Antonio Banderas es un todoterreno que no se pone límites. Ha triunfado como actor, ha ejercido como director, es empresario e incluso embajador de la Marca España. No contento con eso ha prestado su voz en películas de animación, es productor y es socio de unos estudios de animación granadinos de nombre Kandor Graphics.
Gracias a eso llega a los cines 'Justin y la espada del valor', película de animación en la que Banderas ha ejercido de productor y pone la voz a uno de los personajes. La cinta está dirigida por Manuel Sicilia, que ya se puso detrás de las cámaras para filmar la poco acertada 'El lince perdido' (2008), una prueba error que sirvió para mejorar, y vaya si lo han conseguido.
Una película para niños
Esta película cuenta la historia de Justin, un joven que reside en un lejano reino en el que fueron prohibidos los caballeros. Nieto del más grande de todos ellos, Sir Rolando, Justin quiere seguir sus pasos, pero se topa con la oposición de su padre, Reginald, uno de los burócratas que gobierna el reino y que lo llena de absurdas leyes.
Justin no desea ir a la escuela de abogados como quiere su progenitor, y por ello visita a su abuela, depositaria del legado de Sir Rolando. La anciana le insta a que cumpla su sueño y luche por ser caballero, para lo cual debe formarse y recuperar la Espada del Valor que el villano Sir Heraclio arrebató a Sir Roland antes de darle muerte.
Este es el argumento de esta historia de animación que sigue el género épico clásico de aventuras, y que está destinada al público infantil. El protagonista es un joven, y al principio más 'antihéroe' que otra cosa, que quiere ser caballero y se marca una meta. No habría historia sin una dama a la que salvar o a la que ofrecer el triunfo, en este caso Lady Lara, ni tampoco sin el villano, un papel que se reparten Sota, Sir Heraclio y en menor medida Sir Antoine, un burdo 'caballero' que trabaja en el Castillo de la Reina y que aprovecha la coyuntura para enriquecerse. Hasta aquí todo habitual y previsible.
Un personaje muy destacable es el de Talía, a quien Inma Cuesta ha prestado su voz, que lejos de ofrecer la imagen de la típica dama de las historias de aventuras y caballeros es valerosa, fuerte y no tiene miedo a nada. No hay duda de que este personaje es un gran punto a favor de la película, como Melquiades, un mago que tiene como alter ego a Karolius, y que provoca gran hilaridad, pues recuerda a Carlos Jesús, un iluminado cuyas frases todavía están presentes en 'el imaginario colectivo'.
A nivel técnico no se pueden poner muchas pegas, sino más bien todo lo contrario; los escenarios están bien construidos, al igual que los personajes, demostrando que en España hay una industria de animación que no tiene nada que envidiar a Hollywood, tanto que incluso la meca del cine puede temblar ante lo que se hace en nuestro país, o tirar de cheque para llevárselo, como han hecho en otras ocasiones.
Por contra, estamos ante una película muy irregular; su comienzo es interesante, se va presentando a los personajes, la trama y los problemas a los que tienen que hacer frente. Sin embargo todo se viene abajo en el nudo, donde cae el ritmo y la dispersión puede hacer acto de presencia. Afortunadamente, según se va acercando el desenlace, la sucesión de acontecimientos devuelve al espectador a una película que tiene buen fondo y que no deja escapar la ocasión de mostrar moralejas muy útiles para el 'pequeño gran público'.
