El primer baile de la danza de dragones ha tenido lugar en el cuarto episodio de la segunda temporada de 'La Casa del Dragón' titulado 'El dragón rojo y el dorado'. La batalla del Reposo del Grajo ha enfrentado por primera vez a los Negros y a los Verdes dando así comienzo oficialmente a la guerra por el Trono de Hierro, algo que, tal y como quedó patente al final del tercer episodio, ya era inevitable.
Ante el avance de las tropas verdes lideradas por ser Criston Cole (Fabien Frankel), Rhaenyra Targaryen (Emma D'Arcy), animada por su consejo, decide enviar un dragón para defender el pequeño castillo de lord Staunton. Es Rhaenys (Eve Best) quien se presenta voluntaria para tal cometido a lomos de su dragona Meleys.
Ellas precisamente acaban siendo las grandes heroínas y víctimas del enfrentamiento. Tras diezmar las tropas de Cole, para sorpresa de todos se presenta el rey Aegon II (Tom Glynn-Carney) sobre Fuegosol, que queda gravemente herido por Meleys. Es entonces cuando entran en juego Aemond (Ewan Mitchell) y su gigantesca Vhagar, por cuyo fuego cae el rey.
La espectacular batalla concluye con las dragonas enzarzadas hasta que finalmente Vhagar muerde el cuello de Meleys, quien mira por última vez a la señora de Mercaderiva antes de caer sobre el castillo muriendo las dos en consecuencia. Despedimos así a uno de los mejores personajes de la serie de HBO.
La Reina que Nunca Fue
Sobre el espectacular episodio se ha pronunciado Eve Best, quien en una entrevista para Variety ha explicado lo difícil que fue grabar el combate al sentirse "extremadamente" fuera de su "zona de confort". "Yo pedía más cojines pues necesitaba más protectores en las rodillas para sentirme mejor equipada así lidiar con todo eso", ha narrado.
La escena implicaba un complicado movimiento mientras varios asistentes usaban enormes sopladores de hojas para simular el viento, lo que hacía casi imposible escuchar nada, incluyendo las instrucciones del director. "Apenas puedes pensar bien. Piensas 'Tengo este momento realmente intenso para Rhaenys y tengo que concentrarme', pero solo te aferras a la vida en algunos casos", ha recordado la actriz.
Más allá del desgaste físico, lo principal era transmitir la carga emocional de encabezar una misión suicida después de haber intentado evitar la guerra a toda costa. Para ello, tuvo largas conversaciones con el director del capítulo, Alan Taylor, y con el showrunner de la serie, Ryan Condal, según ha asegurado a Deadline.
"Ese es su viaje, médula de su historia: la mujer siendo pasada por alto para beneficio del hombre, la mujer que está claramente más cualificada para el trabajo. De hecho, cuando empezamos a rodar, Sara Hess, la coescritora jefa de Ryan, vino directa y me dijo 'hay mucho de Hillary Clinton en ella'. Y es muy cierto. La persona que es claramente la más inteligente, la más experta, la más cualificada, la más temperamental e intelectualmente adecuada para este trabajo siendo apartada por su sexo, y entonces ve que pasa de nuevo con Rhaenyra. Había un fuerte sentimiento de 'no en mi presencia, esta historia no debe repetirse, tenemos que cambiarla'".
De esta forma, Eve Best se ha mostrado muy orgullosa con el último aliento de Rhaenys: "Para ella, decir 'seré yo quien haga esto' es muy valiente porque sabe que no hay forma de sobrevivir a eso. La elección de regresar y lanzarse con Vhagar, eso es una misión kamikaze absoluta. Para mí, ahí fue cuando lo sentí como algo muy de samurái. Fue ese último acto del noble guerrero".