Seguro que alguno de vosotros se ha planteado las cosas que os compraríais si ganaseis la lotería o si fuerais tan famosos como Kim Kardashian. Quizás un coche, unas vacaciones por todo lo alto, quitaros esa maldita hipoteca con la que cargáis, la imaginación está llena de posibilidades. Precisamente es esta imaginación llena de posibilidades que funciona de manera misteriosa, la que hace que también quieras caprichos completamente inservibles.
Cuando un actor se hace famoso muy rápido, o de repente recibe una suma de dinero importante, parece ser que hay un pequeño interruptor en su cerebro que se enciende y se lían a comprar cosas que no tienen ningún sentido. Por lo visto el actor que interpreta a Finn en las nuevas películas de 'Star Wars', John Boyega también le da caña a la tarjeta de crédito para comprarse cosas raras.
En el programa de Graham Norton de la BBC, el actor reveló algunos de los muebles que ha comprado recientemente para su casa. Si alguna vez necesitas una lámpara saxofón o una armadura de la Edad Media que te sujete el papel del váter, preguntadle a John Boyega donde compra sus muebles, porque os aseguramos que en el IKEA no hay nada de eso. El actor además tiene una réplica de un casco espartano en uno de sus pasillos y un par de leones de piedra a los pies de su cama, si ya duele darse en el dedillo pequeño del pie con una pata de cama normal, imaginaos con eso.
No es el único que compra cosas extrañas
John Boyega no es el primer famoso ni será el último en comprarse cosas sin sentido. Por ejemplo todos recordamos el momento en el que Rupert Grint se compró un carrito de los helados porque sí. En esta lista de compras estúpidas está por supuesto Nicolas Cage que cuenta con un fossil de Tyrannosaurus Rex en su casa, un artefacto que ganó en una subasta contra Leonardo DiCaprio. También está la actriz de 'Chicas malas', Amanda Seyfried, que tiene pasión por coleccionar animales disecados y en 2011 compró un pony, sumándolo al ejercito de lechuzas disecadas que ya tiene en su casa.
No solo los actores son los que gastan a lo grande, en 2010 la cantante Céline Dion construyó un aqua park a lo Port Aventura en el jardín de su mansión en Florida. Otra artista que se gastó un pastón en algo muy raro fue Lady Gaga, la cantante de Poker Face gastó hace unos años 50.000 dólares en un sensor de fantasmas porque decía que estaba siendo perseguida por un fantasma llamado Ryan, claro que sí guapi. Por último, os dejamos con el caso de Bono de U2 que olvidó llevarse su sombrero a un concierto que tenía en Italia y le compró un billete de avión de primera clase (¡Al sombrero!) para que se lo trajeran.
