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TERF WARS

J.K. Rowling responde a los que critican su postura anti-trans con un largo ensayo: "Me niego a doblegarme"

La autora de 'Harry Potter' ha publicado un texto en el que justifica su manera de pensar hacia el activismo trans y llega a hablar de su experiencia como víctima de agresión sexual y violencia de género.

Por Jesús Agudo Más 10 de Junio 2020 | 19:47
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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J.K. Rowling llevaba sin tuitear desde el pasado 7 de julio, día en el que hizo arder la red social de los 280 caracteres con una serie de comentarios que fueron rápidamente tachados de tránsfobos y a ella de TERF (Feminista Radical Trans-Excluyente). La autora de 'Harry Potter' ya había comentado antes que, mientras que apoya que las personas transexuales se identifiquen como quieran, el sexo, por naturaleza, no se puede cambiar. Asociaciones como GLAAD y personalidades como Sarah Paulson, Mara Wilson e incluso los dos protagonistas de las sagas cinematográficas 'Harry Potter' y 'Animales fantásticos', Daniel Radcliffe y Eddie Redmayne, han criticado sus palabras.

J.K. Rowling

La escritora ha roto su silencio a través de un larguísimo comunicado publicado en su página web y en el que "da sus razones para hablar sobre temas de sexo y género", y lo ha tuiteado en su cuenta poniendo "TERF Wars (Guerras TERF)", abrazando el término despectivo. Afirma que es un tema "rodeado de toxicidad" y que con ese texto "no quiere añadir más toxicidad".

En el texto se defiende diciendo que "se ha reunido con personas trans, ha leído libros sobre diversidad, blogs y artículos de personas trans, especialistas sobre género, personas intersexuales, psicólogos, expertos en seguridad, trabajadores sociales y médicos, y seguido la conversación online y en medios tradicionales". Sabía que pronunciarse iba a acarrear repercusiones: "Esperaba amenazas de violencia, de que me dijeran que estaba literalmente matando a personas trans con mi odio". Pero además de amenazas, dice haber recibido muchos mensajes de apoyo de personas "profundamente preocupadas por la manera en la que un concepto sociopolítico está afectando la política, la medicina y la seguridad". Explica las razones por las que ha decidido hablar del tema, como que "el nuevo activismo trans" que "presiona para erosionar la definición legal de sexo y cambiarla por género" podría afectar a la educación o a su organización caritativa, que ofrece ayuda a mujeres y niños, sobre todo víctimas de violencia doméstica. También critica que se posibilite la transición a adolescentes con disforia de género (que la identidad de género y el sexo con el que han nacido no coincida).

"Vivimos en el tiempo más misógino que haya vivido", continúa, y asegura haber sido atacada tanto por Donald Trump como por los activistas trans: "En todas partes, se dice a las mujeres que se callen y se sienten". Y sobre los segundos añade: "No es suficiente que las mujeres sean aliadas de los trans. Las mujeres deben aceptar y admitir que no hay diferencia material entre las mujeres trans y ellas" y critica términos supuestamente inclusivos como "personas que menstrúan".

Víctima de violencia doméstica

Por último pasa al terreno personal y recuerda que ha sido víctima de violencia doméstica y agresiones sexuales: "Conseguí escapar de mi primer matrimonio violento con algunas dificultades. (...) Las cicatrices que dejaron la violencia y la agresión no desaparecen, no importa lo querida que te sientas o el dinero que tengas. (...) Si pudierais entrar en mi cabeza y entender lo que siento cuando leo que una mujer trans ha muerto a manos de un hombre violento, encontraréis solidaridad y amabilidad. (...) Las personas trans necesitan y merecen protección. (...) Así que quiero que las mujeres trans estén seguras. Al mismo tiempo, no quiero que las nacidas niñas y mujeres lo estén menos. Cuando abres las puertas de los baños y probadores a cualquier hombre que crea o sienta que es una mujer, y los certificados de confirmación de género se pueden dar ahora sin necesidad de cirugía u hormonas, entonces abres la puerta a cualquier hombre que quiera entrar. Esa es la simple verdad".

Rowling continúa diciendo que "olvidó la primera regla de Twitter: nunca, jamás esperes una conversación con matices" y afirma que "enormes números de mujeres están justificadamente aterrorizadas por los activistas trans, lo sé porque muchas se han puesto en contacto conmigo para contarme sus historias. Tienen miedo de perder sus trabajos o sus vidas, y de la violencia". Pero ella "se niega a doblegarse" frente a un movimiento "que creo que está haciendo un daño demostrable al buscar erosionar 'mujer' como una clase política y biológica y ofrecer cobijo a deprededadores". Termina diciendo que se posiciona del lado de los más vulnerables: "niños gays, adolescentes frágiles y mujeres que quieren mantener sus espacios de sexo único" y cree que "ninguna de las mujeres con las que ha hablado odia a la gente trans, al contrario" y que el término TERF "ha empujado a más mujeres jóvenes al feminismo radical que el movimiento ha visto en décadas". Concluye que con este texto no quiere que nadie sienta pena por ella porque se siente "extraordinariamente afortunada" y dice que no olvidará la complejidad interna que ha aprendido con todo esto "cuando cree un personaje de ficción" o "con las personas trans". Pero pide "una empatía y entendimiento similar a los muchos millones de mujeres cuyo único crimen es querer que sus preocupaciones se escuchen sin recibir amenazas ni acoso".

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