En pleno desarrollo del Festival de Cannes 2012, continuamos con nuestro especial dedicado al certamen en nuestro Club del Cine; hoy martes recuperamos la Palma de Oro lograda por el Presidente del Jurado de la presente edición. Nanni Moretti consiguió en 2001 el máximo galardón que otorga Cannes con 'La habitación del hijo', un doloroso drama sobre la pérdida y cómo la casualidad y la desgracia son inherentes a nuestra propia existencia.
La película parte de una premisa tan simple como potente, una apacible familia formada por un matrimonio (Giovanni y Paola) y sus dos hijos adolescentes (Irene y Andrea) se ve rota brutalmente cuando uno de ellos sufre un desgraciado accidente de submarinismo. Un film impactante y desgarrador, tan natural y cotidiano que inevitablemente termina por tocar al espectador, que es testigo silencioso y a la vez partícipe de los hechos.
Radiografía social de la Italia del siglo XXI
La historia, aunque toca superficialmente a cada uno de los miembros de la familia, se centra casi exclusivamente en Giovanni, sosegado y racional padre de familia con una reputada fama en su ejercicio como psicólogo, alternando sus quehaceres con los pacientes y sus deberes en el núcleo familiar. Una profesión que actúa como irónico contraste en la película, pues sus pacientes se encuentran en las antípodas de lo considerado normal, pero a la vez no dejan de ser unas personas igual de proclives al dolor o al júbilo.
La actividad profesional de Giovanni sirve de desahogo y agradable desligamiento al duro contenido
central de la película, con momentos que rozan la comedia, aunque también funciona como mirada social hacia el comportamiento humano. Rellena una trama que se queda reducida a un hecho particular, el cual perfectamente le podría ocurrir a cualquier espectador que la visione.
El sentimiento de culpa
De todos modos, esa cotidianidad es el principal valor de su argumento. El film termina ejerciendo como psicólogo, así como nuestro protagonista, como una especie de reconstituyente ante una situación límite. El espectador se ve reflejado en el personaje de Giovanni, que aunque conoce las claves y estrategias para salir adelante va cayendo en una espiral de autodestrucción que termina cargando en sus clientes y su propia familia.
El concepto de culpa forma parte indisociable ante una tragedia de semejante calibre, para llegar a la conclusión de que nadie está libre a la fatalidad que contiene esa ruleta de la desgracia. Eso no evita que este padre se acuse a sí mismo de lo que ha pasado, intente retroceder hacia atrás para ver qué ha fallado y se atormente pensando continuamente por qué no actuó de otro modo. Incluso termina señalando a un paciente, implicado involuntario en la cadena de hechos.
'La habitación del hijo' es una película intimista, emocional, conmovedora; en definitiva, muy humana. Probablemente no interese al aficionado de la acción y el entretenimiento, pero seguro conectará con el espectador más sensible y pegado a la realidad, siempre que no espere algo más allá de la dureza y el impacto de su argumento central.