'El juego del calamar' es toda una alegría para Netflix, pero todo fenómeno de este tamaño tiene sus daños colaterales. Como supimos hace unos días, el teléfono al que los posibles concursantes tienen que llamar para confirmar su participación existe de verdad y su dueño, un hombre coreano de 40 años, está harto de que la gente llame a su número para ver qué ocurre. Recibe a diario miles de llamadas y ha declarado a un medio local: "Ha llegado al punto en el que la gente me llama día y noche por curiosidad. Drena mi batería y se me apaga".
En Netflix han decidido tomar cartas en el asunto y están trabajando para solucionar este problema. La solución que van a tomar es editar las escenas en las que se ve el número de teléfono con una marcación que no tenga propietario. Tendrán que tener cuidado porque además de Corea el número también funcionaría en países como Australia, donde también tienen teléfonos de ocho dígitos. Según informa ABC, allí no ha habido quejas.
La industria cinematográfica de Hollywood hace mucho tiempo que buscó la forma de evitar este tipo de inconvenientes. Desde los años 50 y 60 se lleva usando en películas y series norteamericanas el prefijo 555 en los números de teléfono porque ese prefijo no se utilizaba prácticamente y la administración de numeración decidió reservar los números entre 555-0100 y 555-0199 para obras de ficción. A veces las compañías también montan maniobras publicitarias contratando una línea real y grabando algún mensaje relacionado con la película para sorprender a los que prueban a llamar.
Demanda por uso excesivo de Internet
Además del problema del número de teléfono, Netflix también tiene que hacer frente a una demanda en Corea por culpa de 'El juego del calamar'. La proveedora de Internet SK Broadband quiere llevar a la plataforma de streaming a juicio por un aumento desmesurado del uso de ancho de banda debido al éxito de la serie. Netflix ha respondido con un comunicado en el que afirman que estudiarán la situación pero recuerdan que los recargos por uso de la Red violan la neutralidad de Internet. No todo iban a ser alegrías.