'La Hora del Cambio': "La honestidad es una idea hermosa que puede convertirse en un problema"

La película que este año ha triunfado en Italia ha sido 'La hora del cambio', un estilo de comedia muy parecido a nuestro 'Ocho apellidos vascos' donde, a través del humor absurdo y la sátira, se ríen de una situación totalmente cierta. La película se estrenó en Italia a principios de año, y finalmente llega a nuestro país este 11 de agosto.

Cuenta lo que ocurre en un pueblecito siciliano llamado Pietrammare donde los vecinos comienzan a estar hartos del caos que reina por todas partes. La situación es insostenible, la basura se acumula en las calles, las carreteras están llenas de socavones, el tráfico es infernal, la contaminación de la fábrica es cada vez mayor; por lo que llegan a la conclusión de que es la hora de un cambio, y deciden votar como alcalde a Pierpaolo Natoli, un honesto y honrado profesor que está dispuesto a trabajar para cambiar la situación del pueblo. Natoli promete cumplir con su programa electoral y cambiar las cosas, pero cuando realmente comienza a hacerlo, a sus vecinos no les hace tanta gracia.

Hay varias razones que explican el triunfo de esta película, una de ellas es que está dirigida, escrita y protagonizada por Salvatore Ficarra y Valentino Picone, una pareja de cómicos y directores muy conocida en Italia. 'La Hora del Cambio' es su quinta película juntos, y se ha convertido en la más taquillera de la temporada en su país, recaudando 11 millones de euros, superando en su estreno a 'La ciudad de las estrellas: La La Land'. Con esta película han dejado de lado su humor habitual, y han tocado un tema que nos concierne más hoy en día, la política, concretamente, la política corrupta.

Para tratar este tema, Ficarra y Picone deciden utilizar la honestidad, lo completamente opuesto. Para ellos "la honestidad es una idea hermosa que puede convertirse en un problema, y el político que la defiende en 'el malo'". Esto es precisamente lo que ocurre en la película, y tristemente lo que sucede en la vida real. Tendemos a criticar a los políticos, pero sin asumir que parte de la culpa es nuestra, ya que somos los que les votamos una y otra vez, ya sea porque les creemos sus mentiras, o porque aunque sepamos que nos están robando, no queremos tener que cambiar nuestro cómodo estilo de vida.

El ser humano es así, exigimos el mayor decoro a todo el mundo menos a nosotros mismos. En la película esta situación se lleva al extremo, convirtiéndola en algo tan real que parece surrealista, y nos acaba causando la risa. Todos en el pueblo quieren cambios, y varias veces, antes de votar, le recuerdan a Natoli que debe cumplir con su programa, y no ser como todos los demás, que nunca cumplen lo que prometen. Eso es justo lo que hace, y precisamente es lo que causa la ira del pueblo. Todos queremos que todo esté en perfecto estado, pero que no nos cueste ni un duro, ni que implique algún cambio en nuestros hábitos. Si algo nos supone un sacrificio, por pequeño que sea, lo vamos a evitar, por bueno que sea el cambio. Así somos, y la película consigue plasmarlo a la perfección, de una manera tan sencilla y divertida, que acaba dejándonos un sabor agridulce al final.

Los estereotipos de Ficarra y Picone

'La Hora del Cambio' cuenta con un reparto magnífico encabezado por los propios Ficarra y Picone, que interpretan a Salvo y Valentino, los cuñados del nuevo alcalde, y que representan las dos caras del "cuñadismo", el que se comporta como un hermano, y el trepa que se intenta aprovechar todo el rato de la posición de sus familiares. El papel de Natoli, el honesto alcalde que encarna la voz del cambio, está interpretado por Vicenzo Amato, y el de su hija Betty por Eleonora De Luca.

El papel del político corrupto es interpretado por Tony Sperandeo, un alcalde que lleva quince años en el poder y que es la viva imagen del dicho "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Además de sus protagonistas, los ciudadanos del pueblo también cumplen con numerosos estereotipos, desde el cura que aprovecha sus homilías para influenciar a la gente sobre política, hasta la clásica señora que se queja por el comportamiento de todos, y luego es la más hipócrita.

Sin duda una película con la que nos sentiremos identificados, sobre todo en estos tiempos en los que tristemente la política corrupta es una noticia a la orden del día.

Nota: 7

Lo mejor: El humor con el que trata el tema. La manera sencilla y directa que tiene de tratar algo tan complicado.

Lo peor: El momento drama de la hija al final de la película, que queda un poco forzado.