En tres ocasiones Joaquin Phoenix ha pasado por los premios Oscar rozando el palo. En 'Gladiator' como actor de reparto en 2001, y se lo quitó Benicio Del Toro. Luego le nominaron a Mejor actor por 'En la cuerda floja' en 2006, pero se lo quitó Philip Seymour Hoffman. Entonces decidió unirse a este para su tercera película por la que volvió a ser nominado, y así surgió 'The Master' en 2012. Cuando le preguntaron a Joaquin Phoenix por su nominación meses antes de la ceremonia, afirmó que "es una mierda, es una completa y absoluta mierda, y no quiero formar parte de ello. No creo en ello". Y así se fue de nuevo el actor con las manos vacías pero la cabeza bien alta en la 85ª edición de los premios Oscar.
En esa misma edición, en otra butaca se encontraba Robert De Niro, nominado como actor de reparto por 'El lado bueno de las cosas'. El actor llevaba veintiún años sin una nominación (tampoco es que su filmografía se prestara demasiado) y parecía que la película de David O. Russell le había hecho volverse a tomar en serio el cine, y por ende, la Academia. El actor reveló entre lágrimas el día que comenzaban las votaciones al Oscar que su hijo, al igual que el personaje que interpretaba Bradley Cooper en la película, era bipolar, y que 'El lado bueno de las cosas' era un homenaje a esos enfermos de bipolaridad. Casualidad o no, su campaña le ayudó más a Jennifer Lawrence que a él, y ese año a De Niro le quitó el Oscar Christoph Waltz en el papel de persona que desencadena a Django en 'Django desencadenado'.
Aunque no debería llamársele campaña como tal, sí que es cierto que existe una tendencia a revelar a los medios los dramas personales en esos meses previos a la ceremonia. Natalie Portman se casa y se queda embarazada justo antes de su nominación a mejor actriz por 'Cisne negro', premio que ganó. Gary Oldman también se casa meses antes de la ceremonia en la que fue nominado a mejor actor por 'El instante más oscuro', premio que también ganó. Y sí, es cierto que se premia la calidad actoral, pero dar mucho la mano y estar en el foco mediático por contar un drama o casarte (o peor, divorciarte) nunca viene mal para que hablen todo el tiempo de ti y le encantes a la Academia. Y hay que reconocer, desde luego, que todo el mundo está hablando de 'Joker'.
Joaquin Phoenix, el hombre detrás del actor
Por mucho que a Joaquin Phoenix no le gusten los premios, no hay que obviar tampoco lo guapísimo que va a salir en la portada de la Vanity Fair del mes que viene y cómo ha dejado a los fans catatónicos por aparecer de casualidad en una sala de cine al azar en la que se proyectaba 'Joker'. La crítica en torno a la película ha estado más polarizada que la cebolla en la tortilla, pero si algo han tenido claro ambos sectores desde el punto de partida es que Joaquin Phoenix, como la tortilla, gusta.
HELLO JOAQUIN PHOENIX CRASHED OUR SCREENING OF #JOKER AT THE END pic.twitter.com/n3KZqkraDw
? Andrew Goodman (@AndrewRGoodman) 6 de octubre de 2019
En medio de esta vorágine de opiniones, el actor, que nunca ha destacado por hablar de su vida personal, suelta un titular: "Joder, me encanta mi vida". Ahora habla sobre lo mucho que quiere a su esposa Rooney Mara y lo feliz que se encuentra, pero también guarda espacio en las entrevistas para rendir homenaje a su hermano, River Phoenix.