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CRÍTICA

'La próxima piel': Atravesando la frontera

Isaki Lacuesta e Isa Campo dirigen 'La próxima piel' entre el drama familiar y el thriller, con Emma Suárez y Àlex Monner.

Por Álvaro Vidal Lloret 22 de Octubre 2016 | 16:55

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El amor de madre es uno de los temas más tratados en la ficción. Desde perspectivas más complejas sobre las relaciones materno-filiales, hasta las más típicas y universales, la lista de películas al respecto es larga. Y sin embargo, ¿qué pasa cuando existe una incertidumbre sobre si la madre es realmente la madre?¿qué pasa cuando se pone a prueba esa incondicionalidad? Este es de alguna manera, el punto de partida de 'La próxima piel'.

Ana (Emma Suárez) es una mujer que perdió a su hijo y a su marido casi al mismo tiempo, y quedó atrapada en un pueblo del que nunca se sintió parte. Años después identifican en Francia a un joven llamado Gabriel (Àlex Monner) que encaja con el perfil de su desaparecido hijo Leo. Tras reconocerse de manera mutua, y pese a la amnesia disociativa que Leo/Gabriel padece, el supuesto hijo se muda de nuevo al pueblo con su madre. Aunque ciertas personas duden sobre la identidad del chico, y él mismo se cuestione por momentos si realmente es el hijo de Ana, ambos irán abriéndose el uno al otro en su nueva etapa juntos.

Àlex Monner

Isaki Lacuesta, e Isa Campo codirigen juntos por primera vez en sus carreras esta mezcla de drama familiar y thriller y logran ofrecer un largometraje cautivador, a pesar de partir de una premisa con aparentemente nada especial. El guión tardaron años en completarlo y probablemente le ayudara a ganar la complejidad que tiene y a darle unos matices, que aunque simples, son los necesarios para que todo funcione.

Dos piezas fundamentales, y obvias son Suárez y Monner. Aunque a ella la hayamos visto ya recientemente de madre ('Julieta')y los personajes tengan muchos puntos en común, realiza un trabajo formidable precisamente porque aprovecha lo interesante de su personaje: Ana es una mujer a la que no le importa si realmente es o no es su hijo, ella necesita creer que sí. Àlex Monner tiene un personaje difícil: no sabemos cuánto de lo que dice es cierto, pero tenemos que empatizar con él. Y lo hacemos. Leo / Gabriel está muy bien representado ya por la dualidad de su nombre, es contradictorio, frágil y de alguna manera manipulador.

En la frontera

Lacuesta y Campo no son directores ostentosos ni lo necesitan. Si bien durante la mayor parte de la película su estilo es muy documental y simple, en ciertos momentos rompen este estilo de manera muy inteligente, haciendo un especial buen uso de la mezcla de sonido. Los símbolos que nos muestran hablan mucho de los temas y de la atmósfera en la que nos meten: comenzamos con un plano de un deshielo, puesto que el entorno que nuestra protagonista conoce está a punto de cambiar, y nos son presentadas constantemente imágenes de caza, integradas en el contexto de que estamos en un pequeño pueblo de los Pirineos donde es algo común, pero además cargadas de significado sobre los deseos de los personajes.

Emma Suárez

Y es que el entorno es esencial en 'La próxima piel', porque estamos en una frontera en las montañas. Nuestros personajes viven casi atrapados por la nieve, y hablan idiomas distintos en muchos casos. Cuando Gabriel quiere que Ana le crea, se pasa del catalán al español. Gabriel además deja poco a poco de lado su acento francés, conforme se aleja de su vida anterior. Ana intenta entenderse con Michel (Bruno Todeschini) que solo habla francés, y en el pueblo procura no usar el español para encajar. En definitiva, todos tienen problemas para entenderse con palabras, y aunque a nosotros nos cueste también comprenderlos, tenemos mucho más que lo que nos dicen verbalmente para descubrir lo que son de verdad.

Nota: 8

Lo mejor: Cómo nos deja descubrir a sus personajes

Lo peor: Que se distribuye también de manera doblada, perdiendo así su esencia fronteriza y una pieza esencial de las interpretaciones de todo el reparto.