos los públicos más fantásticas y entrañables de la década, 'Big', aquella en la que se convertía en el cuerpo adulto de un niño de once años y nos descubría, a través de su inocente y gamberra mirada, una percepción sincera del mundo cínico e incomprensible de los adultos. La cinta fue todo un éxito, y su verosímil interpretación le valió todo un reconocimiento: su primera nominación a un Oscar de la Academia.
Richard Phillips ('Capitán Phillips')
Uno de los papeles más unánimemente aplaudidos (y que le valió la que, hasta ahora, es su última nominación al Oscar) fue su encarnación del capitán Richard Phillips, personaje real que con su audacia y temple logró salvar la vida de su tripulación, secuestrada en su propio carguero por un reducido grupo de piratas somalíes. Paul Greengrass le brindó la oportunidad de lucirse con un trabajo contenido y veraz, prototipo del héroe cotidiano dispuesto a jugársela a su pesar.
Woody (saga 'Toy Story')
Que sea una cinta de animación nos priva de verle el rostro, y el doblaje en países de habla no inglesa impide que su trabajo con la voz pueda ser apreciado en su justa medida. Quizá no todos sepan que Tom Hanks es el inefable sheriff de trapo Woody de la serie 'Toy Story', pero es justo reconocer su contribución a uno de los personajes más carismáticos, reconocidos y queridos por públicos de todas las edades en una de las sagas cinematográficas más brillantes que han surgido de la factoría Pixar. ¡Hay una serpiente en mi bota!
Michael Sullivan ('Camino a la perdición')
Taciturno, introvertido, discreto y homicida. Echemos de menos en la carrera de Tom Hanks algún personaje de villano, y quizá lo más cercano lo encontramos en este gángster con principios (pero que no duda en tirar de gatillo si la situación lo requiere) obligado a coger carretera y manta para proteger la vida de su primogénito. En su momento, 'Camino a la perdición' no tuvo el reconocimiento que se merecía, y tanto esta sobresaliente película de Sam Mendes como el trabajo de Hanks (así como el del resto del fabuloso elenco) merecen ser recuperados y reivindicados.
Chuck Noland ('Náufrago')
Seis años después de haber trabajado juntos en la exitosa 'Forrest Gump', Robert Zemeckis retó a Tom Hanks a un verdadero tour de force físico e interpretativo para una película en la que, casi en su 80%, él sería el único actor en pantalla. Para 'Náufrago' (2000), cuyo rodaje se llevó a cabo en orden secuencial, Hanks engordó hasta 20 kg. para interpretar al personaje durante la primera parte del film; la producción se detuvo durante ocho meses, tiempo que el actor empleó para someterse a una estricta dieta (perdió 30 kg.) y dejarse crecer el pelo y la barba, hasta conseguir el aspecto que luce en el tercer acto del film. Un esfuerzo que fue recompensado con un Globo de Oro y una nueva nominación al Oscar, y aunque la película tuvo una recepción algo tibia por parte de crítica y público, con el tiempo se ha convertido en un pequeño y querido clásico con estimables índices de audiencia en cada reposición televisiva.
Capitán Miller ('Salvar al soldado Ryan')
Tomar Normandía, asaltar un puesto de control nazi o proteger un puente vital para el avance del Ejército Aliado parece mucho más fácil bajo el mando de un capitán como Miller en 'Salvar al soldado Ryan' (1998), primera de las fructíferas colaboraciones que a lo largo de los últimos veinte años han mantenido Tom Hanks y Steven Spielberg (actor y director, respectivamente, de 'Atrápame si puedes', 'La terminal' y 'El puente de los espías', y ambos como productores de 'Hermanos de sangre' y 'The Pacific'). Hanks supo combinar la autoridad y disciplina de un mando militar con la sensibilidad de un hombre corriente que solo desea volver a casa, y que siente cómo se aleja cada vez que muere uno de sus chicos o abate a un enemigo. Un trabajo magnífico.
Andrew Beckett ('Philadelphia')
Tom Hanks, rey de la comedia de los ochenta, ya había tenido un par de escarceos con otros géneros con un éxito relativo ('La hoguera de las vanidades', 'Algo para recordar'), y a principios de la última década de siglo parecía condenado a repetirse en un tipo determinado de personajes graciosos y agradables. El productor Edward Saxon y el realizador Jonathan Demme apostaron fuerte por él como protagonista de su controvertida 'Philadelphia' (1993), la historia de un abogado de éxito repudiado por su condición de homosexual y portador del VIH. Es difícil determinar si Hanks hizo más por la comunidad gay con su honesto trabajo en el film o con su emocionante discurso en la gala de los Oscar de 1994 (cuando subió a recoger la primera estatuilla de su carrera de manos de Emma Thompson), pero en cualquier caso, y al margen de las diversas consideraciones alrededor del film (para unos, es un mero telefilm con aspiraciones; para otros, un valiente primer paso en un tema en el que Hollywood, hasta entonces, nunca se había mojado), su Andrew Beckett se convirtió en un verdadero icono de respeto, tolerancia e igualdad.
Forrest ('Forrest Gump')
¡Y pensar que este personaje fue ofrecido en un primer momento a John Travolta! ¿Alguien podría hoy imaginarse al simpar 'Forrest Gump' con otro rostro y otra personalidad que no fuera la que le insufló un inconmensurable Tom Hanks? Un guion magnífico a cargo de Eric Roth (sobre la novela de Winston Groom), una dirección ejemplar bajo la batuta de Robert Zemeckis, un elenco en estado de gracia y unos avances tecnológicos al servicio del cine como nunca antes se habían visto. Pero nada de eso hubiese tenido sentido sin la metódica interpretación de Hanks, que dio vida y alma a uno de los personajes más queridos de la historia del cine reciente (y que, como contraprestación, le otorgó su segundo Oscar consecutivo, algo que hasta entonces solo había logrado Spencer Tracy); él era el verdadero efecto especial de la película.