La mayoría de las personas coinciden en que 'Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza' era la película que necesitaba la saga para volver a renacer y continuar con el espectacular mundo creado en la trilogía de George Lucas. Sin embargo, J.J. Abrams recibió bastantes críticas porque su película se parecía mucho en contenido y forma a la primera entrega de la saga cinematográfica: 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza'. Entre estos parecidos razonables se encontraba que en la película de 2015 también aparecía una nueva versión de la Estrella de la Muerte que volaba por los aires de una forma bastante similar a la de 1977.
El propio J.J. Abrams ha salido a explicar los motivos que le llevaron a introducir elementos de 'Star Wars: Una nueva esperanza'. En una conversación con Chris Rock en el marco del Tribeca Film Festival, Abrams ha comentado que con la última película estrenada de 'Star Wars' lo que pretendía era que fuera "un puente, una especie de recordatorio". Para el director de 'Super 8' "el público necesitaba recordar lo que es 'Star Wars', partir de algo familiar para dirigirnos a nuevas tierras, que es lo que pasará en gran medida en los episodios VIII y IX".
El episodio sexto de la saga, 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi', se estrenó en 1983, por lo que para J.J. Abrams había que refrescar algunas cosas. "Lo raro es que había pasado mucho tiempo desde la última película", ha dicho el director. "Obviamente las precuelas han existido en medio y queríamos, en cierto modo, recuperar la historia", ha comentado el neoyorquino para terminar aceptando los hechos: "De una manera muy consciente, y he sido muy criticado por ello, tratamos de coger algunos puntos familiares para que la película se sostuviera sobre algo que todos sabemos que es 'Star Wars'".
En definitiva, lo que quería J.J. Abrams era introducir nuevos personajes en un mundo que para el público fuera familiar, más que lanzar una nueva historia. Aunque narrativamente este movimiento pueda dejar algo que desear, para el futuro de la saga ha sido una táctica realmente buena. J.J. Abrams ha conseguido que el público siga viendo el mundo al que está acostumbrado y ha introducido a los nuevos personajes que son los que deben seguir creciendo en las próximas entregas.
Las dudas de Mark Hamill
En esta conexión entre el pasado y el presente había que introducir a Luke Skywalker, el mítico personaje interpretado por Mark Hamill. Para J.J. Abrams esto supuso un verdadero problema. El director ha reconocido que en las primeras ideas que tuvo para hacer la película, Luke Skywalker tenía un papel de líder junto con Rey (Daisy Ridley). Sin embargo, cambió de idea porque pensaba que Luke se podía comer la historia. "Hacía sentir que cuando Luke entraba en la historia se hacía con ella. De repente, te dejan de importar los personajes protagonistas porque Luke Skywalker está ahí y quieres saber qué va a hacer él", ha explicado Abrams.
La decisión final de que Mark Hamill sólo tuviera una pequeña aparición dejó un poco contrariado al propio Hamill, según ha comentado J.J. Abrams. "Imagínate que eres Mark Hamill y estás leyendo el guion. 'Oh, el comienzo es bueno, página dos, oh, página tres, etcétera -¿Qué está pasando? Quedan tres páginas para el final, la última página. ¿Qué?'", este ha sido su gráfico relato de lo que le pudo pasar a Hamill. "Él tenía algunas dudas sobre aceptar, se preguntaba si parecería idiota o una broma, pero yo le dije que no lo parecería", y así consiguió J.J. Abrams que Mark Hamill retomara el tan querido personaje de Luke Skywalker.
