'La reina de España' ya ha llegado y ha conseguido captar la atención tanto del público como de la industria cinematográfica española. Penélope Cruz vuelve a ponerse en la piel de Macarena Granada, aquella joven dicharachera que ya conocimos en 'La niña de tus ojos' y que consiguió conquistar a la audiencia con su gracia. Esta vez, su partenaire masculino no ha sido otro que el mismísimo Chino Darín, hijo del consolidado actor argentino Ricardo Darín.
Durante la premiere de la película de Fernando Trueba, eCartelera.com tuvo la oportunidad de hablar con el mismísimo Ricardo Darín pero también con Javier Cámara. Ambos han protagonizado juntos 'Truman', una de las mejores películas de 2015. Los dos actores se han pronunciado acerca de cómo ven a Chino Darín en su trayectoria profesional, dado que actualmente es uno de los actores con mayor potencial tanto en televisión como en cine.
Por su parte, Javier Cámara se ha mencionado sobre cómo es trabajar tanto con el padre como con el hijo, mientras que Ricardo Darín no ha dudado en contestar si le ha dado algún consejo o no a su hijo durante la producción de la secuela de 'La niña de tus ojos'. Tanto uno como otro son actores que llevan años en la industria, además de ser buenos amigos. ¿Javier Cámara se quedará con Ricardo Darín o con su hijo, Chino?
Así es 'La reina de España'
Macarena Granada vuelve 18 años después a su tierra querida, tras haberse convertido en una gran estrella del Hollywood de los años 50. Su regreso a España se debe a la producción de una película sobre Isabel, la Católica. Macarena se reencontrará con viejos conocidos, pero sin duda, el retorno de Blas Fontiveros provocará la desestabilización del grupo, poniendo a prueba el rodaje de la película.
Entre tanto movimiento, para Macarena el amor no quedará aislado. Pese a haber vivido apasionados romances con estrellas americanas, la actriz volverá a caer rendida ante los encantos de un joven misterioso. La vida de la actriz volverá a encontrarse en una situación donde cualquier paso en falso puede ser su perdición.
Las películas imprescindibles de Ricardo Darín
'Nueve reinas'
La película con la que descubrimos a Ricardo Darín. Solamente por eso, deberíamos estar eternamente agradecidos a 'Nueve reinas' pero es que, además, nos encontramos con un trabajo esencial por méritos propios. Una cinta marcada por un ritmo incesante en el que los giros de guión te mantienen siempre alerta, construyendo una historia en la que las mentiras y las máscaras son tan importantes como los golpes de efecto. Por su parte, la química y el carisma de sus protagonistas, maravillosos Darín y Gastón Pauls, terminan por redondear una jugada maestra en la que, claro, nada es lo que parece. Ahora bien, si te crees tan listo, intenta descifrar todas las sorpresas. Perderás.
'Un cuento chino'
Llegamos a una película que está contada con la misma sensibilidad que desprenden los ojos de su protagonista. Ellos son el centro vital de 'Un cuento chino', los logros que consigue la película toca apuntárselos a su cuenta. La soledad y hastío que rodea al protagonista de un humilde y encantador cuento están interpretados y representados por la abrumadora presencia de Darín, que se enfrenta con una sencillez maravillosa a un personaje que, pese a lo previsible de su evolución, consigue ganarse el cariño de cualquiera. Una película pequeña, sencilla y honesta. Un trío de virtudes que debemos celebrar.
'El mismo amor, la misma lluvia'
'El hijo de la novia' y 'El secreto de sus ojos' son, para la inmensa mayoría de espectadores y críticos, las cimas esenciales de la dupla formada por Darín y el guionista y director Juan José Campanella. Sin embargo, conviene rescatar con insistencia y rotundidad 'El mismo amor, la misma lluvia' como otro de sus trabajos esenciales. Una historia de amor a lo largo del tiempo, con sus pérdidas, encuentros y reencuentros, manejada y estructurada con sumo talento gracias a un guión repleto de diálogos brillantes y con un dúo protagonista, de nuevo Darín y la maravillosa, en mayúsculas, Soledad Villamil, cuya química nace para quedarse en nuestra memoria. Más que una joya imprescindible, una de las grandes películas argentinas de los últimos años.
'Relatos salvajes'
El último gran éxito (mundial) de Ricardo Darín, 'Relatos salvajes', es una de esas películas que te propone un juego muy claro. Si decides participar, fiesta. Si decides quedarte fuera, terminarás reflexionando igualmente sobre la condición humana. Pero con menos carcajadas. Un trabajo que, pese a su estructura de episodios independientes, mantiene un hilo conductor tan evidente como interesante que consiste en contar, de la manera más cruda y explosiva posible, las resoluciones más violentas, dramáticas y excesivas que podríamos dar a las situaciones más comunes y rutinarias. En definitiva, mostrar lo que solamente el cine puede permitirse, conseguir que aparezca la sonrisa maliciosa frente a tramas terribles con las que, de una manera u otra, nos hemos acostumbrado a convivir. El pan de cada día, es decir, corrupción, mentiras, trampas, sensacionalismo, infidelidades, locura colectiva (re)convertida en marca de la casa. Damián Szifrón, director y guionista, nos suelta escupitajos, tortazos y sangre desde todos los puntos de vista, nos recuerda que somos capaz de convertir a un asesino en héroe y a un héroe en asesino, que se pueden comprar culpables, que el destino siempre llega pero el castigo no. Le ayuda un reparto inspiradísimo, con un Ricardo Darín pletórico en su papel de explosivo justiciero. ¿Juegas?
'El aura'
El riesgo, asumido y respetable, es otro de los factores que convierten a Ricardo Darín en uno de los actores imprescindibles. Un sello de identidad, marca de la casa, que hace que cada uno de sus trabajos tenga algo especial, diferente, característico y único. Dentro de su filmografía, si tenemos que quedarnos con una película que lo ejemplifique, 'El aura' sería la principal candidata. Una obra en la que la atmósfera y el contexto visual, juegan un papel casi protagonista dentro de una historia marcada por el silencio, la soledad y el miedo, interior y exterior. Darín se camufla en un personaje alejado de todas sus interpretaciones previas, demostrando un control y poder total desde la contención más absoluta. Una película tan compleja como apasionante.
'Truman'
La gran triunfadora de la última edición de los Goya, 'Truman', premio para Darín incluido, es un prodigio. Una película que desprende la esencia presente en toda la carrera de su director y guionista, Cesc Gay sirviéndose, más que nunca, de una delicadeza ejemplar, apoyado en un punto de vista alejado de la demagogia y el exhibicionismo, demostrando que se puede llegar al corazón del espectador desde muchos otros caminos que no implican el artificio ni el subrayado. Un trabajo sencillo que encuentra en su reparto la mejor de sus virtudes. Dos actores, Javier Cámara y Darín, sencillamente perfectos, ofreciendo recitales de control y contención, sabiduría y talento, haciendo de lo pequeño algo gigante.
Ellos son el alma y el corazón de 'Truman', su pieza esencial, su mayor logro. Y es un auténtico placer escuchar sus conversaciones, intentar descifrar sus secretos, acompañarles en un viaje de ida en las que ellos, y nosotros, intentamos no pensar demasiado. Porque es entonces, cuando 'Truman' se enfrenta a los temas más sensibles, cuando la película alcanza un nivel de profundidad que puede con cualquier escudo, que te encuentra con el nudo en la garganta y el corazón apretado en el pecho. Son pequeños momentos, pequeños instantes como el protagonizado por un abrazo que sientes como propio, los que convierten a 'Truman' en la gran película que es. No se observa más ambición que la de contar una historia dura, durísima, de la manera más natural posible. 'Nada de discursos de despedida'. Tan solo aviones que van y vienen.
'El secreto de sus ojos'
Se nos olvida muchas veces, demasiadas, mencionar a Juan José Campanella y Ricardo Darín como una de las parejas cinematográficas más potentes de los últimos años. Un dúo que nos asegura, al menos, una buena película, cuando no una obra maestra. Y aquí es el caso. El tiempo ha pasado y ha dictado una sentencia que parecía evidente de su estreno: 'El secreto de sus ojos', que ya era una obra maestra, es todo un clásico contemporáneo. Llena de emoción tan desbordante como controlada y de momentos de cine puro y duro como el asombroso plano secuencia futbolero, esa máquina de escribir vieja y rota que encuentra su tecla en el momento justo, la tensión de un ascensor o su magistral desenlace, la última conexión entre director y actor se saldó con un éxito en el que crítica y público coincidió sin reservar. Decir inolvidable, a veces, se queda corto.
'El hijo de la novia'
El monólogo del inmenso Héctor Alterio sentado en una vida disfrazada de restaurante. La declaración de amor bajo la lluvia menos tópica posible. Todos y cada uno de sus secundarios, especialmente el inolvidable personaje de Eduardo Blanco. Las lágrimas de una boda. El reencuentro entre una madre y un hijo. El discurso de agradecimiento de una hija. La interpretación de Ricardo Darín. Todos y cada uno de los elementos que componen 'El hijo de la novia' son un prodigio de sensibilidad y delicadeza, una demostración apabullante por parte de Campanella para construir uno de esos puzzles que justifican la existencia del término dramedia. Imposible no enamorarse de cada uno de los personajes que recorren una historia maravillosa en la que las sonrisas y las lágrimas se encuentran tras cada esquina, turnándose a la hora de llegar a un espectador que termina profundamente conmovido. Hay películas que te reconcilian con la vida, con el amor y con el cine. Y aquí tenemos una de ellas.