No hace falta ser demasiado avispado para darse cuenta de que Kristen Wiig lo petó bien fuerte gracias a 'La boda de mi mejor amiga'. Los casi 300 millones de dólares recaudados en todo el mundo por esta producción de 30 millones de presupuesto pusieron en el punto de mira a la actriz de 'Saturday Night Live', que ha pasado a hacer mucho más cine que televisión gracias a la comedia que escribió con Annie Mumolo.
Sin embargo, aunque Universal babeaba con la posibilidad de ver una secuela, Paul Feig, que está ahora en plena celebración del éxito de 'Cuerpos especiales', insistió en que solo volvería para dirigir la segunda parte si Wiig también lo hacía para protagonizarla y escribirla. De cualquier forma, para entonces la actriz ya había confirmado que no volvería, pese a que en aquel momento solo dijo que quería preparar otra comedia, diferente, pero comedia al fin y al cabo. Gracias a Aceshowbiz, que recoge una entrevista del número de julio de Harper's Bazaar, sabemos un poco más del por qué del no: "No fue una decisión difícil", afirma, "Sabíamos durante la primera que eso era todo. Habríamos hecho un buen montón de dinero si hubiese una segunda parte, pero ese no es mi objetivo en cuanto a mi vida creativa".
A por nuevos proyectos
Es raro encontrar gente que hoy día decline secuelas por motivos creativos frente a la posibilidad de hacer bastante dinero, pero lo cierto es que Wiig no parece haber realizado una decisión errónea si tenemos en cuenta que en lugar de la secuela de 'La boda de mi mejor amiga' se unió al rodaje de 'La vida secreta de Walter Mitty', que despertó la curiosidad de todos los asistentes de la CinemaCon de este año; asistentes que llegaron a hablar de posibilidades de Oscar y de la mayor apuesta de Fox para los próximos premios de la Academia.