La película narra la historia de Pablo (Alberto Ammann), un médico militar que sufre un ataque en 2003 en la famosa guerra de Irak. Aturdido, se refugiará junto con su compañero en una casa cercana, donde sucederá un hecho traumático que cambiará su vida. Una vez en España, tendrá que luchar por destapar la verdad, al mismo tiempo que es perseguido por unos peligrosos agentes del Gobierno liderados por el implacable Baza (Karra Elejalde).
De héroes y villanos
eCartelera: Interpretas al villano de la función, Jesús Baza. ¿Qué tal la experiencia?
Karra Elejalde: Muy bien la verdad. Parece que tienen más enjundia los papeles de villano que los de héroe. ¿Para un actor qué interés podría tener interpretar un personaje católico, altruista, positivo, que quiere a sus hijos, y que encima es un buen trabajador que paga sus impuestos? Podríamos preguntárselo a Gary Oldman o Robert De Niro, que han forjado su carrera haciendo de malos. Aunque yo siempre intento buscarles una serie de resortes, intentar justificarlos para ver el porqué de su condición. He intentado pues hacerlo cercano. Dejar el rollo de criticarlo o juzgarlo al espectador, para yo dedicarme a hacer mi trabajo que es hacerlo lo más real posible. La justificación que le encontré fue que todo lo hace porque es un patriota. Un tío que piensa por el interés global de todos. Él trata de pensar que está aquí para algo, que los políticos la cagan y él lo arregla. No entiende los códigos éticos y morales que llevan a una persona, que tiene muy poquito que ganar y mucho que perder, a no aceptar las facilidades que yo les ofrezco. Pero te darás cuenta que este hombre no amenaza en vano, no miente. Normalmente, los malos no tienen este código de la honestidad y el honor, pero este lo tiene. Por lo que la gente me dice, Baza no parece el malo que no existe. Es un malo que puede vivir en el ático de tu propio bloque de viviendas. Y la obligación de un actor está ahí, en que el personaje que interpretes sea creíble, próximo y cercano.
Trabajaste a las órdenes de Calparsoro en su ópera prima 'Salto al vacío'. ¿Qué cambios ves después de 17 años?
Bueno, todos maduramos. Yo veo cambios en él y en mí también. Para mí fue un inmenso placer trabajar en 'Salto al vacío' porque es una gran película. Sorprendió mucho en aquél entonces y a día de hoy se ha convertido en una película de culto. Aunque cuidado, Calparsoro aprieta, te cansa hasta la extenuación. Si el actor tiene que parecer cansado, Daniel prefiere que lo estés. Estoy contento, creo que hemos hecho un buen trabajo y que éste es el mejor trabajo de Daniel. Él también lo dice. No se si la película irá a gusto de todos, pero creo que es una película en la que hemos conseguido una cosa muy grande. Con tan solo 3,5 millones de presupuesto se ha conseguido que parezca una producción de 7. La verdad que se han dado sinergias, como que producción ha hecho una gran labor y que el alcalde de una ciudad ha dejado, con todos los problemas que eso supone, cortar zonas neurálgicas de A Coruña. Todas estas circunstancias le han dado a la película mucha vida, pudiendo ofrecer un gran resultado.
Nos hemos dado cuenta que en tu extensa carrera te has prodigado poco en televisión. ¿A qué se debe este hecho?
Ahora sí se está haciendo mejor televisión. Pero hace 10 años no era la misma calidad. Y bueno, no se dieron las circunstancias. Siempre he sido un hombre de teatro que se pasó al cine y que luego de vez en cuando, vuelve al teatro. Aunque a día de hoy me encantaría hacer televisión porque se hacen cosas estupendas debido al esfuerzo que se esta haciendo para obtener mejores resultados. Antes era un panorama un poco yermo, un poco triste. La televisión está gastando en producción y se hacen mejores cosas. Aún con la crisis, actualmente la televisión está a años luz de lo que se hacía hace una década. En muchos aspectos como: en calidad, en propuesta, en modernismo, en riesgo.
¿Cuál crees tú que ha sido el papel que más has disfrutado en tu carrera?
No es directamente proporcional el esfuerzo que tú dedicas a una cosa con respecto al resultado que surge cuando lo has concluido. No tiene nada que ver. Muchas veces, si pasas por una película de puntillas parece que no van a valorar tu trabajo. Y al final, puedes llegar a sorprenderte por lo que has conseguido. También nuestro trabajo es muy difícil, porque somos cocineros, y el pescado y el cordero no llevan la misma salsa. Sino esto sería maravilloso, y dirías bueno ya sé andar en bici. Ya sé andar en bici y voy a ponerme a ganar tours. Pero no, la metodología y el modo de trabajo que utilizaste en la película tal, no es óptima ni operativa en la película cual. Por lo tanto siempre estamos en el vértigo de acertaré, no acertaré. De vez en cuando, todavía digo: ¡joder, quién me mandará haberme metido en esto! Sobre todo, cuando hago teatro.
¿Qué razones darías a nuestros lectores para que fueran a ver 'Invasor'?
Mira os voy a decir una cosa, porque yo a mi hermano le reñí por decir que lo mejor de la película es que no parecía española. Luego lo reflexioné y dije pues sí, tiene razón. No parece española. Y eso siendo nuestros clientes potenciales, una franja de los 25 a los 45 años a la que, por desgracia, a un 80% de ellos les gusta más el cine americano que el español no esta nada mal. Entonces sin el presupuesto que tienen las películas de cine americano es una película en la que nos hemos quitado el complejo de que los españoles no podemos hacer acción. Lo que quiero decir es que hemos conseguido una factura buena y una película en la que nos hemos quitado el complejo de no abordar temas en los que periféricamente toquen lo bélico. Y yo creo que esto va a ser un buen reclamo. También sin ser el leitmotiv de la película, pues se habla de crítica social y de la guerra de Irak. De la guerra de Irak y de otras, porque las guerras en principio son esto, ya que la mierda que montamos allí luego nos la traemos para aquí. Las guerras no son buenas consejeras y dan como resultado personajes sórdidos como el mío. Gente que está en la sombra y que controlan los medios de comunicación. De este modo, la verdad nunca sale a la luz. Esto lo vemos en Estados Unidos y nos lo comemos con patatas y no hay crítico que se ponga a cuestionarlo. Aquí, pues ya te digo que los españoles somos un poco tendentes a valorar poco lo nuestro y mucho lo ajeno. Creo que películas como esta, lo 'Lo imposible' o 'Grupo 7' están dando el primer paso para hacer películas de mayor calado y aceptación.