Para los fans de la acción no hay Navidad sin el correspondiente debate eterno: ¿es 'Jungla de cristal' una película navideña? John McTiernan y su equipo hilaron tan fino que siempre ha habido controversia en torno a este punto. Ahora el propio director de la película ha querido explicar exactamente cómo esta historia protagonizada por Bruce Willis se impregnó de ese espíritu navideño tan evidente para muchos.
McTiernan dice que sí, que 'Jungla de cristal', película que empezó siendo un blockbuster de acción sobre terroristas, terminó hasta los topes de una sensación festiva que va más allá de la decoración que ambienta cada escena de tiros, y que de esto hay una culpable clara: '¡Qué bello es vivir!'. El clásico de Frank Capra protagonizado por 'James Stewart', que sigue siendo para muchos la joya de la corona en lo que a las películas navideñas se refiere, entusiasma a McTiernan porque utiliza ese vehículo festivo, ese envoltorio de papel de regalo, para contar la historia de un hombre humilde que sufre frente al capitalismo. Incluye "la demostración y crítica más clara ante el capitalismo desbocado y descontrolado que jamás se haya hecho en una película estadounidense". Este enfoque de Capra, oculto dentro de algo mucho más popular y fácil de vender, es lo que más le gusta a un McTiernan que desde el minuto uno tuvo claro que no estaba dispuesto a dirigir una película sobre el triunfo de la autoridad estadounidense frente al terrorismo.
"Dije [a Fox, estudio de la película]: «está bien, si queréis que haga esta película sobre terroristas, partirá de la presentación de un héroe en la primera escena que, cuando el conductor de la limusina se disculpa porque nunca antes había conducido una, responda: 'no pasa nada, yo nunca me he montado en una'». Un héroe de la clase obrera", afirma este cineasta en un vídeo compartido por el American Film Institute. Ese fue el cambio primordial que pidió McTiernan ante una historia en la que inicialmente las fuerzas de seguridad del estado eran los héroes frente al secuestro del edificio Nakatomi. Un cambio al que siguieron todos esos detalles que plasman a las autoridades como organismos ampliamente deshumanizados, todo lo contrario de lo que buscaba McTiernan.